JUBILEO DE DIAMANTES

Locura en el tejado de Buckingham Palace

La legendaria banda Madness toca «Our House» desde el tejado del palacio real, con la Reina Isabel II entre el medio millón de asistentes al macro-concierto por sus 60 años en el trono

Locura en el tejado de Buckingham Palace EFE

borja bergareche

Con el Reino Unido sumido en una borrachera de festividades por los 60 años en el trono de la Reina de Inglaterra, la pregunta que surge es en qué momento uno de sus asistentes le soltó: «Señora, ¿qué le parece que Madness –sí, la banda ... aquella de Candem Town que hacía ska en los 80– toque un par de temas en el tejado de palacio?». Y el momento de levantarse el sombrero definitivamente por el equipo encargado de planificar el jubileo de diamantes llega con el «OK» que, en algún momento, la soberana debió de formular. Graciosamente. Y sagazmente, como ha demostrado siempre Isabel II en sus seis décadas de reinado.

Y los Madness se encaramaron al tejado de Buckingham Palace, con una luna dorada casi llena sobre unos milagrosamente despejados cielos londinenses, y volcaron toda su parafernalia de directo (si bien gastados por el paso de los años) con una decena larga de músicos y sus atuendos festivos habituales, para hacer sonar su legendario y pegadizo «Our House» en medio de la calle, o casi. En un palacio real, rodeados por unos 18.000 asistentes con entrada y entre un cuarto y medio millón (según distintas estimaciones) de personas apretadas en la avenida de The Mall, en paralelo al parque de St. James, y un inusual palco VIP enfrente.

La Familia Real británica casi al completo asistió ayer, con la Reina al frente, al evento más festivalero de estos cuatro días de fiesta por el jubileo de diamantes. Estuvieron presentes la princesa Ana, el príncipe Eduardo, el príncipe Carlos y su esposa Camilla, el príncipe Enrique y los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina. Además, se veía mezclado entre los «royals» al arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, entre otros. Y asistieron también el primer ministro, David Cameron, y el viceprimer ministro, Nick Clegg.

No pudo asistir el duque de Edimburgo tras ser hospitalizado por una infección

Quien no pudo asistir fue el marido de Isabel II, el duque de Edimburgo, quien fue llevado en ambulancia, horas antes del concierto , desde el palacio de Windsor a un hospital en Paddington para ser tratado de una infección de vejiga , según informó la Casa Real.

La Reina no alteró el programa por el estado de salud de su marido, y apareció en el palco real instalado frente al escenario montado en la explanada de Buckingham Palace a las 9 de la noche, entre los aplausos de decenas de miles de personas.

Tocaron Tom Jones, Paul McCartney o Stevie Wonder

Isabel II llegó vestida con capa y un vestido dorado de cóctel adornado con cristales de Swaroski cuando las masas –y el resto de la Familia Real– llevaban ya hora y media de actuaciones, en un espectáculo memorable que todavía duraría otra hora y media más, y en el que actuaron Robbie Williams , el omnipresente pianista chino Lang Lang, y estrellas del pop y del rock (envejecido) como Sir Tom Jones –que tocó «Delilah», y no «Sex Bomb»–, Cliff Richard –el único que pudo tocar un hit por cada década de reinado, como bien explicó–, Kylie Minogue , Sir Elton John , Annie Lennox , Shirley Bassey , Stevie Wonder o Sir Paul McCartney.

Hacía una magnífica noche de verano (londinense) sobre la explanada de St. James Park. Y las imágenes proyectadas sobre la fachada principal de Buckingham Palace, al más puro estilo festival rockero, renovaron para siempre la imagen de la Familia Real británica y sus propiedades como uno de los pocos iconos del siglo XXI con cientos de años de Historia por detrás. La dosis de humor de los presentadores fue la justa. Las muestras de emoción, como siempre en Inglaterra, poco visibles y muy contenidas. L as televisiones se cuidaban de no abusar de planos de la Familia Real . Todo perfectamente calibrado.

Una operación casi perfecta para humanizar a Isabel II y acercar a sus herederos

Una operación casi perfecta que ha cumplido todos sus objetivos: humanizar a Isabel II como una soberana más de su pueblo que nunca; acercar a los ciudadanos la vida de sus herederos, en especial del Príncipe Carlos, desde su infancia hasta ahora (a través de fotografías y vídeos caseros dosificados estratégicamente en vísperas del fin de semana); y afianzar los cimientos de una institución milenaria, inseparable de la identidad británica, que es el modelo de Estado preferido para un 73% de británicos.

Paul McCartney envuelto en la bandera

Stevie Wonder dedicó a la Reina, con un genérico pero cariñoso «esta va por usted», su clásico «Isn't she lovely» , el tema que dedicó a su hija recién nacida Aisha en el legendario disco «Songs in the Key of Life» (1976). Paul McCartney lució los colores de la bandera, en su chaqueta y en su guitarra, y personificó como nadie ayer el peculiar cúmulo de emociones que recorre Gran Bretaña estos días de Jubileo, Olimpiadas y crisis. Orgullo nacional, aprecio a una anciana de 86 años, y pertenencia a un proyecto colectivo con pasado, presente y futuro.

El Príncipe Carlos pidió desde el escenario un aplauso para su padre

El ex Beatle tocó «Magical Mystery Tour», «Ob-La-Di Ob-La-Da», «Let it Be» y «Live and Let die». Y cerró la velada dando paso en el escenario al resto de artistas, y a la homenajeada, que subió a las tablas armada de su bolsito. Fue su hijo, el Príncipe Carlos, el encargado de dirigirse a los asistentes en nombre de la Familia Real. Arrancó un expresivo «Yes» de su madre, que tenía a Tom Jones detrás, cuando agradeció el buen tiempo, después de la tromba de agua que presidió el desfile naval por el Támesis de la víspera (ver vídeo ).

Y pidió un aplauso cariñoso para su padre. «Si es fuerte quizás lo escuche desde el hospital», dijo tímidamemente el heredero al trono. Su madre le escuchaba, visiblemente agradecida por el acto, con los ojos levemente humedecidos, quién sabe si fruto del cansancio de una octogenario o de la emoción del momento.

Una dura prueba más para una mujer a la que, además, no se le conoce afán rockero. La única petición en esa clave que habría hecho, según ha trascendido, fue el «Hallelujah» de Leonard Cohen.

Hoy, misa en St. Paul y paseo en carroza

«Tenía tres años cuando mi abuelo, el rey Jorge VI, murió», explicó el Príncipe de Gales, dando buena cuenta de una sucesión dinástica que se mezcló enseguida con el «God Save the Queen» tocado por la Banda Real y coreado a viva voz por cientos de miles de personas emocionadas, que ondeaban banderas tricolores mientras que el azul, rojo y blanco se proyectaba sobre la fachada del palacio y del lejano London Eye.

Un emocionante asalto musical al palacio de una soberana muy querida, que presidirá hoy una misa de acción de gracias en St. Paul. Después, almorzará en el parlamento y viajará en carroza –la misma en la que salieron de Westminster Guillermo y Catalina como recién casados– con su familia hacia Buckingham, donde a las 3:00 (hora local) saldrá al balcón para saludar y dar por finalizadas estas 96 horas de celebraciones .

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