premio nobel 2021
Abdulrazak Gurnah publica novela tras ganar el Nobel en 2021: «Te dicen que ganas el premio y de pronto la puerta de tu casa se llena de gente. ¿Cómo saben donde vivo?»
El escritor de origen tanzano presenta 'Un camino largo', su primera novela tras la consecución del célebre galardón, cuya escritura tuvo que detener precisamente por el ajetreo que lleva el anuncio
El escritor húngaro Lázló Krasznahorkai nuevo Premio Nobel de literatura
La vida de Abdulrazak Gurnah cambió de repente un 9 de octubre de 2021, cuando la academia sueca anunciaba que el escritor de origen tanzano ganaba el Premio Nobel. «La sorpresa fue máxima porque nadie me había avisado. No te dicen que estás entre ... los favoritos, ni siquiera sabía que se fallaba es día, así que cuando me llamaron me quedé de piedra», comenta Gurnah en declaraciones a ABC.
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La alegría fue mayúscula, por supuesto, no sólo por el millón de euros de la dotación del premio, ni por los miles de lectores que ganaría con este anuncio, sino porque el reconocimiento reivindicaba su trabajo creativo y daba razón de ser a sus esfuerzos de más de tres décadas. «Aconsejaría a quien gane el Nobel que se tranquilice y que por unos días acepte el vendaval que se le caerá encima. Yo vivo en un pequeño pueblo y de repente me encontré a todo un grupo de gente en la puerta de mi casa. Mi única pregunta era, cómo han sabido donde vivo. Al mismo tiempo, tu teléfono no para de sonar y te preguntas, pero cómo han conseguido mi número. Pero lo logran y has de mostrarte paciente», aconseja Gurnah al recientemente galardonado László Krasznahorkai.
Sólo hace cuatro años de aquel día. En ese momento, Gurnah estaba escribiendo 'Un largo camino' (Salamandra), una ambiciosa novela en la que quería capturar la esencia de tres jóvenes tanzanos de estratos sociales y realidades diferentes y ver cómo progresaban con las cartas que el destino les había otorgado. «Es un gran placer recibir un premio como el Nobel, no me malinterpretes, pero de pronto no encuentras tiempo para escribir y eso es un problema. Conoces gente, hablas con periodistas, tienes mil compromisos, y no puedes escribir. Pero la atención es pasajera. Pronto pude volver a escribir y volver a pelearme por encontrar la palabra justa», confiesa el autor de 'A orillas del mar'.
Después de describir en sus anteriores novelas la historia colonial de la actual Tanzania desde 1890, ahora quería describir la Zanzíbar postcolonial y los ecos del pasado dominio europeo que todavía pueden sentirse en el día a día. De esta forma, la globalización ha cambiado el dominio imperial de ingleses o alemanes, por la marea del turismo de masas. En este contexto, tres jóvenes buscarán su lugar en el mundo y su pequeño espacio de felicidad. «Me interesaba ver cómo las personas reaccionan a la vida que les ha tocado vivir, que ellos no han elegido para sí mismos. En esto hay ciertos paralelismos con los deseos y decepciones de los países que han dejado atrás la etapa colonial y las dificultades y decepciones que han sufrido después tras la ilusión inicial», comenta el premio Nobel.
De esta forma, nos encontramos con Karim, un joven ambicioso, con estudios, que ha sido criado por sus abuelos ya que su madre ha tenido que buscarse un futuro para poder tirar adelante. Luego tenemos a Fauzia, una mujer sobreprotegida por sus padres, a la que le cuesta conseguir que escuchen y respeten sus deseos. Y, por último, tenemos a Badar, un chico que a los 14 años empieza a trabajar de sirviente y que nunca ha conocido a su propia familia. «Badar fue el personaje que me abrió el apetito por contar esta historia. A partir de él surgió Karim, que es como su espejo contrario. Y por último tenemos a Fauzia, porque qué sería una novela sin el amor. Me interesa la humanidad de los personajes y nada nos hace más humanos que el amor», señala Gurnah.
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El escritor utiliza un tono casi dickensiano en una narración que captura a la perfección esos pequeños hechos cotidianos que, junto a nuestras decisiones vitales, acaban por definirnos como personas. Ya desde la primera frase de la novela podemos ver el dominio de Gurnah a la hora de captar la atención del lector. Comienza así: «La boda de Raya fue fruto del pánico». «Soy un firme defensor de que hay que atrapar al lector desde la primera frase, que hay que encender su capacidad de imaginar desde el principio. A partir de aquí es mucho más fácil presentar tu historia y hacerla viva y necesaria en la imaginación del lector», asegura.
La educación como el camino más directo al éxito
La educación es otro de los grandes temas del libro, lo que da y lo que quita también. Karim es el privilegiado que ha tenido acceso pleno a la educación. Fauzia quiere ser maestra, pero su familia, que la sobreprotege, no lo ve con buenos ojos. Y Badar es el hombre apartado y estigmatizado que no ha podido tener acceso a la educación y eso le vuelve de inmediato en sospechoso a ojos del mundo. «Karim parece que tiene su carretera pavimentada y directa al éxito. Fauzia, como mujer, tiene ese acceso más restringido. Y Bader sólo puede educarse en la calle, en los libros que logra leer, en lo que escucha en la radio. Lo cierto es que la educación puede ser un factor excluyente en la sociedad si no la volvemos universal», afirma Gurnah.
Como Bader, el escritor se inició en la literatura a través de la tradición oral y los cuentos que oía allá a donde iba. La inspiración para sus historias nace precisamente de la mezcla entre esas historias perennes, su propia vida y experiencias, y en la atenta observación de los pequeños tumultos que se suceden en todas las comunidades. «Uno escribe intentando mostrar lo que siente cada personaje en situaciones concretas. Sólo llegas a establecer esto imaginándotelo, pensando como el personaje y colocándote en su piel», señala.
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El escritor ahora está en un momento de calma. Después de acabar 'Un largo camino', todavía está en ese instante de pruebas y tentativas en busca de la mejor de las historias y la mejor forma de explicarla. «Una vez encuentras la forma, entonces escribir es un placer, pero hasta entonces es un pequeño tormento. He desechado muchas novelas al principio y te puedo asegurar que es lo más difícil de hacer del mundo. Renunciar a algo que ya habías empezado es dificilísimo», concluye Gurnah
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