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ABC Cultural

Cuando París ya no era una fiesta

El Museo Reina Sofía da visibilidad a los artistas extranjeros que contribuyeron a reconstruir culturalmente la capital francesa en la posguerra

A la izquierda, «La cuestión», de Matta. A la derecha, «Gran cuadro antifascista colectivo», creado por Lebel, Erró, Dova, Baj, Crippa y Recalcati JOAQUÍN CORTÉS/ROMÁN LORES. ARCHIVO FOTOGRÁFICO DEL REINA SOFÍA

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Por mucho que se empeñara Ernest Hemingway , que de fiestas sabía un rato, tras la II Guerra Mundial París ya no era una fiesta , como en los años 20, cuando el escritor apuraba cada noche en Le Dôme o La Rotonde ... un Dry Martini tras otro. La Ciudad de la Luz no brillaba como antaño , más bien andaba en penumbra. Atrás quedaba la época dorada de la bohemia, cuando nadie discutía que la capital francesa era también la capital mundial del arte. Todo artista que se preciara debía pasar por las Academias Julian, Léger o de la Grande Chaumière, tener su estudio en Montmartre o Montparnasse, trasnochar en el Moulin Rouge y hartarse de absenta como si no hubiera un mañana.

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