Francesco de Nigris: «Las únicas concesiones que ha hecho Julián Marías han sido a la verdad»
Entrevista a Francesco de Nigris, discípulo de Julián Marías y profesor de Filosofía en la Universidad Pontificia de Comillas
Francesco de Nigris: «Las únicas concesiones que ha hecho Julián Marías han sido a la verdad»
Se cumplen cien años del nacimiento del filósofo Julián Marías Aguilera. A lo largo de su vida, Marías demostró una curiosidad y capacidad de trabajo que le llevó a acercarse a la historia, la literatura o el cine . Sin embargo, atraído por la Facultad ... de Filosofía de la Universidad Central de Madrid, en la que descollaban Manuel García Morente, Xavier Zubiri y su maestro, José Ortega y Gasset, descubrió su vocación primera: la filosofía.
Con motivo de este aniversario, entrevistamos a Francesco de Nigris, profesor de Filosofía en la Universidad Pontificia de Comillas, colaborador del «Instituto de Humanidades John Hernry Newman» de la Universidad Francisco de Vitoria y discípulo de Julián Marías. De Nigris es autor de «Libertad y método: el liberalismo desde la perspectiva "personal" de Ortega y Marías», y colaborador de distintas revistas como «Cuenta y Razón».
– Para alguien que no conozca a Marías, ¿cómo lo presentaría?
Julián Marías me parece ante todo una figura ejemplar e irreprochable, eso es lo que trasparece en sus obras. En ellas, hay un estilo de absoluta pasión y entrega a la verdad. Es una figura que alumbra el futuro y que permite vertebrar la propia vida, porque sus escritos abordan desde la filosofía más profunda con una una raíz profundamente metafísica, a muchas dimensiones de la realidad: el cine , la historia, la historia de España, y, por supuesto, el pensamiento filosófico y la historia de la filosofía. Además, Julián Marías sugiere una virtud que se ha perdido de vista en el horizonte, sobre todo entre los jóvenes, que es el honor. Yo creo que es lo que más caracteriza a la biografía y al pensamiento de Julián Marías. Es un pensamiento vivo, y vivido, porque trasparece esa viveza y esa autenticidad en cada una de sus páginas.
– ¿Qué significa que es irreprochable? ¿Qué se le puede reprochar a otros que a él no?
Lo de irreprochable es por una constante fidelidad a la propia vocación. Julián Marías comprendió que entre sus proyectos había algunos que eran irrenunciables, y fue capaz de ser fiel a ellos. Por «Tenemos que jugarnos la vida a una carta», decía Julián Maríassupuesto la vocación filosófica, la vocación de español, que comprende la historia de España, la vocación de marido, la vocación de padre…es una persona absolutamente plena porque habitó sus proyectos y le dio una jerarquía de autenticidad; fue capaz de jerarquizar sus vocaciones (la vocación es el proyecto irrenunciable de la vida), y ser fiel a ellas. Y, en la fidelidad a la vocación, encontramos la única posibilidad de felicidad.
Una frase típica de Julián Marías era «tenemos que ser capaces de jugarnos la vida a una carta». Eso significa tener una vida auténtica, ser fieles a unos proyectos que son irrenunciables y saber lo que podemos perder perdiéndolos a ellos
Para Marías fue irrenunciable participar, en cierta manera, de pacificador en la Guerra Civil; luego, ha sido una figura que resistió la presión de la dictadura sin comulgar con ella ni hacerla concesiones. Las únicas concesiones que ha hecho Julián Marías han sido a la verdad, por la que ha tenido siempre una auténtica pasión. Incluso en el régimen democráctico no se dejó llevar por los cantos de sirena de ideologías que le hubieran reconocido esa resistencia durante el régimen.
– ¿Cómo se aúnan vocación y circunstancia en Marías?
Hay que tener en cuenta de dónde procede Julián Marías y el pensamiento de Ortega. La gran frase de la metafísica orteguiana es de 1914 y dice: «Yo soy yo y mis circunstancia y, si no las salvo a ellas, no me salvo yo». ¿Qué quiere decir eso? Hay un yo, que es proyecto, que es vocación, que es una llamada, pero esa llamada es circunstancial. Pero, esa circunstancia, es parte de nosotros, es la otra mitad de mi persona. Yo soy un proyecto, una vocación, una «El egoísta rehúye la circunstancia, su historia, se aleja de las personas»llamada, pero es circunstancial. Desde que nazco, estoy respondiendo a llamadas circunstanciales: a mis padres, a una cierta educación, a mi hermano, a mi hermana… son las personas que están a mi alrededor que me están constantemente llamando a amar la circunstancia, a comprenderla y por esto a saber salvarme en la circunstancia: amando la circunstancia me puedo amar a mí mismo.
El egoísta rehúye la circunstancia, su historia, se aleja de las personas, no profundiza en la biografía del prójimo, no se deja llamar…La persona que vive vocacionalmente es la que está abierta, la que se deja llamar por el prójimo, por el propio país… y entonces empieza a ser libre porque se abre un abanico de posibilidades enormemente profundo, y entonces puede reconocer quién es.
Otro concepto orteguiano, pero con enorme vigencia en Julián Marías, es ser capaz de ponerse al servicio de una empresa superior. Los jóvenes hoy día tienen que, con esfuerzo, encontrar En España las regiones se unieron por una empresa superiorproyectos irrenunciables y ser capaces de ponerse al servicio de una empresa superior. Todo lo que está ocurriendo en España, la disgregación social, la falta de confianza, la falta de figuras ejemplares como Julián Marías, Ortega o Zubiri, produce que no podamos ponernos al servicio de empresas superiores porque no vlas veamos a través de vidas excelentes que nos las muestren.
Los nacionalismos son un ejemplo de disgregación de ámbitos de convivencia que no saben ponerse al servicio de una empresa superior. España se ha hecho de distintas regiones que se han incorporado unas a otras en una empresa superior, como fue el proyecto de Castilla y Aragón, las regiones que tenían una visión internacional de los problemas de España.
– ¿Creó JM un pensamiento filosófico original?
Muchos de los frutos de Ortega se dan en Julián Marías. ¿Cómo? En lo que ha llamado la «Estructura empírica de la vida humana». Es decir, para salvarme en la circunstancia, las circunstancias tienen que ofrecerme unas estructuras, que son la corporeidad, la convivencia, la historia…estructuras que permiten al hombre reconocerse dentro de la circunstancia frente a un tú como yo mismo. Es un nivel que JM ha llamado intermedio entre lo que es la fórmula de Ortega y la realidad concreta, que tiene en el libro «Antropología metafísica» de 1970 su exposición sistemática.
Y finalmente, llega JM a reobrar sobre la forma de Ortega que él siempre ha definido la estructura analítica de la vida humana.
Marías tomó a la persona como criatura amorosaJulián Marías reobró sobre la forma de Ortega que él siempre ha definido la estructura analítica de la vida humana. Es decir, aquella que define analíticamente, de una manera universal los elementos que pertenecen a la vida humana y la estructura empírica, ha reobrado sobre esas dos estructuras desde el punto de vista de la persona como criatura amorosa, escribiendo libros tan innovadores sobre la persona como «Mapa del mundo personal» o «Persona», donde reobra con este concepto de la persona como criatura amorosa. ¿Qué quiere decir Marías? Que en la circunstancia tenemos todos una vocación universal. Esa vocación universal es la única que permite intensificar la vida humana, y es la apertura al prójimo. Es decir, el prójimo es un camino, es un «methodos», como se dice en filosofía, para que uno se comprenda así mismo. Con lo cual la verdad en la filosofía de Ortega se sublima a la filosofía de Julián Marías hasta que la verdad se hace una verdad profundamente ética, y permite ligar la persona en la circunstancia con un proyecto que es el que tiene que vertebrar todos nuestros proyectos concretos.
«Los proyectos están jerarquizados por nuestra capacidad de amor»Ningún proyecto, ni el de ser abogado, ni el de ser periodista, ni el de ser profesor universitario podrá ser fecundo si no está abierto a las demás personas. El amor al prójimo es una constante fuente de amor propio, y esa es la vocación universal de la vida humana que descubre Julián Marías y que permite que nuestra relación con la circunstancia no sea un mero relativismo de proyectos. Los proyectos están jerarquizados por nuestra capacidad de amor, es decir, porque nos abren a la vida del prójimo.
– ¿Consideraría a Julián Marías como un pensador cristiano?
Es, ante todo, un metafísico que ha buscado el sentido de la realidad. Y, como para Ortega la realidad era la vida humana, la realidad radical donde acontece todo lo real, Julián Marías buscó el sentido de la vida, dar cuenta y razón de la vida. Sin duda, siendo Julián Marías reflexionó sobre el concepto de persona en el cristianismouna persona creyente, reobró con su metafísica en muchas ocasiones sobre el sentido de la religión, sobre la manifestación del fenómeno religioso en la vida y, por supuesto, sobre la tradición cristiana, escribiendo libros como «La perspectiva cristiana» o «Problemas del cristianismo» en los que reflexionó en profundidad con su idea de la persona sobre el cristianismo, que tiene en el concepto de persona, tanto divina como humana, su núcleo fundamental.
En ese sentido, sí se puede hablar de un filósofo cristiano. Pero su afán no ha sido el de comentar o hacer una filosofía para tratar de justificar ciertos hechos que se nos transmiten a través de los textos sagrados.
