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El personal de la Ópera de París, en huelga para mantener sus jubilaciones entre los 42 y los 60 años

El parón ya ha acarreado la cancelación de 63 espectáculos y más de 12 millones de euros en pérdidas

Músicos de la Ópera de la Bastilla actúan en protesta frente a la institución EFE

Juan Pedro Quiñonero

La Ópera de París vive la crisis más grave de su historia reciente: bailarines, coristas y músicos rechazan la reforma de su histórico modelo de pensiones, que les permite jubilarse de los 42 a los 50 años , cuando la edad oficial es y seguirá siendo de 62 años para el francés que no se beneficia de un régimen «especial».

Como muchos otros funcionarios y trabajadores del sector público, el personal de la Ópera de París declina la reforma concebida por Emmanuel Macron : la supresión de los cuarenta y dos regímenes de jubilaciones especiales, sustituidos por un nuevo y régimen único, universal, que espera unificar la edad de jubilación a los 62 años, con posibilidades de trabajar, a partir de esa edad, ganando puntos para mejorar la pensión.

La reforma del sistema especial de pensiones de los trabajadores de la Ópera parisina afecta a un poco menos de dos mil empleados , trabajadores, bailarines, coristas y músicos. Mil ochocientos noventa y cuatro de entre ellos cotizan regularmente. El resto tiene contratos especiales.

El conjunto del personal de la Ópera se puso en huelga el día 5 de diciembre pasado . Desde entonces, han sido suspendidos 63 espectáculos, con unas pérdidas superiores a los 12 millones de euros. Pérdidas que amenazan los trabajos y programación futura.

Se trata de la crisis más grave de una institución cuyos estatutos y régimen laboral, muy especial, datan de 1698, cuando Luis XIV dio al ballet real unos privilegios que han permanecido globalmente intactos en bastante medida. Los bailarines de la Ópera de París pueden jubilarse a los 42 años, con una pensión media equivalente a los salarios de las tres últimas temporadas. Los artistas del coro pueden jubilarse a los 50 años, y los músicos de la orquesta a los 60 años. Entre ellos, la pensión media oscila entre los 2.000 y los 3.000 euros , cuando la pensión media del conjunto de los franceses oscila entre 1.200 y 1.300 euros.

A finales del año, el gobierno de Emmanuel Macron hizo una concesión que consideró significativa: la supresión del régimen especial de pensiones de los trabajadores de la Ópera de París solo se aplicará a quienes sean contratados a partir del 2022. Bailarines, coristas y músicos contratados con anterioridad seguirán beneficiándose de los actuales privilegios. Concesión aparentemente insuficiente.

El Ministerio de Cultura prosigue sus laboriosos contactos con el sindicato mayoritario en la Ópera de París, la Confédération Générale du Travail (CGT, Confederación General del Trabajo, ligada históricamente al PCF). En vano, por ahora. Los representantes sindicales, apoyados por una mayoría de empleados, rechazan todo el proyecto gubernamental , estimando que la jubilación a los 62 años (para quienes sean contratados a partir del 2022) es una «amenaza para la cultura y nuestra institución, pluricentenaria».

Músicos, coristas y bailarines de la Ópera parisina estiman que «iniciar» una nueva vida «es muy duro» a partir de los 40 o 50 años. Desde su óptica, el trabajo que ellos hacen es «durísimo» y « no es fácil la reconversión » a partir de la jubilación, tras veinte o veinticinco años consagrados al trabajo artístico. En Francia, la esperanza de vida oscila entre los 80 y los 85 años.

Según la CGT, suprimir el régimen especial que data de 1698, con jubilaciones que comienzan a los 42 años, es «una amenaza para la historia de la danza clásica francesa , tirándola al basurero tras trescientos cincuenta años de historia». Y «apoya» su rechazo, total, de la reforma del sistema nacional de pensiones, con «happenings» y «acciones» muy atractivas para los turistas: músicos, bailarines y coros montan fragmentos de representaciones de obras de repertorio, a las puertas y ante la gran escalera de la Ópera Garnier, que el público callejero aprecia en su «justo valor».

La Ópera de París ha conocido varios movimientos de huelga desde hace varias décadas, pero se trató, hasta ahora, de crisis «transitorias» . El proyecto de supresión de un régimen de pensiones muy especial corre el riesgo de convertirse en un proceso de ruptura entre el público y el personal de la Ópera parisina.

Los 12 millones de euros perdidos , desde primeros de diciembre, solo son la parte menos grave de la crisis. Stéphane Lissner , director saliente de la Ópera de París, teme que se esté «rompiendo» o «amenazando» la «relación privilegiada» entre el público y la institución. A juicio de Lissner, será necesario «mucho esfuerzo» para restaurar la confianza perdida con una crisis sin precedentes.

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