Hazte premium Hazte premium

García Cárcel: «España necesitaba a Santa Teresa para combatir la leyenda negra»

El historiador interviene hoy en el Aula de Cultura de ABC con una conferencia dedicada a la religiosa

Ricardo García Cárcel SERRANO ARCE

CÉSAR CERVERA

El Aula de Cultura de ABC cuenta hoy con la presencia del historiador Ricardo García Cárcel , quien ofrecerá la conferencia «Teresa de Jesús en la Historia» , un análisis sobre el papel que desempeñó esta religiosa española del siglo XVI en la misógina época que le tocó vivir. «Con su magnetismo y su inteligencia emocional fue capaz de abrirse camino en unos tiempos regios. Utilizó la humildad para neutralizar el machismo rampante ; de tal modo que su personalidad terminó embelesando a quienes creían que aquellas cualidades solo podían estar presentes en los hombres», explica García Cárcel sobre los medios que Santa Teresa de Jesús empleó para superar la presión del Santo Oficio y de otros organismo controlados por hombres.

El acto, que se celebra hoy a las 19.00 en el Espacio Bertelsmann de la calle O’Donnell 10 de Madrid, será conducido por Fernando García de Cortázar –director de la Fundación Vocento– y supondrá la presentación pública del último libro de García Cárcel, «Teresa de Jesús: La construcción de la santidad femenina» (Cátedra, 2015). Junto a la también historiadora Rosa María Alabrús , García Cárcel indaga en este libro sobre las razones que llevaron a la Iglesia española a dar preeminencia al proceso de canonización de la santa abulense frente a otras religiosas de su tiempo. «Fue un proceso especialmente veloz , porque la Iglesia y la Monarquía española necesitaban a una mujer así para combatir la leyenda negra que la propaganda enemiga lanzaba contra el país», asegura el académico de Historia.

Magnetismo de su personalidad

Esa celeridad en convertirla en santa respondió, además, al «magnetismo» de su personalidad y a su capacidad de congeniar visiones en apariencia contradictorias, como era el caso de los dominicos y los jesuita s. Pero más allá de su santidad o de su perfil literario, Santa Teresa fue una mujer perfectamente encajada en su tiempo, con «una capacidad excepcional » a la hora de moverse por la Corte. Si bien nunca llegó a verse con Felipe II, sabía desenvolverse con inteligencia en el ambiente político del Rey Prudente , haciendo de ágil funambulista entre las dos facciones cortesanas (los «ebolistas», inicialmente bajo el liderazgo del Príncipe de Éboli; y los «albistas», con el Gran Duque de Alba como indiscutible cabeza). La religiosa, no en vano, le debió buena parte de su tranquilidad al Inquisidor General Gaspar de Quiroga , que, desde su aprecio personal hacia la abulense, se esforzó en mantenerla a salvo del Santo Oficio.

Ni siquiera la santidad libra de las envidias. Al final de su vida, su acercamiento a la familia Alba fue fundamental para su trayectoria política y para protegerla de sus enemigos. «La Princesa de Éboli (enemiga de los Alba) fue una mujer extravagante que chocó con la personalidad de Santa Teresa y mantuvo una disputa con ella, pero no fue su única enemiga », recuerda el académico, que señala como gran turbulencia en su biografía las luchas internas entre las carmelitas calzadas y las descalzas , cuya escisión era consecuencia de los esfuerzos reformadores de San Juan de la Cruz y de la propia abulense.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación