El Gobierno deja escapar las joyas de la colección Carmen Thyssen
El icónico «Mata Mua», de Gauguin, sale del préstamo, prorrogado desde el 31 de mayo hasta el 30 de septiembre, del que ya salieron anteriormente tres importantes obras de Monet, Degas y Hopper
El Museo Thyssen ha perdido uno de los cuadros más importantes que albergaba : el Gauguin «Mata Mua» , que pertenece a la colección Carmen Thyssen. La obra, junto a otras de Degas, Monet y Hopper, han quedado fuera del préstamo temporal con el ... permiso del Ministerio de Cultura, en una negociación inexplicable porque cede en la principal reivindicación de la baronesa -la disponibilidad sobre las obras más importantes- pero no resuelve la situación futura de la colección, según destacan fuentes del caso.
Todo comenzó en 1999, cuando se firmó, siendo Mariano Rajoy ministro de Cultura, un protocolo de intenciones de préstamo temporal gratuito al Estado español por 11 años renovables, de 655 obras de la colección Carmen Thyssen (317 internacionales y 338 españolas). El acuerdo fue suscrito el 24 de febrero de 2000. Finalmente, se hizo efectivo el préstamo el 15 de febrero de 2002. Con los años la lista de préstamos ha mermado y hoy ha quedado reducida a 425 , de las que unas 250 se exhiben en el Museo Thyssen. Tras negociar con hasta diez ministros de Cultura (nueve, si exceptuamos a Maxim Huerta, al que no le dio tiempo), Carmen Thyssen ha ido sacando de la lista de préstamos (cuya negociación lleva estancada muchos años) sus tesoros más valiosos. Salió l a pintura andaluza y la catalana , que andan repartidas por el Museo Carmen Thyssen Málaga, el Espai Carmen Thyssen de Sant Feliu de Guíxols y las exposiciones organizadas con obras de su colección en el Museo Carmen Thyssen Andorra. En el depósito en el Museo Thyssen de Madrid quedó, sobre todo, la colección internacional.
En 2012 fue «La esclusa», de Constable , que vendió en una subasta en la sala Christie’s de Londres por 27,9 millones de euros. La operación provocó que Norman Rosenthal dimitiera como patrono de la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza. En septiembre de 2016 estuvo a punto de firmarse un acuerdo estable. No se hizo porque la baronesa se vino abajo por una notificación de Hacienda. El 31 de diciembre de 2019 , con José Guirao al frente de la cartera, de nuevo las negociaciones estuvieron a punto de cerrarse. Así lo confirma a ABC Ángel Acebes, abogado de la baronesa en este asunto, junto con José María Michavila: « Estaba muy, muy avanzado , pero no cerrado el acuerdo global». ¿De no haber cambiado el ministro estaría hoy firmado? «Probablemente», responde Acebes. Dicho acuerdo establecía el pago de 7 millones de euros anuales a Carmen Thyssen, durante quince años, y se retiraban del depósito tres obras maestras de su colección: «Caballos de carreras en un paisaje», de Degas; «El “Martha Mckeen”de Wellfleet», de Hopper; y «El puente de Charing Cross», de Monet. En el BOE, con fecha de 28 de enero de 2020, ya no aparecen dichas obras en la garantía del Estado, quedando el depósito en 426 obras, valoradas en 408,1 millones de euros .
Era un excelente acuerdo para Tita . Pero, debido al cambio de ministro de Cultura (Pedro Sánchez sustituía a Guirao por José Manuel Rodríguez Uribes ), y con la pandemia –y Podemos en el Gobierno– por medio, nunca se cerró aquel acuerdo, aunque las tres obras ya habían salido del museo. La baronesa siempre ha insistido en que tendría que deshacerse de algunos cuadros, porque no tenía cash : no eran suficientes los 60 millones de euros por los que vendió Villa Favorita, en Lugano , ni los 27,9 millones que logró por el Constable.
Especuló siempre con que podría vender el «Mata Mua», de Gauguin , la estrella de su colección («No lo sé, depende; no quiero hacerlo», jugaba al despiste) y «Caballos de carreras en un paisaje», de Degas («Es uno de los cuadros más bonitos y que más quiero, pero prefiero sacrificarlo antes que el “Mata Mua”. Este cuadro me ha buscado y no me suelta. Tengo ofertas de fuera de España», seguía jugando al despiste)...
