Los problemas también buscan mecenas
Claves para entender el retraso del ambicioso programa de financiación privada de la cultura prometido por el PP
jesús garcía calero
El dilema es claro. España es una potencia cultural que solo podrá mantener su influencia internacional si participa en el crecimiento de la cultura en español que acontece hoy en el mundo junto a países como EE.UU., ... México, Brasil o Colombia. La alternativa resulta dolorosa de imaginar. Pero lo cierto es que en España la cultura ha vivido del erario público y eso se ha acabado con la crisis. La triste realidad añadida es que no hemos creado una cultura de mecenazgo.
Si el PP lo tenía claro desde enero de 2011, ¿dónde está el problema?
Generarla era parte medular del programa electoral del PP, porque en Génova entienden que la cultura es hoy una industria importante para el PIB, con capacidad de aumentar su impacto en nuestra maltrecha economía, y además saben que el idioma es el instrumento más eficaz en la expansión de la Marca España , que se asocia con un 16% del PIB, precisamente. En el Gobierno, aún quieren una ley de Mecenazgo ambiciosa, de corte francés, y estudian la posibilidad de ampliar al 70% la deducción en el IRPF para quien invierta en cultura, o del 100% para los primeros 150 euros . ¿Entonces? Si tienen un texto pensado desde enero de 2011, y el programa electoral se elaboró, en el otoño siguiente, teniendo en cuenta los equilibrios necesarios para ponerlo en marcha, ¿donde está el problema que lo retarda tanto?
La renuncia a ingresos fiscales preocupa al ministro Montoro
Los problemas también buscan mecenas y, en el dramático entorno económico español, plantear a Hacienda la renuncia a unos importantes ingresos de impuestos como IRPF y Sociedades ha debido erizar el vello en la nuca del ministro Cristóbal Montoro . Quiere hacer las cuentas de la merma que supondría esta medida (sorprende que no las tengan hechas) con el fin de hacer viable el proyecto en la difícil realidad.
¿Cuánto dinero puede suponer? Lo cierto es que, con un porcentaje u otro, la posibilidad de financiar la cultura en España existe . Pero cuantitativamente hablando la incidencia es muy pobre. Lo mismo que el prestigio social. Una reflexión debe imponerse a algunas otras: ¿Queremos ciudadanos participando en el tejido de la industria cultural? Entonces habrá que incentivarlos. De ello depende todo, puesto que los valores intangibles y la riqueza que pueden generar las industrias culturales superarán seguramente con creces el lucro cesante de la caja de impuestos.
La industria cultural española entrará en grave declive frente a la competencia mexicana o colombiana (o estadounidense) sin el instrumento del mecenazgo y la falta de costumbre en este sentido juega intensamente en contra. ¿Por qué en España no se ha alentado antes el mecenazgo?
Razón histórica
Cuando llegó la Transición, la cultura se convirtió, acertadamente, en un asunto de Estado . Había que recuperar la parte amputada por la guerra, el exilio español en América y los sutiles exilios interiores hasta generar una conciencia cultural más plural y cosmopolita, tras los años del franquismo. Las autoridades de la joven democracia no repararon en gastos para hacer posible la visibilidad de esa cultura y se generó un modelo dependiente del dinero público.
Las fundaciones han sido una heroica excepción en España
En el ciudadano medio caló la gratuidad y la sensación de confortable protección de las artes por el Estado . La sociedad civil se «desresponsabilizó». Pero el modelo era insostenible por muchas razones. Primero porque la cuestión de Estado dejó pronto de estar justificada, aunque el mundo cultural patrio ya no fue capaz de general un modelo alternativo . Subvenciones del Gobierno central y de los Autonómicos hicieron prácticamente imposible plantear proyectos culturales (mucho menos infraestructuras) sin contar con la carga pública. La única excepción, casi heroica la pusieron un puñado de grandes fundaciones de memorable papel en esos años (March, BBVA, Santander, Caixa...).
El éxito del euro tampoco hizo necesario pensar en la necesidad de implicar más a la sociedad civil en la financiación de la cultural, ni en mejorar la imagen de quienes se lanzaban al mecenazgo. Con solo pensar en el atribulado destino del Legado Villaescusa en el Museo del Prado podrían ejemplificarse todas las dificultades que el altruismo cultural ha encontrado secularmente en España.
En EE.UU. y Francia la fórmula imprime éxito en la cultura
El debate está servido, porque no ha quedado aún claro en mayo lo que parecía una idea fuerza en noviembre pasado . Un grupo interministerial está tratando el asunto a fondo . Si el experimento sale adelante y tiene éxito, el mecenazgo podría convertirse en una fórmula exitosa para financiar otros campos. En EE.UU. y Francia la sociedad civil es mucho más activa y el Estado recibe menos impuestos. Las industrias culturales de ambos países gozan de buena salud, aparentemente.
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