Un paseo por los bosques de luz de José Manuel Ballester
La antigua Tabacalera de Madrid reúne medio centenar de instantáneas realizadas en los últimos ocho años por este artista, que obtuvo el premio Nacional de Fotografía en 2010
NATIVIDAD PULIDO
Una inmensa fotografía de ocho metros de largo preside el patio del edificio de la antigua Tabacalera en Madrid , convertido en espacio de promoción del arte. Quien admire la obra le recordará enseguida a «La Última Cena», de Leonardo , ... que preside el refectorio de la basílica de Santa Maria delle Grazie de Milán. Pero también le llamará la atención un dato: ¿Dónde están Jesús y los apóstoles? Han desaparecido de escena. Es lo que el pintor y fotógrafo José Manuel Ballester (Madrid, 1960) hace en una de sus series, «Espacios ocultos»: vaciar de figuras algunos de los cuadros más célebres de la pintura italiana del Renacimiento.
A Ballester le interesa lo que hay oculto detrás de las cosas, los espacios que mudan la pielEl Ministerio de Cultura , en colaboración con Acción Cultural Española , le dedica una exposición al premio Nacional de Fotografía 2010 . Bajo el título «Bosques de luz» , las comisarias del proyecto, María Corral y Lorena Martínez Corral , reúnen medio centenar de fotografías . Una visión caleidoscópica de su trabajo, que da buena cuenta de la producción que ha llevado a cabo en los últimos ocho años uno de los artistas españoles más interesantes. La exposición viajar á al extranjero.
Lo primero que llama la atención es que el espacio le viene como anillo al dedo a la obra de Ballester. Siempre le han interesado las «tripas», las entrañas de los edificios , mostrar lo que está oculto en ellos. Así, ha retratado grandes museos como el Arqueológico Nacional de Madrid o el Rijksmuseum de Ámsterdam durante el proceso de reforma y ampliación. Curiosamente, ambos reabrirán sus puertas esta primavera. Y el edificio de Tabacalera, donde se exhiben estas fotografías, parece igualmente en construcción. En este caso aporta un plus a sus obras.
Tiempo, espacio y luz
Tiempo, espacio y luz son el hilo conductor de toda la producción de José Manuel Ballester, quien comenzó su carrera como pintor. «Todas sus fotografías están impregnadas de la visión de un pintor -advierte María Corral-. Su mirada no es propia de un fotógrafo . Produce belleza en todo lo que toca». Atravesamos el espacio vacío donde se celebró la Última Cena y entramos en el bosque de luz de José Manuel Ballester. Antes de ello, tiempo para reivindicar que en tiempos difíciles como los que corren, el arte es útil y necesario , voy a luchar por ello porque tengo un compromiso con la sociedad».
Le interesan los paisajes urbanos de las grandes urbes: París, Shanghai, Brasilia...Como decíamos, a Ballester le interesa las ciudades, los museos, que están constantemente mudando la piel , en continua transformación. Ha fotografiado todo el proceso de reforma del Rijksmuseum de Amsterdam , que se ha retrasado por distintos problemas. Lleva ya doce años. Firman el proyecto los españoles Cruz y Ortiz. Menos han durado los trabajos en el Arqueológico Nacional . Un rayo de luz atraviesa una habitación desnuda del museo. Es una de las instantáneas de la muestra. Algunas pudieron verse en el propio museo mientras estaba en construcción. Fue una exposición en el museo en obras.
Tanto en los grandes pasillos del edificio de Tabacalera, como en sus «capillas» laterales vamos descubriendo las obsesiones de Ballester, como los edificios industriales (una central solar). Ante nosotros desfilan las estructuras de luces del Teatro Garnier de París (de nuevo, su interés por mostrarnos lo que hay detrás de las cosas), una sala del Museo Romántico... y paisajes urbanos de las grandes urbes : París, Shanghai, Brasilia ... La arquitectura sensual y curvilínea de Oscar Niemeyer en esta última protagoniza algunas de las fotografías. Entre ellas, el último proyecto del brasileño: la torre de control de TV digital a las afueras de Brasilia. Lo que le interesó en este caso fue el espectacular andamio del edificio. Desde la azotea del teatro Garnier nos muestra una espectacular panorámica de París.
El artista y sus obsesiones
China es otra de las obsesiones de este artista. Ha trabajado mucho allí. En una preciosa instantánea desenfocada aparece el puente de Dujiangyan que lleva a un templo en la provincia de Sichoan, zona arrasada por un terremoto. El Gobierno chino invitó a muchos artistas para mostrar cómo se habían recuperado las zonas devastadas. Ballester fotografía campos de té , un amanecer en Suzhou (la niebla se confunde con la contaminación que azota a China), un atardecer en Pekín (los edificios parecen legos), un anochecer en el Río Li ...
Entramos en otra de las «capillas»: es la de los espacios ocultos . Tres Anunciaciones sin figuras confunden al espectador. ¿Qué ha ocurrido en esos lugares? Unos dan más pistas que otros. La arquitectura, desnuda, adquiere un significado distinto en cada caso. Dice Ballester que si quitas los personajes de los cuadros de Botticelli aparece Rousseau el Auduanero; si quitas los de «Los fusilamientos del 3 de mayo», de Goya, surge Bacon; y Friedrich en las obras de Brueghel sin figuras. «Al quitar los personajes de los cuadros das un salto de 200 años. Es la magia del arte . Las obras de Leonardo o Velázquez varían según la mirada del espectador en cada época».
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