Eduardo Matos Moctezuma: «Hay que conocer la Historia, pero mirar hacia el futuro»
El arqueólogo mexicano, premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2022, cree que México y España deben estrechar aún más sus relaciones
«Disculpa un momento que me están mencionando en el noticiero español». Son poco más de las cinco de la mañana en México y Eduardo Matos Moctezuma acaba de enterarse de que ha sido distinguido con el premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2022 ... «por su excepcional contribución al conocimiento de las sociedades y culturas prehispánicas». El anuncio ha levantado de la cama al prestigioso arqueólogo mexicano de 81 años, pero la falta de sueño no le ha restado ni un ápice de alegría. « Es un altísimo honor recibir un premio considerado en todo el mundo«, dice con jovialidad poco después a este periódico.
«Ahora que me acabo de enterar del premio viene a mi memoria el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) al que pertenezco desde hace 62 años. En la Escuela de Antropología me formé y recuerdo a José Luis Lorenzo y a don Pedro Bosch, mis maestros, ambos ya fallecidos», rememora agradecido. Su gratitud se amplía además a la Universidad Nacional Autónoma de México, donde obtuvo el título de maestro en Ciencias Antropológicas y donde se doctoró. Y en particular a su rector, el doctor Enrique Graue, por haberle propuesto «a tan preciada presea». También a la Academia Mexicana de la Lengua y a Gonzalo Celorio, su presidente, por las mismas razones, y «a mis queridos y admirados amigos, los académicos Pablo Rudomín y Francisco Bolívar Zapata, ganadores en su momento del Premio Príncipe de Asturias» por haber apoyado su candidatura.
Martos nunca pensó que llegaría a ser designado por su « extraordinario rigor intelectual » para «reconstruir las civilizaciones de México y Mesoamérica, y para hacer que dicha herencia se incorpore con objetividad y libre de cualquier mito ».
Una historia unida
En su larga trayectoria profesional ha recibido «muchas distinciones, pero ninguna como el Princesa de Asturias», asegura el arqueólogo mexicano que ha dedicado su vida a «buscar el pasado para traerlo al presente» .
«El día de hoy -afirmó a la Fundación Princesa de Asturias- veo con enorme satisfacción los frutos de esa tarea, que me permitió conocer nuestra propia historia y cómo ésta se unía con la historia de otros países como España «.
Tras unos segundos ausente, mientras escucha la noticia de la que es protagonista, regresa al otro lado del hilo telefónico. Acaba de oír cómo el jurado ha valorado sus investigaciones en la década de los sesenta de la Tula prehispánica, colonial y moderna y también en Teotihuacán , donde excavó la Pirámide del Sol y fundó el Museo de la Cultura Teotihuacana y el Centro de Estudios Teotihuacanos, pero destaca especialmente sus trabajos en el Templo Mayor de Tenochtitlan , cuyo descubrimiento y proyecto coordinó desde sus inicios en 1978. «Constituyen, por la intensidad y la continuidad de la investigación de campo, páginas ejemplares del desarrollo científico de la arqueología y del diálogo fecundo con el pasado, entre culturas distintas y entre las ciencias sociales y humanas», resaltan en el fallo, leído este miércoles en el Hotel de la Reconquista de Oviedo.
Monolito de la diosa azteca Coyolxauhqui
Tenía 37 años cuando unos obreros de la Compañía de Luz y Fuerza localizaron en la zona un monolito de la diosa Coyolxauhqui, que marcó un antes y un después en el estudio de la cultura mexica, y el INAH lo designó para hacerse cargo del Proyecto Templo Mayor al que hoy sigue vinculado, ya como investigador emérito. Matos mantiene su oficina en el Museo del Templo Mayor y sigue escribiendo y dando conferencias, pero dejó la dirección de las investigaciones en manos de Leonardo López Luján en 1991. «Siempre es bueno renovar y dar paso a otras ideas, a nuevas tecnologías», comenta.
López Luján, por su parte, ha destacado en un mensaje en las redes sociales que se siente «muy feliz y superorgulloso» por su «querido maestro, quien corona así sus más de 6 décadas de entrega a la arqueología « de México y suma su nombre al de otros mexicanos premiados como los escritores Juan Rulfo y Carlos Fuentes y los científicos Rudomín y Bolívar.
El corazón de Tenochtitlan
Excavar en pleno centro histórico de la capital mexicana, una zona Patrimonio de la Humanidad, y en un suelo lacustre que sufre movimientos, «requiere de un rigor tremendo» y resulta «especialmente difícil» pues «tienes que aplicar toda una tecnología avanzada para recuperar los vestigios del pasado con sumo cuidado», destaca Matos. Pero gracias, entre otras cosas, a la determinación que caracteriza a este investigador, que dirigió las tres primeras de las siete campañas llevadas a cabo, el Proyecto Templo Mayor ha realizado importantes hallazgos en este lugar que fue centro de la vida política y religiosa de la sociedad mexica. Destacan, por ejemplo, las ampliaciones del Templo Mayor, la Casa de las Águilas, el Cuauhxicalco, un edificio circular mencionado en las fuentes históricas como lugar de enterramientos de varios dirigentes mexicas, el monolito de la diosa de la tierra, Tlaltecuhtli, o el gran Tzompantli, un enorme altar ceremonial de cráneos humanos que data de la época dorada del imperio azteca.
