La opinión de Kennedy sobre el Imperio español que aniquila la Leyenda Negra... y más secretos de una nueva exposición de Madrid
La ‘Asociación The Legacy’, con la colaboración del Ministerio de Defensa, inaugura una exposición en la Real Fábrica de Tapices que busca rememorar el legado de la Monarquía Hispánica en los Estados Unidos
Las huellas que el Imperio español dejó en Estados Unidos son imborrables. Los mitificados dragones de cuera , cuyo atuendo fue copiado a la postre por los ‘cowboys’ de jamelgo y revólver, o el origen hispano del símbolo del dólar se encuentran entre las más ... famosas. Pero Alejandro Klecker –con traje y corbata oscuras– alberga especial cariño a una que no se suele nombrar. Según asevera, por la relación que guarda con la Real Fábrica de Tapices , que hoy dirige: «Las fuerzas armadas norteamericanas heredaron casi 45 kilómetros de paño azul y otros 25 de paño blanco de nuestros arsenales durante su Guerra de Independencia . De ahí el color de su uniforme». Y es que, por tener, tenemos incluso una vinculación textil.
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Klecker nos abre este martes las puertas de la que es su casa desde hace años: una fábrica en la que los telares no se detienen ni el día de la inauguración. Lo hace orgulloso de presentar una exposición que busca desvelar el auténtico legado español de Estados Unidos . El más olvidado, vaya; ese que se pasa de puntillas en los libros y que otros países –mejor no señalar con el dedo acusador– han preferido obviar para evitar el sonrojo. Aunque el buen director confirma que la institución actúa tan solo como anfitriona de la verdadera tejedora del proyecto: la ‘ Asociación The Legacy ’, un grupo de voluntarios que lucha por dar a conocer la influencia de la Monarquía Hispánica en todo el globo.
Mapa que muestra la expansión del Imperio español
«Parece mentira que la infame Leyenda Negra que tanto ha perseguido a nuestro país se siga extendiendo en estos días», afirma Eva García, presidenta de la asociación. Contra ella, expone algo airada –aunque sin perder un tono jovial y algo dicharachero que jamás se esfuma–, solo cabe la pedagogía y el trabajo. «Por ello hemos organizado la muestra ‘ El legado español en los Estados Unidos ’, que incluye varios vídeos exclusivos, 33 postales de gran formato y un mapa con mucha información en el que se resume toda la influencia de la Monarquía Hispánica en Norteamérica desde el siglo XVI hasta el XIX. La exposición ha contado con la colaboración del Ministerio de Defensa y estará abierta hasta el 15 de diciembre», desvela la también comisaria del evento.
García y Klecker explican estos pormenores a la par que acompañan a ABC a través del recorrido de la muestra. Un trayecto en el que las postales –cartelas informativas destinadas a dar «píldoras que capten la atención del público», en palabras de la directora– se exponen en los intestinos de la fábrica, ubicada en las cercanías de Atocha desde hace dos siglos. A lo largo del trayecto, de una media hora, los exploradores de las Américas y los héroes españoles que colaboraron en la independencia de los Estados Unidos (reconocidos por el mismo John F. Kennedy ) se funden con el repiquetear de los telares y las voces de los tejedores; todos ellos, con el uniforme rojo de rigor. El ambiente huele a ese aroma característico que desprenden las alfombras recién estrenadas, pero también a historia.
Gestas olvidadas
La visita comienza con los monarcas que impulsaron el viaje de Cristóbal Colón . Los verdaderos artífices de la llegada hasta el Nuevo Mundo y, por ende, también hasta Norteamérica. «Los Reyes Católicos están entre los más castigados de nuestra historia, y sin razón», desvela García. No le falta razón, pues Isabel exigió –entre otras tantas cosas– que los conquistadores fueran respetuosos con los nativos y que no se perpetraran barbaridades en nombre de la Corona . Anhelaba respeto, igual que Fernando. «Sus leyes fueron revolucionaras para la época. Un ejemplo es que en 1512 se permitió el matrimonio mestizo , algo prohibido en Estados Unidos hasta el siglo XX» , incide la directora. La realidad, recuerda en varias ocasiones, es que aquellos territorios siempre fueron parte del Imperio para España, y no colonias.
Paso a paso, y a través de los corredores, García arriba a una postal de considerable tamaño que muestra al mítico Juan Ponce de León , el descubridor del que fue uno de los epicentros del Imperio español en las Américas: la Florida. A su lado, otro de los personajes más conocidos: Álvar Núñez Cabeza de Vaca . «Su vida, como la de otros tantos héroes presentes en la exposición, es de película. Fue un descubridor que recorrió 8.000 kilómetros en sus viajes, aunque también se le consideró un chamán, un adelantado y hasta el primer cirujano de Texas por una ‘operación’ improvisada tras una escaramuza», añade la comisaria. Tras ellos, Pedro Menéndez de Avilés , fundador de San Agustín, la ciudad europea más antigua del territorio.
