Dimite la directora general de la SGAE

Sin embargo, según fuentes consultadas por este periódico la tensión en el seno de la entidad sigue viva, aunque haya desaparecido del foco mediático en los últimos meses. Entre las causas, el despido improcedente y de manera unilateral ordenado al parecer por Garzón de tres trabajadores, dos de ellos vinculados con la asesoría jurídica de la entidad. Una decisión que no fue consensuada con la Junta Directiva que se mostró contraria a ella.

Otro de los focos de tensión, es el proceso abierto contra la SGAE de la Comisión Nacional de la Competencia por la aplicación de descuentos en sus tarifas a varias cadenas de televisión ( TVE , Telecino y Antena 3 ). Un proceso que no se habría gestionado bien desde el seno de la entidad y que podría llevar a esta a tener que abonar una cantidad de entre 20 y 30 millones de euros, según indican a este diario. Muchos ven en el problema de la rueda de las televisiones ( la denuncia por parte de Reixa fue uno de las causas de su salida) , el mayor foco de disputas en el seno de la entidad.

Por otra parte, la dimisión coincide en un momento delicado pues hoy precisamente comienza la ronda de pre-asambleas para presentar a los socios las cuentas de 2013, que arranca en Valencia, Zaragoza y Valladolid (la Asamblea General Ordinaria de Socios tendrá lugar el día 26 de junio). Es en la de Valencia donde participarán tanto Acosta como Garzón. Unas cuentas además que han estado en el punto de mira de parte de los socios, pues los ingresos bajaron ligeramente durante el año anterior, algo lógico según nos indica, pero que se incrementarán en 2014, «a la vista del ascenso de las cifras en el campo de la restauración. Se nota una reactivación de la economía».

La decisión de Natalia Garzón ha tomado por sorpresa a todos las personas consultadas por este periódico, que en días previos no vieron ningún signo de que la marcha de Garzón fuera inminente. Lo que sí es cierto es que hay quienes opinan que el puesto le venía un poco grande a la exinspectora de Hacienda «pues no es lo mismo gestionar trenes que cultura».

Garzón se incorporó a la SGAE con la intención de cambiar el organigrama de la entidad, intentado dar un perfil mayor a su cargo de directora general, ocupado anteriormente por Enrique Loras, imputado en la Operación Saga . Su presencia era constante en actos y firma de convenios nacionales e internacionales, dejando en un segundo plano al presidente de la entidad.

Las aguas tampoco corren muy tranquilas por la Junta Directiva. Aquella que espoleó y consiguió destituir a Antón Reixa hace casi un año. La tensión tal vez algo rebajada con su salida, no ha desaparecido. El problema, según explican a este periódico, son los constantes desacuerdos «no en las cuentas sino en la manera de gestionarlas».

A esta dimisión se suma la de Antonio Onetti , presidente de la Fundación SGAE, haces unos meses pero que decidió continuar hasta el verano mientras que encontraba un relevo.

Todo esto sucede mientras el juez Ruz sigue instruyendo la investigación por la Óperación Saga, que comenzó con la entrada de la Guardia Civil en la entidad el 1 de julio de 2011, y que se saldó en los primeros días con la imputación de varios directivos, entre ellos, su presidente ejecutivo Teddy Bautista, que dimitió de su cargo el 12 de julio. En mayo de 2012, era elegido por los socios para sustituirlo Antón Reixa, que era destituido un año después, en julio de 2013. Ahora parece que el turno de salir de la entidad le ha tocado a Natalia Garzón, nombrada por Reixa.