Miles de estrellas jóvenes 'hacen la ola' justo detrás del Sol
Descubren un movimiento ondulatorio de 9.000 años luz de largo a solo 500 años luz del Sol. Como los aficionados de un estadio, las estrellas suben y bajan formando una ola
Observan el objeto más brillante del Universo, 500 billones de veces más luminoso que el Sol
Hace algunos años, los astrónomos se toparon con algo realmente extraño en nuestra galaxia, algo que sucedía justo detrás del Sol. Se trataba de una gigantesca cadena de nubes gaseosas en forma de onda, una especie de 'ola' de la que surgían nuevas estrellas y ... cúmulos estelares a lo largo del brazo de Orión, el brazo espiral de la Vía Láctea del cual formamos parte.
En honor del Instituto en el que se descubrió, la ondulación recibió el nombre de 'Onda de Radcliffe', y ahora los mismos astrónomos explican, en un artículo recién publicado en 'Nature', que la estructura no solo parece una ola, sino que se mueve como tal, oscilando en el espacio tiempo de un modo similar a como lo hacen los aficionados en un estadio.
«Utilizando el movimiento de las estrellas jóvenes nacidas en las nubes gaseosas a lo largo de la onda de Radcliffe -explica Ralf Ñonietzka, autor principal del artículo-, hemos podido rastrear el movimiento de su gas y mostrar que la ola realmente está ondulando».
Seis años de investigación
El origen del hallazgo se remonta a 2018, cuando los astrónomos del Instituto Radcliffe trazaron en 3D las posiciones de los 'semilleros de estrellas' que se encuentran en el vecindario galáctico del Sol. Fue entonces cuando se dieron cuenta de que parecía existir un patrón, algo que dos años más tarde, en 2020, les llevó a identificar la ola.
«Se trata de la estructura coherente más grande que conocemos -afirma Catherine Zucker, coautora del estudio- y está muy, muy cerca de nosotros. Ha estado ahí todo el tiempo. Simplemente no lo sabíamos, porque hasta hace poco no podíamos construir en 3D estos modelos de alta resolución de la distribución de las nubes gaseosas cercanas al Sol».
El mapa tridimensional de 2020 mostró con claridad la existencia de la onda de Radcliffe, aunque en ese momento ninguna de las mediciones efectuadas fue lo suficientemente buena como para darse cuenta de que se estaba moviendo. Pero en 2022, y gracias a la versión más reciente de los datos del satélite europeo Gaia, que elabora mapas en 3D con el movimiento, la posición y la velocidad de mil millones de estrellas de nuestra galaxia, el equipo de investigadores consiguió descifrar los movimientos en 3D de los cúmulos de estrellas jóvenes en la Onda de Radcliffe. Y ya con las posiciones y los movimientos de los cúmulos en la mano, Konietzka, Zucker y sus colegas lograron, por fin, determinar que toda la onda de Radcliffe está en movimiento, ondeando del mismo modo de lo que los físicos llaman una 'ola viajera'.
Una ola viajera
Una ola viajera es el mismo fenómeno que podemos observar en un estadio cuando la gente se levanta y se sienta en secuencia para 'hacer la ola'. Del mismo modo, los cúmulos de estrellas a lo largo de la onda de Radcliffe se mueven hacia arriba y hacia abajo, creando un patrón que se desplaza a través de nuestro 'patio trasero' galáctico.
Según explica Konietzka «de manera similar a cómo la gravedad de la Tierra atrae a los hinchas del estadio hacia sus asientos, la onda de Radcliffe oscila debido a la gravedad de la Vía Láctea».
Comprender el comportamiento de esta gigantesca estructura de 9.000 años luz de largo y cuyo extremo más cercano está apenas a 500 años luz de distancia del Sol, permitirá a partir de ahora que los investigadores centren su atención en la siguiente pregunta: ¿Qué fue lo que causó la onda de Radcliffe y por qué se mueve de la forma en que lo hace? Nadie lo sabe todavía.
«Ahora -dice Zucker- podemos probar todas las diferentes teorías sobre por qué se formó la ola». Teorías que van desde la explosión de estrellas muy masivas a perturbaciones ocurridas fuera de la Vía Láctea, como el choque de una galaxia satélite contra la nuestra.
El artículo de Nature también incluye un cálculo sobre cuánta materia oscura podría estar contribuyendo a la gravedad necesaria para el movimiento observado de la onda.
«Resulta que no se necesita una cantidad significativa de materia oscura para explicar el movimiento que observamos -asegura Konietzka- La gravedad de la materia ordinaria por sí sola es suficiente para impulsar el movimiento de la ola».
Por último, el descubrimiento de la oscilación plantea nuevas cuestiones sobre la importancia de estas ondas tanto en la Vía Láctea como en otras galaxias. Dado que la onda de Radcliffe parece ser la columna vertebral del brazo espiral más cercano a nosotros, el movimiento de la onda podría implicar que los brazos espirales de las galaxias, en general, oscilan, haciendo que éstas sean aún más dinámicas de lo que se pensaba anteriormente.
¿Pero qué causó el movimiento observado por los científicos? ¿Sucede todo el tiempo solo ocasionalmente? ¿Y pasa lo mismo en todos los brazos de la galaxia? ¿Y en las demás galaxias? Como suele suceder en Ciencia, resolver una cuestión suscita muchas otras nuevas, y las preguntas se acumulan sobre las mesas de los investigadores. Pero habrá que esperar para conocer todas las respuestas.