Pilar Cernuda, sobre Manu Leguineche: «El periodismo en estado puro»

«Por encima de la noticia están las personas»«Manu nos enseñó a escribir: nos decía "no se puede reescribir una historia a partir de un texto mal hecho. Hay que empezar de cero"», recuerda la periodista que fundó con Leguineche la agencia Fax Press. «Era un hombre capaz de hacer equipos y contagiar el entusiasmo sin clasificarnos, haciéndonos valer para todo y sin perder nunca el foco de lo fundamental: "lo que importa -nos decía- es la gente. Por encima de la noticia están las personas», recita la periodista, mientras los recuerdos se agolpan en su memoria, pugnando por salir.

Con emoción, exclama: «¡Era un tipo fuera de serie!» y personalmente lamenta «que no haya podido disfrutar durante 15 años de las cosas que más le gustaban: la lectura y el periodismo que le mantenía atento a los cambios que pasaban a su alrededor». Trabajar con él no permitía, sin embargo, olvidarse de que «tenía su carácter, a veces complicado. Era muy individualista y sentías a su lado que llevaba la profesión en la sangre, por mucho que a veces hubiera que discutir con él y hasta cabrearte con él. Jamás olvidaré lo que le debo».

El primer corresponsal de guerra

Entre las cosas que no debemos olvidar es que Manu Leguineche fue «el primer corresponsal de guerra de España que merecía ese nombre, tal vez junto a Luis Calvo. Fue el que inauguró para nosotros la manera de contar, por ejemplo, las guerras», recuerda la periodista y colaboradora de ABC. ¿Y cómo evolucionó con el tiempo esa manera de contar? «Decía Manu, se lamentaba de ello, que las crónicas de guerra se vinieron abajo con la televisión. Y eso que él trabajó como corresponsal para TVE en muchas guerras. Pero pensaba que la descripción de los detalles y los datos que tienen cabida en una crónica narrativa son imposibles de contar con unas pocas imágenes y un texto brevísimo. La imagen no nos descubre igual la realidad».

Entre las cosas por las que Manu Leguineche debe ser recordado figura, aunque parezca anecdótico, que fue quien bautizó a la «troupe» de corresponsales que van a las guerras como «la tribu». Pilar Cernuda recuerda el libro que escribió con ese nombre, en el que relata los detalles de la vida de los corresponsales destacados para cubrir el juicio de Macías en Guinea.

Pero el libro que Pilar Cernuda prefiere y tiene más cerca en este recuerdo apresurado es, sin duda, «El camino más corto», en el que un jovencísimo Manu «se enroló con cuatro americanos, uno de ellos el hijo de Errol Flynn, para dar la vuelta al mundo en un jeep y les pasó de todo. Está llena de aventuras y anécdotas protagonizadas por este periodista que se había sumado como el españolito de la expedición».

Sobre la actualidad del periodismo, sometido a grandes cambios tecnológicos, duda Pilar Cernuda que Manu se hubiese acostumbrado. «Para él el periodismo era contar una historia y contarla bien, pero es cierto que se aferró siempre a su vieja Olivetti y nunca usó el ordenador. La enfermedad que le apartó de la primera línea no nos deja valorar si al final se habría adaptado, pero nos habría recordado lo que es el periodismo para que no lo olvidásemos en medio de tantos cambios».

En resumen, Pilar Cernuda echa de menos al gran maestro pero también al amigo, y tiene un último y sonriente recuerdo para algunas características muy singulares «Además de todo lo que te he dicho, era un típico vasco, muy del Athletic y mal perdedor de mus. Le vamos a echar de menos». Todos