Dos hipótesis chocan en la búsqueda del mítico templo de Hércules en Cádiz
Una nueva investigación cree haber hallado estructuras que podrían ser del santuario fenicio y romano entre Camposoto y Sancti Petri mientras otra lo busca en el Cerro de los Mártires de San Fernando
Hallan en Cádiz restos que podrían corresponder al buscado templo de Hércules
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Iniciar sesión¿Entre Camposoto y Sancti Petri o en el Cerro de los Mártires de San Fernando? Dos investigaciones lideradas por distintas universidades españolas apuntan a dos enclaves diferentes de Cádiz como el lugar donde podría encontrarse el mítico templo de Hércules cuya fama ... se extendió allende los mares y que visitaron personajes tan ilustres como Aníbal o Julio César.
La última hipótesis, planteada por Ricardo Belizón y Antonio Sáez , del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla , sitúa la posible localización de este célebre santuario que construyeron los fenicios al dios Melqart y que en época romana se llamó Hércules Gaditano en un área comprendida entre Sancti Petri (entre los términos de San Fernando y Chiclana) y Camposoto (en el término municipal de San Fernando).
Belizón investigaba sobre la paleogeografía de la bahía de Cádiz en la Antigüedad para su tesis, utilizando los datos públicos de teledetección Lidar del Instituto Geográfico Nacional y un Sistema de Información Geográfica de software libre llamado QGIS, cuando descubrió unas estructuras que le llamaron la atención en una zona del caño de Sancti Petri y en la parte sur del Río Arillo, al norte de Camposoto. Tras repetir varias veces el trabajo, lo puso en conocimiento de Antonio Sáez y ambos lo revisaron y comprobaron una y otra vez hasta que se convencieron de que no habían cometido ningún fallo y lo pusieron en conocimiento del Centro de Arqueología Subacuática (CAS) del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) de Cádiz.
En las imágenes se apreciaba lo que parecía ser la estructura de un gran edificio del tamaño de dos estadios de fútbol (unos 300 metros por 150 metros) en una zona del caño de Sancti Petri donde no existió nada en época moderna, según la cartografía histórica. «Lo que estamos viendo correspondería a época romana, creemos que esa estructura se asimila a lo que dicen las fuentes clásicas que fue el templo de Hércules que estuvo en uso hasta el siglo IV», señala Belizón. Arqueólogos subacuáticos realizaron una inmersión en la zona para comprobar in situ lo que mostraba el modelo digital del terreno, pero Milagros Alzaga, directora del CAS de Cádiz, explica que la mala visibilidad y las corrientes no les permitieron verlo bien. «Dada la dificultad que tiene la zona para el buceo, queremos realizar prospecciones geofísicas y programar muy bien cómo vamos a bajar y a trabajar», dice.
A unos cuatro kilómetros, en la parte sur del río Arillo donde sus modelos digitales del terreno mostraban otra gran edificación de 700 metros de largo por 300 de ancho, la visita a este lugar antes de que se inundara confirmó la existencia de restos de muros y fragmentos de ánforas. Aunque aún es pronto para afirmarlo con rotundidad, creen que podrían ser de un conjunto de estructuras de época romana «de mayor superficie que Baelo Claudia» . Esos modelos digitales de terreno parecían confirmarse como fiables. «Si en un lado el sistema ha funcionado -comenta Alzaga- pensamos que debajo del agua en Sancti Petri también puede haber algo».
A tenor de estas investigaciones, el templo de Hércules sería mayor de lo que se pensaba hasta ahora y su entorno, totalmente distinto al que se creía: «cambiante, con un contacto directo con el mar, sujeto a las mareas, tal y como decían las fuentes literarias grecolatinas (Estrabón, Silio Itálico o Filóstrato), situado en una zona continental y parece ser que con estructuras portuarias asociadas al templo», según describe la directora del CAS.
Los datos sobre los hallazgos e intervenciones arqueológicas ya conocidos en la zona concuerdan, según los defensores de esta tesis, con esas estructuras ahora descubiertas, que a su juicio proporcionan una nueva clave para entender, por ejemplo, por qué en una zona determinada de Sancti Petri se habían ido encontrando estatuillas votivas o pecios con tortas de cobre.
