Suscríbete a
ABC Cultural

El arte más rompedor va de cráneo

ARCO cierra en domingo a causa de que la feria se ha acortado un día por primera vez en su historia. También se ha reducido el arte emergente proyectado este año en temas como la muerte

En arte, el axioma «perro no come (o no compra) carne de perro» saltó hecho añicos el 30 de agosto de 2007. Uno de los más polémicos, descarnados y provocadores artistas británicos, Damien Hirst, vendía ese día su «For the Love of Good» («Por el ... amor de Dios») por 74 millones de euros, que apoquinó un grupo inversionista desconocido. Y con él llegó el escándalo: más tarde se supo que el propio Hirst, su manager y uno de sus galeristas pertenecían a ese consorcio. ¿Qué misterio escondía «Por el amor de Dios»? Pues una calavera humana auténtica, toda ella incrustada en diamantes: 8.601. El arte transgresor elevado a la enésima potencia. Un arte rompedor es el que reclaman las galerías en este ARCO´10 de transición, y que ha ido de cráneos, de espejos retrovisores, de enormes elefantes estampados contras las paredes, de una estratosférica estrella forjada en estacas de madera o de una gran bola que aviva el fuego de la denuncia social.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia