El Vasa era el orgullo de toda Suecia . Bautizado con el apellido de la dinastía reinante, fue botado en Estocolmo el 10 de agosto de 1628 y tardó apenas unos minutos en hundirse en su primer viaje, junto al puerto. El viento ... lo escoró, el agua entró rauda por las troneras de los cañones y se fue a pique.
«Solo Dios sabe porqué», fue la conclusión de una larga investigación en la que la culpa nunca quedo clara: si el constructor había calculado mal, si el lastre era insuficiente, si la tripulación estaba sobria y los cañones bien amarrados... Pero la culpa pudo ser de una moneda. [ Lee la entrada completa en Espejo de navegantes ]
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