El Proyecto del Templo Mayor «es lo que me ha apasionado en todos estos años», remarca el premio Princesa de Asturias, aunque también ha dedicado parte de su trayectoria a estudiar la propia historia de la arqueología, que «permite llegar con todo rigor al pasado y recuperar la obra de los hombres, de las sociedades que nos precedieron «.
Matos Moctezuma, durante una conferencia
«Nos permite conocer nuestra propia Historia», añade Matos. «Y en el caso de nuestro país -dice refiriéndose a México-, crea una conciencia de pertenencia». Sin embargo, el prestigioso arqueólogo mexicano cree que « hay que mirar hacia el futuro . Analizar la Historia, conocerla, pero no quedarse atrás«.
México y España, países hermanos
«Aquel enfrentamiento de hace 500 años que se ha llamado la conquista de México fue un encuentro doloroso, porque toda guerra trae muerte y desolación, lo estamos viendo en Ucrania, pero también fue importante lo que vino después». El gran arqueólogo de Tenochtitlan, que comparte el apellido del famoso emperador azteca, sostiene que « México y España son países hermanos que están unidos por lazos indisolubles y deberán estrechar aún más sus relaciones «.
En octubre viajará a Oviedo para recoger el galardón que le ha concedido el jurado presidido por Emilio Lamo de Espinosa e integrado por Paz Battaner, Javier Echeverría, Juan Pablo Fusi, Mauro Guillén, Óscar Loureda, Araceli Mangas, Manuel Menéndez, Jaime Montalvo, Montserrat Moreno, Jaime Pérez, Rafael Puyol, Fernando Vallespín y Marta Elvira (secretaria).
El jurado del Premio Princesa de Ciencias Sociales 2022, presidido por Emilio Lamo de Espinosa (3d), durante la lectura del acta del jurado que otorga el galardón de esta edición al arqueólogo y antropólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma
El Princesa de Asturias de las Ciencias Sociales engrosa una larga lista de reconocimientos recibidos por este erudito y promotor del mundo prehispánico mexicano, así como gran divulgador, que también ha trabajado en sitios arqueológicos como Comalcalco, Tepeapulco, Bonampak, Cholula o Thatelolco.
Autor de más de quinientas publicaciones , entre sus libros destacan 'Muerte a filo de obsidiana' (1975, con doce ediciones), 'Vida y muerte en el Templo Mayor' (1986), 'Los aztecas' (1989), 'La metrópoli de los dioses' (1990), 'Teotihuacán' (1994), 'Las piedras negadas' (1998), 'La muerte entre los mexicas' (2010), 'Grandes hallazgos de la arqueología. De la muerte a la inmortalidad' (2013) o, el último, 'Tlatelolco. La última ciudad, la primera resistencia' (2021).
«Inspiración para próximas generaciones»
Catedrático de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) durante más de treinta años, ha sido director del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social del Museo Nacional de Antropología y del Museo del Templo Mayor. Es 'doctor honoris causa' por la Universidad de Colorado y la UNAM, Caballero de la Orden Nacional al Mérito, de la Orden de las Palmas Académicas y Oficial de la Orden de las Artes y las Letras de Francia. Ha recibido además la Medalla Henry B. Nicholson de la Universidad de Harvard, que creó una cátedra con su nombre, así como el Premio Nacional de Ciencias y Artes de México, la Orden Andrés Bello de Venezuela y la Medalla Museo de Antropología de Xalapa de la Universidad Veracruzana.
Además es miembro honorario del Instituto Arqueológico Alemán y del Instituto Arqueológico de América, emérito de la Sociedad de Arte Funerario y miembro de El Colegio Nacional, las academias Mexicana de la Lengua, Mexicana de la Historia, Nacional de Historia y Geografía y de la Sociedad Mexicana para el Estudio de las Religiones. También forma parte de la Society of Antiquaries of London, de las sociedades Mexicana de Geografía y Estadística, de Antropólogos del Caribe y de Escritores de México.
Cuando en su juventud tomó la decisión de ser arqueólogo, su madre le dijo: «Eduardo, si quieres estudiar arqueología está muy bien, pero... ¿no sería bueno que estudiaras también en la Escuela Bancaria y Comercial?». A la vista está que no se equivocó de camino. Según el jurado del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, « Eduardo Matos Moctezuma y su obra sirven de inspiración para las próximas generaciones de científicos sociales y de ciudadanos».
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