La Fura impacta con una ópera sobre abusos sexuales en la Iglesia

Ellos fueron, junto al director artístico, los que acabaron jaleados con los "bravos" del público que abarrotó la moderna Ópera diseñada por Jean Nouvel. Un recinto artístico que se caracteriza por contar con una sala enteramente de color negro, para la que el responsable de La Fura dels Baus ideó una escenografía minimalista, con una plataforma giratoria alrededor de una gran columna de tul.

En el caso de 'Il Prigionero', Ollé cambió la celda de la prisión del libreto original por la habitación de una casa, representada únicamente por puertas.

'Il Prigionero', obra de Luigi Dallapiccola, de 1943, está basado en las torturas que llevó a cabo la Santa Inquisición a los infieles, y más concretamente, en las falsas esperanzas de libertad que un carcelero da a su prisionero. Con un afán de "descontextualizar" la pieza y al mismo tiempo conectarla con una problemática actual, Ollé decidió cambiar la Inquisición, "algo que no iba a interesar a nadie", por los abusos sexuales cometidos por sacerdotes de la Iglesia católica sobre niños.

"Reconozco que me he ido lejos en la adaptación", declaró a el director artístico catalán, alegando que se decantó por tan espinoso tema porque "funciona de maravilla con la obra", además de ser "fuerte y completamente actual". "Leí muchísimo sobre mucha gente que había vivido abusos sexuales y que los sufrió como una tortura que duró cada uno de los días que duró su vida, hasta que llegaban al suicidio como única salida para recobrar la libertad", señaló.

Casi todo el peso de la representación recayó en el barítono Lauri Vasar, que interpretó toda la obra semidesnudo, en ropa interior. Para 'Erwartung', de Arnold Schoenberg, el director artístico transformó el escenario en un bosque, gracias a una enorme pantalla circular de tul en la que se proyectaron imágenes de vegetación, así como de episodios del desengaño amoroso que narra el libreto.

Argumentos

Perdida en ese bosque, la mujer de Erwartung busca a su pareja, que en un primer momento cree encontrar al tropezar con un tronco, pero que más adelante hallará asesinada, un homicidio que ella misma había cometido por celos. La obra se desarrolla en un "espacio mental o craneal" en el que la soprano gira constantemente, generando "una especie de obsesión".

"Para Schoenberg es una pieza que se desarrollaba en un segundo de crisis nerviosa, dilatado hasta hacerlo durar media hora", describe Ollé, que no podía ocultar los nervios durante el estreno. Ollé y La Fura dels Baus tienen una relación muy especial con Lyon. Desde que hace dos años triunfaran en la Ópera de la orilla del Ródano con 'Tristán e Isolda' de Wagner, les llueven las peticiones de proyectos.

El creador regresará en junio del próximo año, con motivo de la Fiesta de la Música, para dirigir una ópera de gran formato al aire libre, en la plaza Bellecour, que podría albergar a más de 100.000 personas, y en septiembre adaptará en la Opera lionesa 'El holandés errante' de Wagner.