Oviedo, de todo corazón

Cuatrocientas personas se manifiestan contra los recortes a la llegada de los Príncipes en la entrega de los premios en el Teatro Campoamor

Oviedo, de todo corazón REUTERS

MANUEL DE LA FUENTE

Es sin duda uno de los días más importantes para la cultura y la vida española. La presencia en Oviedo de Don Felipe y Doña Letizia para presidir la entrega de los Premios Príncipe de Asturias . Son ya treinta y un años de concordia, ... paz y libertad, de palabras que sanan, de personalidades que en uno u otro campo intentan que el mundo no solo siga en pie, sino que siga avanzando. Pero los tiempos vienen espesos, marcados en rojo con cifras de porcentajes que son tenebrosas, la crisis, los recortes, cinturones que ya no se pueden apretar más.

España está así, y aunque siempre se ha de creer en el futuro, los sacos de esperanza parecen mermados. Hoy, ciudadanos de esa España dolida en la que una de cada cuatro personas no trabaja , también se han sumado a la Fiesta de los Premios pero con la cara amarga, con el gesto tosco, con gritos, con banderas republicanas, con pancartas dolientes, con bocinas inmisericordes, cuyos pitidos se confundían con las gaitas que reciben a los premiados y las autoridades.

Cuatrocientas personas que ponen un hilo de amargura en esta semana tan especial. Cuatrocientas personas como las que últimamente protestan en cuanto aparece alguna autoridad y, sobre todo, si están los medios de comunicación bien cerca. Frente a ellos, casi al lado, los ovetenses que celebraban la ceremonia . Entre unos y otros, unos metros. Porque la tarde, y no es la primera vez que uno viene por aquí, estaba tristona, como el cielo de esta bella ciudad.

Porque durante casi una semana, el Hotel Reconquista de Oviedo ha sido el corazón de la capital asturiana y el corazón de España . Pero a media tarde, hace apenas un ratito, desde las 18 horas, otro latido apasionado y cargado de emociones ha empezado a latir en frente del bello Campo de San Francisco, al ladito de la plaza de la Escandalera y la calle de Argüelles, porque allí se encuentra el Teatro Campoamor, donde vibra y palpita cada año la entrega de los Premios Príncipe de Asturias. Oviedo y sus dos corazones y una media tarde otoñal pero templada, Vetusta melancólica y antigua, hermosa y señorial, rendida ante la fiesta y la ceremonia más importante del año.

Las reacciones del público

Los ovetenses (y no poca gente de los aledaños) llega al lugar incluso antes de la comida para poder coger un buen sitio desde el que no perderse nada. Porque la llegada de los premiados suscita entre el público todo tipo de reacciones. Puede ser el gusto de ver la elegancia neoyorquina y disparatada en una pensadora de ideas reposadas pero audaces como Martha C. Nussbaum , Premio de Ciencias Sociales, que cree que el PIB no se debe establecer cifra a cifra, sino también con emociones, con sentimientos, con cultura. Hemos visto la distinción de José Antonio Busto, presidente de la Federación Española Banco de Alimentos (Premio de la Concordia). Y la sencillez de un sabio que dibuja y levanta paraísos como Rafael Moneo (Premio de las Artes), su poética y hospitalaria trigonometría de casas y edificios hechos a la medida del hombre; o lo bien que se lo está pasando en Oviedo ese creador de otros mundos de geografía digital como es Shigenu Miyamoto (Premio de Comunicación y Humanidades), tan divertido y expresivo como su querido Mario Bros, un videojuego con un par de bigotes.

Los Príncipes de Asturias, aclamados con orgullo y con pasión por los asistentes

El público recibe a los galardonados con tanto respeto como alegría , de forma entrañable, haciéndolos suyos. Como sucede con la presencia de dos hombres que están al frente de esas miles de personas que cada día se juegan la vida por los demás, Peter Maurer y Tadateru Konoé, del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (Premio de Cooperación Internacional). Y no faltan los aplausos y la bienvenida para dos caballeros de la ciencia como el biólogo Sir Gregory Winter y el patólogo Richard Lerner (Premio de Investigación Científica y Técnica) que han hecho de los anticuerpos un batallón de voluntarios contra la enfermedad .

Unidos bajo la bandera española

Y bajando a las arenas (o los campos de fútbol) qué decir del subidón de los paisanos cuando llegan al Campoamor Íker Casillas y Xavi Hernández , Real Madrid y Barça unidos bajo la bandera española. Íker y Xavi, Xavi e Íker, un fantástico tuya mía ante miles de ovetenses que olvidaron que los chavales no estuvieron esta mañana en el acto oficialísimo de la foto oficial de los Premios. Y por fin la llegada de la Reina Doña Sofía, sobriedad y un puñado de sonrisas que el pueblo saluda con sus vítores. Y los Príncipes, los Príncipes de Asturias y los Príncipes de España, aclamados con orgullo y con pasión por los asistentes. Una ciudad, una tierra, Asturias, patria querida, volcada con Don Felipe y Doña Letizia en la tarde que también es para ellos la más importante del año .

Ya es casi de noche en Oviedo, enseñoreada de nuevo por estos galardones, premiada como ciudad elegida para albergarlos, envidiada por ser una tarde más la ciudad en la que late con esperanza el corazón de España. A pesar de los pesares y de esos porcentajes genocidas que nos desayunamos casi cada día.

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