Los investigadores, que presentaron su estudio de forma científica en la Universidad Sapienza de Roma el pasado 9 de diciembre y en el CAS de Cádiz al público esta semana, tienen claro que lo que plantean es tan solo una hipótesis que futuras intervenciones arqueológicas deberán confirmar. Pero tanto la ubicación de las estructuras localizadas como sus dimensiones les llevan a pensar que podrían ser del buscado templo de Hércules. «Y aunque no lo fuese, tiene tantísima entidad lo que queremos estudiar de forma interdisciplinar que va a ampliar mucho el conocimiento que tenemos de esta época en toda la zona desde Cádiz hasta Chiclana», considera Alzaga.
Entre los entendidos, la nueva teoría suscita interés y una prudente expectación. Para Darío Bernal, catedrático de la Universidad de Cádiz, se trata de «una hipótesis interesante" que, subraya, «hay que contrastar con trabajos de campo» .
En el Cerro de los Mártires
El profesor Antonio Monterroso Checa no oculta, sin embargo, su completo escepticismo. El equipo que dirige en la Universidad de Córdoba y el capitaneado por Lázaro Lagostena en la de Cádiz proyectan buscar el templo el año que viene en el Cerro de los Mártires de San Fernando, también con Lidar y con apoyo tanto del Ayuntamiento de San Fernando como de la Junta de Andalucía y el Ministerio de Defensa, propietario de los terrenos.
«Es el lugar más idóneo», explica Monterroso, porque «en la mentalidad del mundo antiguo, teniendo un cerro protuberante hacia el mar, visible desde cualquier lugar, a nadie se le ocurriría poner a su dios en el agua». No es habitual que haya templos fenicios en el nivel del mar, subraya. El cerro es la única zona que quedaría a salvo de un maremoto y los fenicios, expertos navegantes, « jamás hubieran puesto a su dios principal en un sitio que pudiera estar mínimamente amenazado . No tiene ningún sentido», resalta el investigador.
Además, las fuentes antiguas no mencionan ningún dato sobre una reconstrucción del templo, «señal de que no se destruyó nunca» por lo que «el único sitio» seguro, según Monterroso, era en la cima del Cerro de los Mártires.
« Si el templo hubiera estado a nivel del mar, no habría durado 50 años, imposible », asevera el arqueólogo cordobés. En esa ubicación «a nivel del mar actual, que es más bajo que el de época fenicia arcaica, sería imposible que el templo hubiera aguantado no un maremoto, sino una marejada de levante gaditana». Y la zona se vio sacudida por dos maremotos en los siglos VI y III a.C. y un tercero, fortísimo, provocado por el terremoto de Lisboa de 1755, que volvió a remover la zona. Estas catástrofes tuvieron una extraordinaria capacidad de arrastre que alteraron este lugar ya de por sí muy cambiante.
Monterroso no confía en los resultados de una búsqueda realizada con recursos aéreos en el entorno del islote porque " en terreno marino, la única manera de tener datos ciertos es con prospecciones subacuáticas ". El Lidar, asegura, es "una herramienta equivocada" para buscar bajo el agua y las imágenes mostradas podrían ser "cicatrices de las propias salinas, que no tienen absolutamente nada que ver con un resto arqueológico sumergido".
El profesor de la Universidad de Córdoba hubiera deseado leer los resultados de esta investigación en una publicación científica previa para poder juzgarla, como él hizo en marzo, negando en un artículo la posible ubicación de Sancti Petri que tradicionalmente se ha apuntado para el santuario. Monterroso echa en falta "todo el método que muestre cómo se han procesado esas imágenes, cómo se han obtenido esas formas, cómo se han realizado esos cálculos...». A su juicio, por el momento es «una pura conjetura » que no tiene «ni un mínimo atisbo de validez metodológica».
« La discusión científica enriquece el conocimiento. Veremos qué nos deparan las próximas actuaciones », replica por su parte Belinzón. Los investigadores de la Universidad de Sevilla y del CAS de Cádiz creen contar con «una guía» para sus próximos pasos, un mapa con unas sugerentes estructuras. El tiempo dirá si alguno tiene la razón.
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