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ABC Cultural

Ángel Antonio Herrera

Prohibir el edén

Porque lo invisible es el edén inexpugnable de la lujuria. Y a ver quién prohíbe lo invisible

Ha sido la censura, desde siempre, un estímulo sexual. Queremos decir que aquello que en el arte de lo erótico se prohíbe logra rápido un carácter secreto, o clandestino, levemente delictivo, incluso, que acaso es un prestigio. Otra cosa es que tenga fácil escaparate. ... La censura suele lograr con solvencia lo contrario a lo pretendido, porque si echas sobre un lienzo una túnica ese lienzo es clamorosamente un deseo. La censura otorga, así, a lo cotidiano la dignidad de lo desconocido , y lo cotidiano suele ser un desnudo, que se torna codiciado, y mitológico, y urgentísimo, justo cuando se persigue su ocultamiento.

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