El pasado 31 de marzo volvía a prorrogarse el préstamo (esta vez solo por dos meses) y el 31 de mayo se acordó prorrogarlo una vez más, en este caso hasta el 30 de septiembre. Pero en la firma de esta última prórroga había una nueva sorpresa: salía de la lista la obra más emblemática de su colección: el «Mata Mua» de Gauguin. La lista quedaba, pues, en 425 obras. De ello se informó al Patronato de la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza. No tenía que autorizarlo. El viernes de la semana pasada se embalaba esta icónica obra en el museo y este martes salía, en camión, rumbo a Andorra , donde Carmen Thyssen tiene fijada su residencia. Dicen que la baronesa tiene allí un almacén-búnker. «Mata Mua» ya no está, pues, en España.
Aunque el ministro de Cultura afirmaba ayer que este cuadro tan «bonito» está valorado en 40 millones de euros, no es cierto. El valor de la garantía del Estado era de 80 millones , pero la baronesa quiso que se asegurara en una cifra mucho mayor (hay baile de cifras, según la fuente). El Museo Thyssen pagaba la diferencia del valor del seguro. Su valor de mercado se dispararía hoy. Recordemos que un Gauguin de la misma etapa tahitiana, «Nafea faa ipoipo», fue vendido por 300 millones de dólares a la Autoridad de Museos de Qatar. ¿Saldrán estos cuatro cuadros a subasta en Christie’s ? Fuentes de la sala de subastas consultadas por ABC se limitaron a un «no tenemos nada que decir».
En su comparecencia ayer en la Comisión de Cultura del Senado, Uribes reconocía no saber si hubo un acuerdo entre la baronesa y su antecesor en el cargo: «Hay una cosa que se llama el derecho de propiedad y podemos decir que nos gusta o deja de gustar, pero está ahí. 'Mata Mua' es un cuadro muy bonito, valioso, de 40 millones de euros, y tengo que ver si había algún tipo de pacto anterior con el anterior ministro , pero, si no lo había, lo ha hecho en su legítimo derecho de propiedad y el ministro lo único que puede hacer en estos casos es comprarlo».
Acebes explica que la baronesa «quería tener la disponibilidad de estas obras para exposiciones temporales (el Hopper se halla en una exposición en la Fundación Beyeler de Basilea )» y asegura que «a día de hoy no está vendida ninguna de las cuatro; pasado mañana, a lo mejor» . Y que, si no se venden, podrían volver a la lista de préstamos en un futuro, cuando se retome la negociación. «Si el Gobierno quiere, y no se han vendido, ¿por qué no?». Según Acebes, toda la colección en depósito (las 426 obras) podría estar a la venta. Aclara que, al ser un bien importado, como el resto de las obras de la colección, no hubo que pedir permiso de exportación para la salida del Gauguin. Consta como titular de la propiedad del cuadro la sociedad Omicron Collections Limited . Además de ésta, hay otras sociedades ( Nautilus Trustees Limited, Coraldale Navigation Incorporated e Imiberia Anstalt ), con sede en lugares como Bermuda, que también constan como titulares de la colección. Carmen Thyssen es la beneficiaria de todas ellas . «Bermuda no es un paraíso fiscal, sino un país donde hay empresas de negocios importantes de todo el mundo. Lo controlan todo, no hay nada sucio», dijo en cierta ocasión Carmen Thyssen.
Son muchas las medias verdades, y algunas mentiras , las que se han dicho en todo este asunto. Advierte Carmen Thyssen que su colección genera unas ganancias para Madrid de entre 7 y 8 millones de euros anuales. Lo que sí está constatado es que su colección cuesta anualmente un millón de euros a la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza. «Ya que aquí no me dan un fee por mi colección, lo obtendré fuera», dijo en cierta ocasión. Muchos veían la amenaza de llevarse la colección fuera de España como una especie de chantaje. Lo que no decía la baronesa es que con el préstamo se evita pagar los seguros de las obras , que para ella sería un desembolso enorme. Además, se revalorizan los cuadros estando colgados en un museo estatal.