– Julián Maras fue discípulo de Ortega en una España antiliberal, ¿Marías reconcilia liberalismo y cristianismo?
Sin duda. Sobre todo, de cara a ese conflicto que hace del cristianismo y del liberalismo dos ideas antogónicas. Eso me parece falso. El hombre es intrínsecamente libre, porque tiene que reabsorber constantemente su circunstancia. Ortega llegaba a decir que «el hombre está forzado a ser libre». Yo tengo una libertad intrínseca pero que siempre es circunstancial . Si pensamos que la pretensión radical de la vida desde el pensamiento de Julián Marías es vocación, una pretensión de amor, en cualquier circunstancia concreta cualquier persona puede alcanzar enorme libertad. La libertad depende de nuestros proyectos, de nuestras pretensiones
El cristianismo nos dice que hay un Padre que nos quiereDurante la España franquista, Marías seguía con su vocación, fiel a ella, intentando recuperar la tradición del 98, el pensamiento de Ortega, sin dejarse llevar por las tentaciones de mayores facilidades, hasta económicas, con posibilidades de trabajos en EE.UU. Julián Marías siguió en España, se hizo cargo de ella; los proyectos de Marías se hicieron importantes porque llevaba dentro los de España, y se sentía profundamente libre. Y, por supuesto, ese concepto de libertad no sólo es compatible con el cristianismo, sino que representa una intensificación de esa libertad, porque el cristianismo inevitablemente es la búsqueda de un principio de amor propio.
El cristianismo, lo que nos está diciendo, es que tenemos que confiar radicalmente en nosotros porque alguien nos ama, y la confianza se llega sublimar en fe porque hay un Padre que nos quiere incondicionalmente. Con lo cual, se intensifican, se fortalecen nuestros proyectos, hasta hacernos literalmente héroes. Esa figura del héroe, que fascinó a Ortega desde las «Meditaciones del Quijote», yo creo que la ha personificado Julián Marías.
– En el momento actual, ¿qué podemos sacar de sus escritos, qué pensaría Marías de la situación histórica?
Nosotros, miramos hacia delante y buscamos paras, acciones objetivos, pero no nos preguntamos por el por, y si ese por está elegido radicalmente en nuestra vida. Con lo cual el hombre se Dogmáticos y autoindulgentes sectarizan la vida socialhace volátil y corrupto. Y no es una corrupción sólo económica. Es la corrupción de una sociedad que es incapaz de ser fiel. Porque la persona que tiene un proyecto irrenunciable, que es fiel a su voación, es incorruptible. La corrupción económica es una corrupción que procede de una corrupción interior, de una persona que no tiene proyectos irrevocables. Son persona volátiles, que se dejan llevar, que tienden o al dogmatismo (por su incapacidad de reformularse constantemente así mismas y adoptan a una decisión, y la defienden por encima de la plasticidad que requiere la circunstancia) o a una autoindulgencia radical.
Con lo cual, se sectariza la vida social, con personas muy autoindulgentes y otras dogmáticas, y de ahí brota el fanatismo. Fanático viene de «fanum», templo. El fanático es una persona enclaustrada en una idea o que prescinde de toda idea. Ambas son formas que se alimentan unas a otras, que están muy presentes en nuestra sociedad y que adquieren signos políticos las fórmulas derecha e izquierda, que a Julián Marías nunca le gustaron.
«Hay que esforzarse por comprender los nombres de las cosas» Él decía que derecha e izquierda era una forma de hablar que utilizaba solo para las manos y para los pisos. Con esos conceptos se enmascara la realidad y se impide al hombre pensar lo que hay detrás de esas formas ideológicas. Hay que volver a esforzarse para comprender los nombres de las cosas que estamos hablando. Pensar significa utilizar los conceptos, y cuando los conceptos están dados y están aptos precisamente para el fanatismo como los de derecha e izquierda, se cae en una dinámica muy peligrosa.
Antes que demócratas, personas auténticasUn hombre sin vocación no es justo consigo mismo, con lo cual no puede ofrecer ninguna justicia social. El hombre que tiene vocación es productivo, produce la ilusión de seguir trabajando y de estar abierto a la circunstancia para defender sus convicciones. Con lo cual, se habla de justicia social sin comprender el elemento fundamental de esa justicia social, y con lo cual, se llega a lo que Ortega llamaba la «democracia morbosa», que es cuando lo demócrata o lo político se pone por encima de lo personal. Se ha dicho muchas veces, «yo, ante todo, demócrata». No, yo, ante todo, persona auténtica. Una dimensión de mi vida es la política y a través de ella podré manifestar una porción de mi autenticidad, pero yo, ante todo, auténtico, y luego demócrata
Ver comentarios