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ABC Cultural

El archiduque Maximiliano no fue fusilado: murió en El Salvador con 104 años y el nombre de Justo Armas

México, 1864. Cuando el pelotón de fusilamiento hizo su última descarga, Maximiliano de Habsburgo empezó una nueva vida. A cambio de no revelar jamás su identidad, Juárez, masón como el archiduque, le perdonó la vida y le dio un salvoconducto para El Salvador donde el emperador vivió bajo el nombre de Justo Armas. Así lo asegura el investigador Rolando Deneke que durante quince años ha reunido numerosas pruebas que cambian el rumbo de la historia.

Ratrato de Maximiliano de Habsburgo cuando era emperador de México. ABC

Benito Juárez publicó un edicto poco después de que Maximiliano de Habsburgo fuera fusilado en el Cerro de Las Campanas en Querátero en 1864 junto a los generales Mejías y Miramón. El escueto comunicado decía que «el Archiduque Fernando Maximiliano José de Austria había sido ... hecho justo por las armas». Poco tiempo después, apareció en El Salvador un hombre culto, elegante y de esmerada educación, que se hacía llamar Justo Armas y que pronto llegó a convertirse en un personaje muy apreciado dentro de la alta sociedad salvadoreña. Este hombre, que guardaba un parecido asombroso con el emperador de México, siempre se mostró reació a contestar cualquier pregunta que se le hiciera sobre su pasado y solía presentarse a sí mismo como el único superviviente de un gran naufragio.

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