El desafío de rescatar el claustro románico del monasterio de San Zoilo que sustenta su joya plateresca

Desde que en 1993 se hallara el 'eslabón perdido' de San Zoilo , con el descubrimiento de una portada románica con columnas de mármol, «en todas las obras de los últimos años se ha encontrado alguna pieza del monasterio románico reutilizada, pero que aparezcan tantas, de tan buena calidad, en un mismo espacio, es espectacular », afirma el arqueólogo Jaime Gutiérrez, director de los trabajos que se están llevando a cabo en este antiguo monasterio cluniacense del Camino de Santiago que a mediados del siglo XV pasó a integrarse en la congregación benedictina de San Benito el Real de Valladolid.

Al retirar una capa de tierra en el perímetro del jardín para realizar una canalización, quedaron a la vista los cimientos del claustro renacentista que levantaron Juan de Badajoz, Pedro Torres, Juan de Bobadilla, Juan de Celaya y Miguel Espinosa, entre otros. Fue entonces cuando se produjo la sorpresa. Aquellos sillares desenterrados tenían extraños contornos. « Desde el primer momento en que identificamos una forma sospechosa con un capitel, casi día a día fuimos hallando otros perfiles a medida que limpiábamos de tierra la zona», relata el aparejador Zoilo Perrino, encargado de la fotogrametría y los trabajos en 3D de las excavaciones y director de la asociación Cluny Ibérica . «Nos sorprende que lo que menos vemos son sillares al uso. Tenemos dovelas a tutiplén, fustes de columnas dobles, simples, de mármol...»

Han identificado hasta siete capiteles, dos cimacios, una basa que parece romana, más de una docena de fustes y unas quince dovelas en los cimientos del ala este y sur. Del antiguo claustro románico solo se conocían hasta ahora cuatro capiteles, hallados en anteriores intervenciones en el monasterio y expuestos en la sala Galilea. El resto de las piezas que lo conformaban parece encontrarse bajo el claustro de estilo plateresco. «Ha sido un hallazgo muy emocionante», confiesa Gutiérrez, que incluso ha podido documentar en la zona nordeste el lugar exacto donde comenzó a construirse el claustro renacentista .

El pasado 3 de diciembre solicitaron a la Junta de Castilla y León la extracción de cuatro de estas piezas , las que consideran de mayor calidad y fácil recuperación. Se trata de un cimacio con decoración vegetal y tallado a trépano profundo, un capitel con una magnífica talla vegetal, la basa que sospechan romana y otro capitel en cuya cara visible se distingue un animal, posiblemente un león o una leona.

De aprobarse su petición, las piezas serían sustituidas por piedras del mismo tamaño, sin que el claustro renacentista sufra daño alguno, según Gutiérrez. El resto se cubrirá con una capa geotextil y grava, que proteja las piezas y resulte fácil de desmontar si más adelante se decide extraer más. El arqueólogo explica que tramo a tramo se podrían ir rescatando todos los elementos del claustro románico sin perjudicar la joya plateresca que ahora sustentan. «Hemos visto una mínima parte y hemos decidido solicitar la extracción de esas cuatro piezas, pero allí habrá unos dos metros de ancho de cimentación y quién nos dice que las que hay detrás no son aún mejores », comenta. De momento, solo se ha recuperado una cabeza de piedra que formaba parte de un canecillo. Estaba suelta, sin ligazón a la cimentación, como parte de un resto de escombro.

Perrino destaca, por su parte, la importancia de este descubrimiento del antiguo claustro para conocer mejor la historia del monasterio y «para completar el papel que jugó San Zoilo en el arte románico ». Cree que la extracción de piezas como el cimacio de acusado trépano (técnica escultórica en la que mediante una herramienta percutora llamada 'trépano' se horada la superficie formando filigranas y cavidades), junto a otros elementos figurados, podría dar pistas que permitieran afinar la datación del claustro y arrojar luz sobre viejas polémicas historiográficas acerca de cómo se desarrolló y distribuyó el estilo románico por la Península Ibérica.

En los restos hallados hasta ahora en San Zoilo se han apreciado conexiones con San Martín de Frómista y con la catedral de Jaca. Perrino recuerda, por ejemplo, que la iconografía de un capitel (con un personaje barbado, un león, dos aves y una figura masculina con toga) solo se repite en Jaca y en el castillo de Loarre. «¿Fue obra de un taller escultórico que trabajó en Jaca y también aquí en San Zoilo? ¿o de San Zoilo se fue a trabajar a Jaca? Al faltarnos la gran mayoría de las piezas de San Zoilo, que era una construcción temprana pero muy ambiciosa arquitectónicamente, levantada con poderío y recursos, disponemos de información incompleta», explica este especialista en digitalización del patrimonio. Tal vez en las recién descubiertas se encuentre alguna respuesta.

A juicio de Jaime Nuño, director del Centro de Estudios del Románico de la Fundación Santa María la Real , «lo más lógico» sería rescatar las partes que están embutidas en los cimientos para que puedan ser estudiadas, siempre que su recuperación no afecte a la estructura al claustro gótico renacentista . «Los restos escultóricos que se puedan rescatar que se rescaten y el resto, que se tape para que ese claustro renacentista, para mí uno de los más importantes de España, siga teniendo el protagonismo que se merece», defiende.

Nuño está siguiendo con interés el hallazgo de nuevos restos. «Poco a poco -dice- Carrión va aportando muchas cosas y va a aportar más, sin duda. El monasterio románico casi está solapado por el renacentista y barroco, conviven y se aprovechan piezas». Recuerda que durante la ejecución del Plan Director del Monasterio «aparecieron hasta partituras musicales manuscritas, la ropa de la condesa doña Teresa... Carrión es un sitio verdaderamente interesante, espectacular y cada vez va a sonar más en el ámbito de la cultura de las edades media y moderna».