Joaquín de Alba «Kin»
El primero que se mereció el Pulitzer
Este año se cumplen 30 años del fallecimiento de este genial caricaturista cordobés, que tuvo un gran reconocimiento en EE.UU.
J.M.C.
Palmeño de adopción, sentimiento y corazón, Joaquín de Alba, más conocido como «Kin» en su faceta de caricaturista, fue el primer español reconocido como meritorio a la consecución de un Premio Pulitzer. Ocurrió en 1966, cuando ya tenía 54 años, de los que 15 llevaba ... viviendo y trabajando en Estados Unidos, pero eso fue insuficiente para obviar su origen español, lo que entonces le excluía para obtener tan preciado galardón.
Quien lo nominó fue la Universidad neoyorquina de Columbia y el propio jurado lo acabó seleccionando para hacer constar en la memoria correspondiente a ese año una nota apreciativa sobre De Alba y sobre el estilo de los dibujantes europeos en general, que calificó de «refrescante cambio de ritmo» con respecto a lo que se hacía en tierras norteamericanas.
No fue el único reconocimiento que consiguió. Un año antes se le concedió, por parte del National Right To Work Commitee, el premio de caricaturas, y en esta ocasión sí lo pudo recoger. Pero, como siempre ocurre, nadie es profeta en su tierra y en la provincia de Córdoba es, quizá, uno de los grandes desconocidos. Pero no así en su localidad de adopción, donde cuenta con su propia calle y en 2011 el Ayuntamiento organizó una magna exposición en el Convento de Santa Clara, entre el 4 y el 26 de marzo, sobre sus caricaturas de la época norteamericana (1960-70), que acabó recogiéndose en un libro posterior editado por la Diputación de Córdoba.
De hecho, en noviembre de este mismo año se conmemora el 30 aniversario de su muerte, y el Consistorio palmeño ya ha adelantado a este periódico que se tiene previsto llevar a cabo algún tipo de acto a modo de reconocimiento, que bien podría incluir una nueva exposición de uno de sus hijos predilectos, conferencias o charlas-coloquio, todavía por concretar.
Y es que los lazos que lo unen con este municipio son múltiples. A pesar de nacer en Cádiz, a los dos años tuvo que irse a vivir una temporada con su tía a Palma, ya que le habían nacido dos hermanos gemelos y ya eran demasiados para estar todos en la misma casa. Lo que en principio iba a ser una temporada de tres meses se convirtió en una estancia prolongada hasta los 19 años, donde se formó como buen músico y también caricaturista. Ya por entonces plasmó a las mozas del pueblo en un cartel público y, según cuentan, su futuro suegro le anduvo buscando con un garrote tras ver el dibujo de su hija. Allí se casó en 1935 y acabó sus días en 1983 para ser enterrado en donde siempre consideró su tierra.
Etapa muy dura
Le tocó vivir una etapa muy dura, aunque productiva, de la Historia de España. Conoció de cerca la II República, la Guerra Civil, la II Guerra Mundial (donde llegó a participar formando parte de la División Azul) y la dictadura de Franco. En todos esos hitos supo mantener sus convicciones personales y, por ese mismo motivo, acabó recibiendo tanto de la derecha como de la izquierda.
No obstante, se supo resarcir, con gracia, chispa y un cierto tono ácido muy actual, a través de sus caricaturas en Estados Unidos, con las que repartió «a diestro y siniestro» y que hicieron las delicias de un presidente -Lyndon Baines Johnson- quien, además de felicitarle personalmente las Navidades, llegó a recopilar hasta 72 originales suyos en su propio rancho-museo.
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