Alerta contra la mutación de webs de descargas ilegales

Olcese, que desgranó algunos datos sobre la situación actual en cuanto a piratería (un 97,8% en la música, un 77% en el cine, o un 35% en el ibro digital), aseguró que actualmente España se encuentra en una «encrucijada». «En estos momentos hay sobre la mesa diez cuestiones por resolver». Desde la aprobación de la Ley de Economía sostenible, «en la que se lleva trabajando dos años y ya estamos todos un poco cansados —se lamentó el economista, para quien la legislación en España es «poco agresiva» en comparación con la de otros países, especialmente para las discográficas—» ; la redacción de una nueva Ley de Propiedad Intelectual; la integración de las directivas anti-piratería, «pues no tiene sentido las normativas parciales»; el discurso en la sociedad sobre temas como la neutrailidad en la red, su uso fraudulento, el reparto del valor económico...; los peligros de la regulación excesiva: «internet debería tener la mínima»; la creación de un «Pacto de Buen Gobierno» que permita la autorregulación de los actores implicados —operadoras, industria de contenidos y buscadores—, «algo que estamos impulsando desde la Coalición y que evitaría la regulación»; y la «controversia del caso Wikileaks», fenómeno «impropio» con el que Olcese se mostró rotundamente en desacuerdo «porque no responde ni a la ética ni a la transparencia».

Impaciente ante la tardanza de la aprobación de la LES, Olcese también subrayó la «esquizofrenia o contradicción» que existe en el seno de los partidos políticos a la hora de apoyar una medida legal, «algo que sucede también en otros países, que aprueban una cosa dentro de sus fronteras, y luego defienden otra en Europa».

El acto, al que acudió la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, que tuvo que ausentarse rápidamente para acudir a la sesión del Gobierno, ha sido presentado esta mañana por el presidente del grupo Planeta, José Manuel Lara, que se lamentó de la situación que estaba viviendo el mundo de la cultura debido a la piratería y cómo algunos sectores han tenido que modificar su actividad para sobrevivir. «En el mundo de la música la gente ha tenido que empezar a hacer bolos; sin embargo, en el mundo de los libros me resulta difícil imaginarme a Ana María Matute o a Vargas Llosa leer sus obras en el Palacio de los Deportes», ironizó.