Eva García y Esperanza Casteleiro, durante la presentación
El tiempo vuela cuando la historia española aflora. Y más, cuando quien la narra es una experta que sabe lo que gusta al público. De la mano de García, las anécdotas brotan: «Se tiende a creer que solo hubo un Día de Acción de Gracias , pero en verdad no. Hay uno olvidado, el que protagonizaron unos españoles que formaban una gigantesca caravana. Tras recorrer quinientos kilómetros de territorio americano invitaron a los nativos a una gran comida de hermanamiento». Tampoco faltan los dragones de cuera, jinetes peninsulares cuyo objetivo era proteger las fronteras desde el siglo XVI. «Su estampa recuerda mucho a la que se ve en el Rocío. Portaban grandes sombreros y chalecos de cuero. Parte de esa imagen fue adoptada por los ‘cowboys’ años después», finaliza la directora.
Faltan párrafos para transmitir los hitos relacionados con la España imperial en Estados Unidos. Aunque, puestos a elegir, García se decanta por la Real Cédula expedida por Carlos II en 1693 . Aquella que rompía las cadenas de los esclavos que arribaran a la Florida. «Todos los que huyeran de las plantaciones inglesas y holandesas tenían como premio la libertad. Eso convirtió la región en una suerte de santuario. Fue algo muy innovador», desvela la directora. Porque en efecto, amable lector, por mucho que le quieran convencer, lo cierto es que la Monarquía Hispánica combatió a brazo partido contra las viejas costumbres esgrimidas por la Pérfida Albión . Hasta tal punto que el gobernador Manuel de Montiano creó en 1737 el primer asentamiento de negros libres. Casi nada.
Ayuda inolvidable
La segunda parte de la exposición se centra en los esfuerzos del Imperio español por colaborar en la emancipación de los Estados Unidos. Aquí resuenan nombres que enardecen a Klecker como Luis de Córdova , la pesadilla hispana de Gran Bretaña. El director de la Real Fábrica de Tapices recuerda que este marino consiguió a sus 73 años interceptar un convoy de 54 barcos británicos que se dirigían, bien cargaditos de mercancías, hacia las Américas para sufragar la guerra contra Norteamérica. Apresó 51 naves, más de un millar de oficiales y tres mil marineros. «Tres meses después hizo lo propio con otros cuarenta bajeles», añade. Con estas y otras tantas gestas no resulta raro que Thomas Jefferson disfrutara leyendo un pasaje del Quijote a sus hijas todas las noches.
Aunque no todo son disparos y mandobles en esta fracción de la muestra. Así lo demuestra el que hasta los pueblos peninsulares ayudaran a la independencia de las Colonias. «Esta postal muestra la Catedral de Málaga . Es conocida como ‘ La Manquita ’ porque le falta una de las torres. La razón es que el dinero que iba a costar levantarla se destinó a los esfuerzos norteamericanos por independizarse», incide García. La única verdad, al final, es que Estados Unidos no sería lo que es hoy sin la aportación del Imperio español. Algo que han admitido los presidentes más destacados del país. Desde Benjamin Franklin , hasta el popularísimo John Fitzgerald Kennedy , cuya famosa cita sobre nuestro país se halla en la muestra:
Álvar Núñez Cabeza de Vaca
«Siempre he pensado que una de las grandes omisiones de los americanos en este país, en lo que se refiere a su pasado, ha sido el desconocimiento en su totalidad de la influencia, exploración y desarrollo españoles a lo largo del siglo XVI en el sudeste de los Estados Unidos, lo que constituye una historia formidable. Desgraciadamente demasiados americanos piensan que América fue descubierta en 1620 y se olvidan de la formidable aventura que tuvo lugar durante el siglo XVI y principios del XVII en el sur y en el sureste de los Estados Unidos».
El broche de oro a esta exposición lo pone un lienzo que ha llevado semanas de trabajo a la ‘Asociación The Legacy’. Un mapa que muestra, de forma gráfica, la extensión real que tenía el Imperio español en las américas en el momento en que nacieron los Estados Unidos. «También hemos reunido en él a todos los grandes héroes que tuvieron una importancia clave en el devenir de los Estados Unidos desde el siglo XVI», sentencia García. Lo que no se toca demasiado es la etapa de 1898, ese año turbio en que Norteamérica declaró la guerra a nuestro país para rebañar las últimas posesiones que nos quedaban al otro lado del Atlántico. Un pequeño manchurrón que no debe borrar lo que las barras y estrellan deben a la rojigualda.