El alma despierta

jaime gonzález

No fue la mano, ni el trazo sobre el papel, ni el talento para dibujar un pensamiento lo que hizo de Antonio Mingote un genio, sino la inteligencia para ver la vida desde otra perspectiva. Desde ese ángulo en el que nadie es ... capaz de mirar, Mingote vio pasar el mundo.

Tan cerca que se lo llevó consigo. Lo tenía guardado en un cajón, junto a sus lápices, y lo sacaba cada día a pasear. La genialidad no es fruto de una gracia sobrehumana, sino de la propia humanidad.

No fue la mano, ni el trazo sobre el papel, ni el talento, sino el alma despierta de Mingote la que le enseñó qué la mejor perspectiva para ver pasar la vida no estaba fuera, sino dentro de sí: esa atalaya inexpugnable desde donde Antonio aprendió a pintarse antes de salir a dibujar el mundo .

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