El arte urbano cobra fuerza en Lisboa

Kruella d’Enfér, Regg, Violant, Tamara Alves, José Carvalho, Klit y Mosaik fueron los artistas invitados por la GAU para la primera intervención en Setúbal en donde se unieron artistas locales emergentes: Kash, Dez, Batista, Eu y Miguel Afonso. Comenzaba así el proyecto "Arte en todos lados” de naturaleza artística que a lo largo de más de un año va a promover la realización de diferentes iniciativas artísticas en el municipio de Setúbal, como la concepción y exposición de obras de arte en espacios públicos. Los mismos artistas volvieron a ser desafiados para el segundo paso de la trilogía de arte contemporánea, esta vez en un lugar nada usual, un parking de un centro comercial, con el objetivo de sorprender a los millares de clientes que cada día utilizan este espacio. Y en último paso, en los pilares del puente, los referidos creadores nacionales utilizaron el mote “Naturaleza viva” como hilo conductor y elemento que unía los diversos trabajos.

Se ha buscado salvaguardar el patrimonio y revitalizar el espacio públicoLa iniciativa ha formado parte de una estrategia municipal para salvaguardar el patrimonio y para la revitalización artística del espacio público a la vez que se ha querido promover una comunicación original y positiva de la marca Alegro alrededor del arte urbano, buscando llegar a un público números y diversificado. La marca Alegro ve en el arte y la cultura un eje estratégico para su consolidación. Según explica a ABC la empresa Immochan, propietaria de los centros comerciales Alegro, pretenden «el reconocimiento de sus clientes» y ven en sus centros comerciales «espacios de vida, de ocio y de cultura y de esta forma se contribuye a la desmitificación de que el arte es apenas para una minoría».

Para Tamara Alves el gran desafío de este proyecto fue superar sus problemas de vértigo en las alturas. «Ya había pintado en algunas paredes pero nada tan alto», afirma a ABC. «Fue una cuestión de hábito, poco a poco lo fui superando». Esta joven del Algarve lleva cuatro años viviendo en Lisboa y desde hace seis que pinta en paredes. Cree que ahora «hay un boom del arte urbano y Lisboa es una de las mejores capitales para esta expresión artística. Hay apoyo a los artistas y al arte». Lisboa es, en términos generales, «una buena ciudad para ser artista urbano», subraya.

Tamara resalta el hecho de ser un proyecto «que puede quedarse mucho tiempo, tiene un mayor impacto». En la primera intervención destaca el trabajo conjunto de los artistas, «que debíamos mostrar un trabajo como si fuese una pieza única» mientras que en la segunda y tercera intervención estuvieron más separados. Afirma que su estilo «es más crudo y agresivo que otros artistas». Optó por dibujar una mujer raposa evocando el ecosistema de la sierra de Arrábida.

Nuno Barbosa, conocido por MOSAIK , es uno de los artistas que desde hace más tiempo pintan grafittis en Portugal (al año que viene se cumplen dos décadas). Él es el primero de los artistas que tuvo contacto con el GAU. Cree que este proyecto ha sido un gran desafío para los artistas que han participado en él «porque tenemos lenguajes diferentes y en la primera intervención debíamos abordar el tema de una forma conjunta». Buscaron relacionar la parte natural de la sierra de Setúbal y la explotación del mismo.

Ya en el garaje del centro comercial Alegro Alfragide Nuno eligió las hormigas como tema de su pintura. «La sociedad nos obliga a organizarnos y por eso utilicé la metáfora de las hormigas para representar la posición de las personas en un centro comercial donde nos obligan a movernos por determinados caminos». Y en los pilares del puente « la apertura fue mayor, tuvimos más libertad”. En esta ocasión trabajó en conjunto con Frederico Casimiro y optaron por una visión del subacuático hacia arriba.

Mosaik compagina su trabajo como artista con el de educador infantil, y se siente un afortunado por «estimular el lado de la imaginación a los niños». Y asegura que el grafitti es algo que se debe descubrir por uno mismo. Cuando comenzó, el arte urbano tenía mucha fuerza pero después «vivimos una época en la que la palabra grafitti pasó a tener una connotación negativa». Y hoy en día «se ha conseguido una abertura mayor, es un arte muy bien aceptado» recordando que en las ciudades sirve para renovar sitios y zonas más deterioradas. Lisboa es «una de las capitales más centrales para este tipo de exposición».