Otro de los asuntos más espinosos es qué pasará con la ampliación del Museo Thyssen , en caso de que la baronesa se lleve en el futuro todos los cuadros. El Estado adquirió dos edificios anexos al Palacio de Villahermosa (los números 19 y 21 de la calle marqués de Cubas) para ampliar el museo y albergar tanto la Colección Thyssen, propiedad del Estado español desde 1993, como la de la baronesa. El proyecto lo ejecutaron los arquitectos Manuel Baquero y el estudio BOPBAA. Se ganaron más de 8.000 metros cuadrados. Costó 38 millones de euros . La baronesa quería unir ambas colecciones, pero finalmente el Ministerio decidió que se mostrasen por separado, como así ocurre actualmente. ¿ Qué pasará con la ampliación del Museo Thyssen , si finalmente no se llega a un acuerdo y la baronesa se lleva las 425 obras que quedan? Son los problemas que surgen por vender la piel del oso antes de cazarla : hacer una ampliación de un museo para una colección de la que no se es propietario.
Ha habido en estos años sucesivas prórrogas anuales, semestrales y hasta por tres y dos meses. La última, durante el Estado de alarma. Con los años la intención de Carmen Thyssen con su colección ha cambiado una y otra vez: venta, alquiler, prórroga del préstamo gratuito, salida de España... Se arrepiente de haber dejado pasar el alquiler que le ofreció Ángeles González-Sinde . Con Carmen Calvo fue la única vez que se intentó la compra.
La baronesa dio un paso más allá e hizo público un documento en el que exigía « un marco legal que respete y proteja el valor de esta colección única, equiparable al que ofrecen las grandes pinacotecas internacionales». Por un lado, reclamaba «un régimen de disposición y movilidad » para poder hacer exposiciones mundiales con su colección. Se quejaba de que tiene que pedir permiso al Patronato de la Fundación Colección Carmen Thyssen cada vez que sale una de sus obras. Pedía que constase por escrito que no habría obstáculos en el Patronato, que éste no podrá bloquear la salida de obras.
Por otro lado, reclamaba un régimen jurídico de las obras. Pero el punto más polémico era la reclamación de « un régimen fiscal de la cesión y de mi dedicación a la misma ». Con Hacienda topó Carmen Thyssen. Reclamaba que en la mesa de negociaciones se sentase, junto al Ministerio de Cultura y la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza, el Ministerio de Hacienda. La baronesa se sentía perseguida por el departamento que dirige Montoro , al igual que su hijo, Borja , que era investigado por presunto fraude fiscal. Siempre ha planeado sobre ambos la sospecha de que fingían su residencia en Andorra. Ella dice que tiene obligaciones que atender (el Museo Thyssen en Madrid, el Museo Carmen Thyssen Málaga, un espacio en Sant Feliú de Guíxols...) y no se tiene en cuenta.
En un almuerzo con unos medios, entre ellos ABC, llegó a decir: «Vengo a España a trabajar, no a divertirme. Que se me cuenten los días... Eso no. Un poco de respeto, señores. No quiero tener a la Guardia Civil otra vez en mi barco ». Se refería al 30 de julio de 2014 cuando la Benemérita se presentó en su barco «Mata Mua» , atracado en Ibiza. «Decían que pasaba más días en España de lo que me correspondía», se lamentaba. Problemas con la marca Thyssen también enconaron el acuerdo.
Durante el estado de alarma se han subastado en la sala Christie’s de Londres 24 lotes de mobiliario y artes decorativas de su colección, procedentes de Villa Favorita. La baronesa insistía hace unos meses en que no tiene liquidez: « Tengo hipotecadas tres casas: dos en Andorra y la de Pedralbes, y un terreno en Andorra. Y no percibo un euro por mi colección ni por la tienda del museo».
Méndez de Vigo: «Es una patraña»
Ayer la noticia de la pérdida del cuadro causó un revuelo enorme. Aunque el ministro Rodríguez Uribes alega que la baronesa ha ejercido su derecho de propiedad, fuentes del sector acusaron a su departamento de no cerrar el acuerdo antes de permitir la salida de las obras.
El exministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo también habló con ABC para expresar su consternación por la salida de las cuatro obras. Y quiso desmentir con toda rotundidad una de las afirmaciones publicadas en el diario «El País»: «Jamás negocié la salida del “Mata Mua” a cambio de prorrogar tres años de permanencia de la colección en España. Es, sencillamente, una patraña. Lo que ocurrió fue que el préstamo caducó y se planteó la posibilidad de permitir la salida de algunos cuadros para exposiciones temporales y nunca todos los importantes a la vez», advierte. «De lo que sí me ocupe fue de dejar claro que el Museo Thyssen es propiedad del Estado español y por eso añadimos el término Nacional a la denominación, como el Prado y al Reina Sofía».
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete