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musical

El espíritu de Freddie Mercury regresa a Madrid

'Symphonic Rhapsody of Queen' desembarca en el Teatro Apolo con una explosiva fusión de rock y música clásica

El espíritu de Freddie Mercury regresa a Madrid

Ó. BELLOT / I. ABIO / Ó. CHAMORRO

Su voz se apagó hace más de dos décadas, mas su espíritu es eterno. El alma de Freddie Mercury, el legendario vocalista cuya magnética presencia y poderosas melodías arrebataron a una legión de incondicionales a quienes aún se les pone la carne de gallina cada vez que resuenan temas inmortales como 'We will rock you', 'I want to break free' o 'Friends will be friends', regresa a los escenarios de la mano de 'Symphonic Rhapsody of Queen', un espectáculo que afronta su tercera gira, prueba más que evidente de la fantástica conexión lograda con el público, y que tiene su puesta de largo este miércoles en el Teatro Apolo de Madrid.

Más de cuarenta músicos unidos para rendir tributo a una de las bandas más influyentes de la historia del rock y cientos de horas de trabajo posibilitan un extraordinario recorrido por el legado de la formación británica a través de una treintena de canciones en las que el rock más puro se hermana con los acordes de la música clásica, configurando un espectáculo arrollador.

Al frente del elenco, cuatro artistas de procedencias tan dispares como heterogéneo era el repertorio de un grupo conformado, además de por el añorado 'frontman', por el guitarrista Brian May, el batería Roger Taylor y el bajista John Deacon. El alemán Tommy Heart, fundador de Fair Warning; la estadounidense Michele McCain, diva de múltiples registros que debutó junto al 'padrino' del soul James Brown y que desde entonces se ha aventurado con géneros tan dispares como el gospel, el flamenco o el rock; el español Pablo Perea, quien fuera líder de La Trampa, y la soprano Graciela Armendáriz son los encargados de inocular al espectador la magia que emana de los éxitos de Queen.

Cóctel explosivo

Y capitaneando el barco, Juan Francisco Senabre, director y productor de 'Symphonic Rhapsody of Queen', quien materializó hace tres años su sueño de homenajear a los artífices de 'The show must go on' a través de esta singular fusión de estilos. "Me apetecía mucho crear un espectáculo con las canciones de Queen pero quería huir de tributos e imitaciones", apunta. El objetivo, añade, era montar una producción que fuese "distinta, atrayente y envolvente" y, sobre todo, "cargada de emociones donde pasamos por todas las fases que una persona puede vivir durante dos horas y media en un teatro". Decidió apostar así por combinar la Rock Band con la One World Symphonic Orchestra, dos mundos aparentemente opuestos del que emerge, sin embargo, un cuerpo sólidamente articulado.

Tres años después, las expectativas han quedado claramente "superadas", según confiesa Senabre. "El cóctel musical es tan explosivo que cada noche el público sale con una admiración tremenda hacia este espectáculo", explica. Algo que vale tanto para quienes crecieron escuchando a Queen como para aquellos otros a quienes su magisterio les llega de oídas. "Es increíble ver cómo el público de distintas generaciones, durante dos horas y media, se olvida completamente de todos sus problemas", se felicita el director.

En parecida línea se expresa Michele McCain, quien afronta su tercera gira con 'Symphonic Rhapsody of Queen'. "Es un privilegio poder interpretar las canciones de Queen", resalta una cantante que a lo largo de su vasta trayectoria ha tenido oportunidad de subirse al escenario con leyendas de la talla de BB King o Charlie Musselwhite, entre otros. "Vienen padres, abuelos, nietos, amas de casa, heavys... y es muy bonito poder verlos disfrutando juntos por una razón: la música", comenta una artista que, lejos de casarse con un estilo, está permanentemente abierta a explorar nuevas fronteras. Algo que constituyó precisamente una de las señas de identidad de Queen, una de las primeras bandas que se arriesgó a fusionar la música clásica con el rock. "Eran unos genios", subraya McCain, quien confiesa su debilidad por temas como 'We will rock you' o 'We are the champions' y que resalta la carga "emocional" de unas letras en las que Freddie Mercury desgranaba su vida, su enfermedad, sus alegrías. "Nosotros tenemos la suerte de poder contar esas historias, lo que supone un gran peso pero también nos hace disfrutar", remacha.

'Symphonic Rhapsody of Queen' estará en el Teatro Apolo de Madrid hasta el 6 de octubre, para continuar a renglón seguido su periplo por ciudades como León, Bilbao, Oviedo, La Coruña o San Sebastián. Una fabulosa oportunidad para recrearse con himnos imperecederos cuya capacidad de emocionar se mantiene incólume décadas después de su gestación. Como apunta Tommy Heart, "si Freddie Mercury estuviese vivo, trataría de hacer algo así". Toda una invitación a no perdérselo.

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