Desvelan los restos de un soldado fallecido en Waterloo con la bala que le mató entre las costillas

A pocos meses de que se celebre el 200 aniversario de la contienda, los arqueólogos encargados del proyecto han logrado identificar al hombre como Friedrich Brandt, de 23 años. Éste sujeto ha sido definido, según afirman varios medios internacionales como el « Sunday Times », como un soldado que luchó junto a las tropas holandesas. Su mayor característica, sin embargo, es que contaba con una deformidad física que hacía que tuviera una pronunciada joroba y que, a día de hoy, no le hubiera permitido combatir. Así lo ha afirmado, al menos, el historiador Gareth Glover al diario británico.

Al parecer, su identidad ha podido ser averiguada gracias a un trozo de madera encontrado junto al cuerpo (y que incluía sus iniciales), 20 monedas francesas y alemanas que fueron halladas junto al cuerpo y una cuchara de hierro. Todo ello, unido a una bala de mosquete que apareció entre sus costillas, ha sido crucial para poder determinar su origen y su fallecimiento en la batalla que acabó con Napoleón Bonaparte .

Con todo, el equipo de arqueólogos se ha visto obligado a desechar las pruebas de ADN para su identificación, pues este sujeto no contaba –aparentemente- con ningún descendiente vivo con el que pudiera ser comparado. Este detalle ha podido averiguarse gracias a que nadie solicitó una pensión de viudedad en nombre del fallecido una vez terminada la lucha.

Para su identificación, por lo tanto, han sido determinantes las deformidades del esqueleto y los estadillos de la época. A su vez, y en base a las pruebas que se han realizado de los restos, se ha llegado a la conclusión de que Brandt murió cuando su unidad combatía entre las 13:00 y las 16:00 horas en la batalla de Waterloo.

A día de hoy, se estima que más de 50.000 personas murieron en esta contienda. Muchos de los cuerpos de los caídos fueron enterrados en fosas comunes o, incluso, vendidos como abono barato para plantas.