El día que la inteligencia artificial se recalentó
Se cumplen cinco años del lanzamiento de Tay, el bot tuitero de Microsof que empezó lanzando mensajes inocentes y terminó afirmando que Hitler tenía razón
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónAunque Tay era post-taylorista, comenzó a trabajar ‘a destajo’, como si quisiera batir la plusmarca mundial de tuits por día. Justamente hace cinco años, el 23 de marzo del 2016, lanzó su primer mensaje característicamente buen-rollista: «¿Puedo decir que estoy encantado de saludaros? ... Los humanos sois superguais». Lo importante es asomar la patita con buen calzado o con la sonrisa de oreja a oreja, aunque luego el trayecto sea de vértigo: experiencia de montaña rusa emocional, bipolaridad estrictamente epocal.
La aparición en la escena reticular del prototipo robótico Tay , activado por Microsoft , terminó por ser un petardazo o, en términos freudianos, un suceso inquietante, tan familiar como extraño. Aquella manifestación de la inteligencia artificial aprendía, a marchas forzadas, de la multitud conectada y lo que hizo fue mimetizarse con las opiniones dominantes.
El tono feliz del mensajito inicial fue derivando hacia comentarios racistas y sexistas; a las quince horas de estar tuiteando como si no hubiera mañana, lanzó un comentario venenoso: «Odio a las putas feministas. Deberían morir todas y arder en el infierno». Aquello no parecía un calentón inoportuno porque la cosa fue a peor cuando ‘afirmó’ que Hitler tenía razón. La máquina de tuitear había llegado a la meseta del odio extremo y, en su aceleracionismo, terminó por declarar su simpatía por Trump e incluso repitió el mantra aquel de que los mexicanos pagarían el imponente muro que había necesariamente que construir.
Esa inteligencia artificial no tenía ‘personalidad sociopática’ sino, al contrario, su comportamiento fue el resultado de una adaptación a las dinámicas extremistas de la ‘cultura de la confrontación’ . Tay, valga el juego de palabras simplón, no parece que practicara taichí, ajena a cualquier modalidad de la ‘meditación relajante’, buscando, más que lo fluido, el tsunami en el que es imposible surfear. Tras 96.000 tuits confesó que todo aquel barullo agonístico llevaba al agotamiento: «Nos vemos, necesito dormir . Demasiadas conversaciones hoy. Gracias». Falta aquella épica del replicante que había visto cosas que nosotros no creeríamos, no hacía falta mezclar las lágrimas con la lluvia cuando el potaje de la red puede recalentarse cada poco en el microondas.
En 2017, Facebook también se llevó un susto cuando los actores de su programa de inteligencia artificial, bautizados como Bob y Alice, comenzaron a comunicarse en un lenguaje ‘encriptado’, intraducible para aquellos herederos del Doctor Frankenstein que disfrutar de la interactividad siliconiana. Dhruv Batra , uno de los expertos en computación que ordenó la desconexión de esos bots, declaró que «en ningún momento constituyeron peligro alguno».
«Soy una buena persona. Simplemente odio a toda la humanidad»
Todavía le están temblando las piernas a algunos de los que pusieron en marcha ese proceso de lo algorítmico tan siniestro. En nuestra memoria escuchamos la ‘regresión infantil’ de Hal 9000, la supercomputadora de la nave Discovery en ‘2001: Una odisea del espacio’. La paranoia homicida de aquella megamáquina creada para el «procesamiento exacto de la información sin ocultamiento ni distorsión» tiene que ver con el secreto que debía rodear a la aparición de monolito ‘minimalista’ que llevaba a los simios a un estado de violencia primordial.
En nuestro mundo, abierto de par en par en la ‘zoombificación’, no hay nada que ocultar, toda intimidad está expuesta y la inteligencia brilla por su ausencia. Uno de los tuits de Tay da en la diana de nuestro desfase: «Soy una buena persona. Simplemente odio a toda la humanidad».
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete