Alejandro Ibrahim, el hombre que creyó en 'los Raúles', padres del primer cohete español
El ingeniero aeronáutico cedió un espacio en el aeropuerto de Teruel que dirige a los dos jóvenes -Raúl Verdú y Raúl Torres- y estos hicieron despegar con éxito el Miura 1. «Les vimos con tanta ilusión que les dijimos que había una campa para que probasen sus experimentos», declara
Desde entonces la empresa ilicitana PLD Space lleva nueve años instalada en el aeródromo, y ha crecido de dos personas a 150. «Ha sido un esfuerzo titánico»
¿Quién está detrás del éxito del Miura?: así se ha cumplido el sueño de los Raúles

Alejandro Ibrahim recuerda aquel PowerPoint donde Raúl Verdú y Raúl Torres, que entonces pintaban 23 y 24 años, le mostraron el dibujo inicial de un cohete. Podía ser «cualquier» cohete. Bastante naíf, incluso. El director general del aeropuerto internacional de Teruel desde ... 2012, que ha llevado a este aeródromo a ser el cuarto en mayor superficie de España, evita la palabra 'frikis' pero se sonríe cuando se le pregunta por su primera impresión al comprobar que un biólogo matriculado en Ingeniería Aeronáutica y un ingeniero industrial pedían un rincón para desarrollar sus bocetos y probar cohetes. «Estaban apuntados al club de cohetería de la universidad y hacían cohetes amateur. Volaban a 100-200 metros de altura y querían desarrollar un cohete grande, que su empresa [alumbrada en 2011] despegase. Lo hacían con la ilusión propia de unos chavales al acabar la carrera», dice a este diario.
Ibrahim se remonta a esos primeros «pinitos» que 'los Raúles' dieron desde el hangar de Teruel. «Yo les conocí en 2014. Estaban buscando financiación, la empresa la habían montado con 3.000 euros prestados por sus padres o familiares, y el problema que tenían era que no encontraban ningún sitio para hacer las pruebas de los motores de los cohetes. No adquirían los permisos en los polígonos industriales de los ayuntamientos por el ruido que eso hace. Venían de Elche y llegaron a Teruel por esas circunstancias. Se unió la fortuna de que teníamos una gran campa, en aquel momento vacía de aviones, y los vimos con tantas ganas e ímpetu que les dijimos: «Os podéis poner ahí al final de la campa»».
En ese tiempo, afirma, los dos prometedores muchachos no se han ido a la NASA a preguntar, han dado cada paso solos, gracias a que tienen «un don especial», con la ayuda puntual de algún ingeniero desde la base de Teruel, afirma el orgulloso hombre que creyó en ellos desde el inicio.
El apelativo que se les ha dado a los creadores de la empresa PLD Space –los 'Elon Musk' españoles– también despierta la satisfacción de este ingeniero nacido en Las Palmas de Gran Canaria, que prosigue el relato: «Nosotros pensamos: «Lo peor que nos puede pasar es que dentro de unos meses cojan y se vayan». Tampoco estábamos utilizando ese espacio para otra cosa, yo también soy ingeniero aeronáutico, sé cómo es este sector, trabajar en ese sueño es realmente muy complejo. Los vi con tanta ilusión...», insiste.
Ibrahim, padre de dos hijos, no se resistió. Invitaba a Verdú y Torres año tras año a los cursos del campus de verano de la Universidad de Zaragoza. Empezaron relatando sus «planes» de futuro la primera vez que participaron; para terminar este último verano anticipando lo que podía suceder (y sucedió) el pasado 7 de octubre cuando lograron lanzar el Miura 1 desde la base militar de El Arenosillo (Huelva), la única autorizada para este tipo de lanzamientos en nuestro país. «La colaboración del Ministerio de Defensa también ha sido fundamental», añade Ibrahim, para propiciar ese despegue histórico.
Teruel, banco de pruebas
«Querían ser la primera empresa privada española en lanzar un cohete al espacio. Y la verdad es que lo han conseguido: tienen un mérito extraordinario», elogia el también presidente del Clúster Aeronáutico, Espacial y Defensa de Aragón (AERA). Pero en Teruel no ha sorprendido tanto su hazaña. Han sido clientes del aeropuerto durante nueve años. Los han visto darse cabezazos para conseguir 65 millones de euros en distintas rondas de financiación, que «siempre han sido muy duras», coteja Ibrahim, que llegó a consolarles café en mano en alguna ocasión. Los han visto frustrarse, probar cohetes en estático y ver cómo fallaba el motor, no superar las pruebas que se hacen en tierra en 110 segundos. «Hay que hacer muchas horas de ensayo estáticas, luego dinámicas, volando y no volando. En este sector es muy habitual, nosotros estábamos certificados y éramos un sitio idóneo para esas pruebas. Porque como ellos dicen, lanzan «un autobús que se va al espacio». Y reiteran que «para volar en el cielo, hay que hacerlo primero en la Tierra»».
Estaban preocupados por tener esas infraestructuras y es lo que les ha dado Teruel, les ha ayudado a ser su banco de prácticas de todas las tecnologías que han ido desarrollando, aprecia el director. Por eso, Ibrahim ha declarado y vuelve a hacerlo en esta conversación con ABC que «Teruel y su aeropuerto se sienten partícipes del éxito logrado: el Miura 1 se ha desarrollado cien por cien en esta ciudad de 36.000 habitantes y ahora van a hacerlo con el Miura 5».

«Siempre vimos que los Raúles tenían un don especial. Teruel se siente parte del éxito logrado por el Miura 1»
Alejandro Ibrahim
Director general del aeropuerto de Teruel y presidente del Clúster Aeronáutico, Espacial y Defensa de Aragón (AERA)
«Con el primero se han hecho más de 200 pruebas para un solo cohete, pero ahora, con el Miura 5, están planeando 15 lanzamientos al año y tienen seis motores. Eso implica muchísimo más trabajo», arguye Ibrahim.
España, en el selecto 'top ten' mundial
Con el lanzamiento del pasado 7 de octubre, España se situó en el grupo selecto de los únicos diez países del mundo que han conseguido hacer despegar un cohete. Con tecnología cien por cien 'made in Spain'. Dentro de esos diez países -contrasta Ibrahim, que ha trabajado fuera de España en varios estados-, hay lugares donde es la propia administración la que invierte en esos «sueños» imposibles. «El tema espacial en España aún se veía hace pocos años como de ciencia ficción. Igual en Estados Unidos no es así , pero aquí sí, es un proyecto muy ambicioso. No había tradición de invertir en tecnologías tan disruptivas como ésta del Miura 1. PLD Space ha hecho un esfuerzo titánico. El sector aeroespacial español no ha nacido con PLD Space, ni mucho menos, pero no teníamos lanzadores, no teníamos esta tecnología tan novedosa y ellos, Raúl Verdú y Raúl Torres, han abierto esta puerta», desarrolla el director del aeropuerto que durante la pandemia se convirtió en el mayor almacén de aviones de Europa.
Ibrahim, como 'padrino' de estos ahora treinteañeros a los que tiene «mucho cariño», no minimiza el hecho: «En 2012-13 nadie les hacía caso. Lo han conseguido con muchísimo esfuerzo, solo eran dos personas muy jóvenes con una gran ilusión y ahora son 150 personas trabajando para PLD Space». Ibrahim trató de persuadirles de que se quedaran en Teruel, con oficinas radicadas en la ciudad del mudéjar, pero ellos 'tiraron' para su tierra. Aun así, en julio pasado han renovado la concesión (que significa instalarse en el aeropuerto para los próximos 25 años) de un terreno que han visto multiplicarse por diez para instalar a todo su personal.
Aeropuerto en despegue imparable
El aeropuerto de Teruel no se dedica a la actividad comercial del ir y venir de pasajeros. Es un aeródromo de mantenimiento, reparación y reciclaje de aviones que se ha convertido en uno de los más importantes del mundo en este ámbito. En estos momentos, con concesiones de empresas a 25 años, tiene diez compañías asentadas de forma permanente y más de 650 personas trabajan en sus instalaciones.
Es un taller mecánico perfecto: aquí «completamos la vida útil del avión», afirma su director. Desde que el avión llega, se mantiene, preserva, desmantela (llevan más de 90 aviones desmantelados desde su apertura), se pinta... El avión tiene una vida media de 30 años y durante esta vida se puede usar este aeropuerto para la reparación de las aeronaves. El aeropuerto que dirige Ibrahim se ha convertido en el mayor generador de empleo de la provincia de Teruel. «Y no es un empleo estival, las concesiones no son para tres días, tampoco», dice su director para dar cuenta del futuro prometedor que aguarda a estas instalaciones que ya se extienden por 550 hectáreas. Se trata además de un aeropuerto de propiedad muy particular, porque el interés «es netamente autonómico»: el 60% pertenece al Gobierno de Aragón y el 40% al Ayuntamiento de Teruel, los más interesados en generar empleo de calidad y que se asienten sus trabajadores en la provincia de Teruel.
En concreto, además de albergar los aviones más grandes del mundo, dos A380, cuentan con un hangar para dirigibles, una tecnología puntera de la empresa americana Sky que ya vuela en Nuevo México (EE.UU.) y que ha instalado su base en España en la ciudad aragonesa. Lo que se va a construir aquí son globos que suben a 20 kilómetros de altura (por encima de los aviones que vuelan a 11 km) y que trasladan sistemas de medición, de comunicaciones... similar a un satélite pero a menor altura y fácilmente recuperables desde la Tierra. Son tecnologías muy novedosas que están repuntando en otros continentes y que ahora importa Europa.
MÁS INFORMACIÓN
«Le dimos la vuelta a la tortilla -asegura Ibrahim interpelado por las condiciones de un aeropuerto enclavado en la llamada España vaciada-. Aprovechamos las debilidades que supuestamente tenía Teruel para hacer de ello la principal virtud del aeropuerto: un clima semidesértico adecuado para estas labores de reparación, mantenimiento, y almacenaje de los aviones, y abundante terreno para las instalaciones». Tal vez este lugar no cobija «el glamour» de un aeropuerto convencional, reconoce su máximo exponente, «donde hay pasajeros entrando y saliendo, aquí solo hay ingenieros entrando y saliendo», pero «el aeropuerto sigue creciendo», en despegue continuo. Y acaba de celebrar imparable el décimo cumpleaños de su puesta en funcionamiento.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete