«Tintín en el Congo» acabará en los tribunales por racismo
El ciudadano belga de origen congoleño que hace dos años consideró racista el cómic «Tintín en el Congo» y denunció a la sociedad Moulinsart, gestora de los derechos mundiales de la obra de Hergé (1907 -1983), piensa repetir su querella en Francia, informó «Le Figaro».
Mbutu Mondondo Bienvenu, de 41 años, consideró «racista y xenófoba» la actitud del joven reportero rubio de pantalones cortos en «Tintín en el Congo» (1931) y pidió su prohibición en agosto de 2007, un mes después de que la Comisión británica para la Igualdad Racial pidiese, asimismo, que se impidiese la venta de ese álbum que, en su opinión resalta, «groseros estereotipos raciales» .
El actual relanzamiento de la acción se produce poco después de que la biblioteca municipal de Brooklyn (EEUU) haya trasladado a «Tintín en el Congo» junto a otras obras «ofensoras», como «Mein Kampf», de Hitler, y «Trópico de Capricornio», de Henry Miller, recordó «Le Figaro», citando un comunicado de la sociedad Moulinsart.
El nuevo relanzamiento judicial coincide igualmente, añadió, con el proyecto de los directores estadounidenses Steven Spielberg y Peter Jackson de adaptar al cine las aventuras de Tintin para 2011, según resaltó la empresa gestora.
El abogado belga del denunciante, Claude Ndjakanyi, subrayó en declaraciones a «Le Figaro» que en Bruselas la instrucción dura ya dos años y ni siquiera han tenido acceso al sumario, por lo que mientras última una apelación ante la Justicia del país, prepara una primera querella en Francia.
La razón de ese silencio es «política», pues con Tintín y su dibujante, Georges Remi -conocido como Hergé- se ataca «el símbolo de Bélgica» , estimó el letrado, cuyo cliente, dijo, está dispuesto a ir hasta el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos si es preciso.
Para Mondondo Bienvenu, «ni los niños belgas ni los congoleños deben estar expuestos» al contenido «ofensivo» de esa obra, llena de «estereotipos» humillantes, propaganda colonizadora y paternalismo para con los personajes negros.
A finales del siglo XIX, el segundo rey belga, Leopoldo II, puso bajo su soberanía al entonces recién creado Estado Libre del Congo y Bélgica se lo anexionó en 1908 y le dio el estatuto de «colonia normal», para, finalmente, darle su independencia en 1960.
La polémica rodea a Hergé
«Tintín en el Congo» no es el único álbum problemático de Hergé, acusado de antisemitismo y anticomunismo por algunas otras de sus obras, a la vez que celebrado por el carácter ejemplar, modélico y visionario de muchas otras.
Según rememoró «Le Figaro», son cuatro los álbumes «malditos» del celebérrimo dibujante, quien presentó disculpas y/o modificó algunos episodios de su planetario éxito editorial.
Al respecto, Moulinsart destacó la necesidad de juzgar una obra en su contexto, pues «Tintín en el Congo» fue escrito en 1931, en pleno período colonial.
Según algunos de sus biógrafos, la principal prueba acusatoria contra Hergé fue el haber publicado, entre otras obras, «La Estrella Misteriosa» (1941) en plena ocupación alemana en Bélgica (1940-44), protagonizada por un malvado financiero judío, personaje posteriormente «suavizado», recordó «Le Figaro».
El recién inaugurado Museo de Hergé, en la población belga de Lovaina la Nueva, muestra algunas de las obras publicadas por el «padre» de Tintín en el diario «Le Soir», controlado entonces por el régimen nazi.
Algo que siempre fue motivo de controversia sobre su filiación ideológica, aunque Hergé negó también siempre toda afinidad con el nazismo.
«Tintín en el país del oro negro» es el álbum «más maldito» de todos y a la vez absolutamente «visionario», al sentir intuitivamente que la cuestión petrolera estaba relacionada con el equilibro mundial, y evocar las tensiones tripartitas entre ingleses, árabes y judíos en Oriente Medio, subrayó «Le Figaro». Los otros dos álbumes problemáticos son «Las aventuras de Tintín en el país de los Soviets» y «Tintín en América», apuntó.
El pasado 11 de agosto, el administrador de la compañía Moulinsart, Nick Rodwell, casado con la viuda de Hergé, arremetió en su blog contra varios periodistas, entre ellos uno de «Le Figaro», con comentarios ofensivos personales y profesionales.
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete