El peor viaje de Javier Santaolalla: un fallo de cálculo con el chile picante
El divulgador científico se arrepintió de aceptar el reto de un colega mexicano
Javier Santaolalla, durante una visita en México
Javier Santaolalla trabajó en el equipo del CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) que verificó la existencia del Bosón de Higgs. Es doctor en Física, ha escrito varios libros divulgativos y hoy su canal de Youtube tiene casi cuatro millones de seguidores. ... Cuando se pone a tocar el piano en sus directos de Instagram, la pregunta más recurrente entre sus fans es: «¿Pero hay algo que este chico no haga bien?». Al parecer sí. Y tiene que ver con el peor viaje de su vida.
O el segundo peor viaje, porque de entrada Santaolalla recuerda un episodio bastante más triste: «El viaje más duro fue cuando mi padre murió, que fuimos a Burgos a hacer el funeral». En efecto, su origen es burgalés, aunque lleve años afincado en las islas Canarias. Tras la defunción de su progenitor, optaron por devolverlo a su tierra natal. Ahí acaba la historia, porque el científico prefiere contar una «experiencia más divertida».
MÁS 'malos viajes'
«Cometí el gran error de enfrentarme a un mexicano en una batalla de chiles», cuenta entre risas. Se trató de «tomar totopos echándole chile habanero, que es el más picante, a ver quién aguantaba más». Un planteamiento sencillo, en el que todo parecía estar perfectamente calculado: un rato de picor en la boca, a cambio del orgullo de haber vencido a un nativo en su terreno: «Yo sabía que ese día me iba a doler la boca, y eso entraba en mis previsiones». Ahora bien, «lo del día después no lo había valorado».
El duelo entre el mexicano de pura cepa y el español osado acabó en tablas, pero solo por un rato: «La derrota fue al día siguiente. Dicen que el chile pica al entrar y pica al salir. Y picó, picó». Por si fuera poco, tenía que tomar un avión para regresar a casa, un vuelo internacional de México a Gran Canaria con escala en Madrid. «Me pasé las 18 horas de vuelo tumbado en el suelo, literalmente, con retortijones. Fue horroroso». En cambio, su colega, asegura, estaba tan fresco en su casa. Su moraleja: «Si un mexicano te dice que algo pica, es el momento de salir corriendo. Tienen un paladar diferente. Lo aprendí a sangre».
Nuevos proyectos
Ahora acaba de volver de una nueva visita a México, en la que no consta que se haya enzarzado en duelo alguno. De todo se aprende. Eso sí, le ha dado tiempo a pensar en nuevos proyectos. Uno es un pódcast de Física y Filosofía, alrededor de la pregunta de si existe Dios: «Vamos a tratar aspectos relacionados con la metafísica, las creencias y la espiritualidad, desde el enfoque científico». En el otro, hecho con sus hermanos, analizarán durante los Juegos Olímpicos los diferentes deportes «desde el punto de vista de la física».
Santaolalla lo cuenta como si tal cosa, con una sonrisa, pero se intuye que estas cosas no se preparan solas. Es el mundo de los creadores de contenido en redes sociales, los llamados 'influencers': «La gente solo ve la punta del iceberg. Se los asocia con gente que vive del cuento, y lo que yo he visto es que hay una cantidad de trabajo, muchas horas, mucha planificación y esfuerzo». En su caso, detrás de cada vídeo hay horas y horas de estudio. «Es un trabajo muy acumulativo».
Sobre la importancia que le da al piano en sus proyectos, constata que lo de alternar la ciencia con la música es algo muy habitual: «Einstein tocaba el violín, Galileo el laúd, Herschel era compositor, y también sabían de música Pitágoras, Kepler...». Estas dos pasiones se unen en el festival Starmus, en el que también se ha involucrado: «Fue creado por un doctor en Astrofísica y Brian May, el guitarrista de Queen». El certamen nació en Canarias, «y se fue por cuestiones económico-políticas». Como canario, y amante de la música y la ciencia, le gustaría que volviera. En su última edición, este mes de mayo en Bratislava, el festival reunió a científicos como la primatóloga y antropóloga Jane Goodall y músicos como Offspring y Jean-Michel Jarre para reflexionar sobre medio ambiente, paz, inteligencia artificial y poesía.