Japón se posa por primera vez en la Luna, pero la nave no puede generar energía

La misión SLIM, lanzada el pasado mes de septiembre desde la isla de Tanegashima, entró en la órbita lunar el pasado diciembre. Desde entonces ha estado tomando imágenes de la superficie y descendiendo lentamente para prepararse para el aterrizaje. El descenso final comenzó por fin esta tarde a las 16.00 (hora peninsular española) a una velocidad de unos 1.700 metros por segundo. La nave ha alunizado ó 20 minutos después, un tiempo denominado "de terror" por su extrema dificultad. Una vez en el terreno, restableció la comunicación con Tierra, pero sus paneles solares no han podido generar electricidad, posiblemente porque estaban en un ángulo incorrecto. "SLIM ahora funciona sólo con su batería y damos prioridad a la transferencia de sus datos a la Tierra", ha informado Hitoshi Kuninaka, jefe del laboratorio espacial de JAXA.

La gran novedad de la misión japonesa era la búsqueda de una precisión sin precedentes en el alunizaje, lo que le ha valido a la nave el apodo de 'Moon Sniper' (Francotirador lunar). Supuestamente, el módulo debía posarse en un radio de cien metros respecto a su objetivo, en un cráter rocoso e irregular al sur del ecuador lunar llamado Theophilus, un margen mucho más estrecho de las zonas de aterrizaje habituales de varios kilómetros. Para ello, durante el descenso el módulo debía hacer coincidir sus cámaras a bordo con los datos de otras naves espaciales en la órbita de la Luna. Sin embargo, llevará un mes saber si la misión ha alcanzado la precisión deseada o ha aterrizado más lejos de su objetivo.

JAXA ha aterrizado dos veces en pequeños asteroides, pero no es lo mismo hacerlo en la Luna, cuya gravedad no permite detenerse para otro intento. SLIM, una especie de caja de 2,4 m por 1,7 m por 2,7 m y 700 kilos de peso, incluye dos motores principales con 12 propulsores, rodeados de células solares, antenas, radar y cámaras. Mantenerlo liviano era otro objetivo del proyecto, ya que Japón pretende llevar a cabo misiones más frecuentes en el futuro reduciendo los costos de lanzamiento.

Como hizo India por primera vez el pasado agosto con su programa espacial de bajo coste, la misión japonesa también ha aterrizado en el polo sur de la Luna, muy poco explorado pero de gran interés por la probable presencia de agua congelada, un recurso valioso para la futura construcción de colonias humanas. Además, la agencia esperaba poder acceder al manto lunar, la capa interior bajo su corteza, y obtener nueva información sobre el origen de la Tierra y su satélite.

Si todo transcurre como está previsto, el módulo liberará un par de innovadores rovers que se desplazarán por la superficie lunar. El Vehículo de Excursión Lunar 1 (LEV-1), del tamaño de un microondas, está diseñado para saltar en lugar de arrastrarse sobre ruedas como los vehículos exploradores tradicionales. Por su parte, LEV-2 es una atractiva esfera metálica un poco más grande que una pelota de tenis, diseñada por la empresa de juguetes Takara Tomy para rodar por el suelo y tomar fotografías.

Más de 50 años después de que el ser humano llegara a la Luna, muchos países y empresas privadas intentan poner su propia pica allá arriba. Pero muchos terminan con naves estrelladas sobre el satélite, fallos de comunicación u otros problemas técnicos. El último intento en acabar en fracaso ha sido el de Peregrine, una misión privada impulsada por la NASA que este jueves acabó ardiendo sobre el Pacífico en su reentrada controlada en la atmósfera terrestre. La nave sufrió una fuga de combustible horas después de su lanzamiento que hizo imposible el alunizaje. La NASA pospuso los planes para enviar misiones tripuladas a la Luna de su programa Artemis.

El mismo Japón cuenta con dos misiones fallidas en su historial, una pública y otra privada. En 2022, el país insular envió sin éxito la sonda lunar Omotenashi. En abril, la empresa emergente ispace intentó convertirse en la primera firma privada en llegar a la Luna, pero perdió la comunicación con su nave después de un «aterrizaje duro».