El físico Raúl Rabadán, nuevo director del CNIO tras la destitución de María Blasco
Profesor en la Universidad de Columbia, aplica modelos computacionales para comprender procesos biológicos como el cáncer o las enfermedades infecciosas
Así desveló ABC las irregularidades del CNIO que han provocado la caída de sus directores
El patronato del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha elegido al físico y bioinformático Raúl Rabadán (Madrid, 1974) como nuevo director científico. Rabadán sustituirá a María Blasco, destituida el pasado enero tras protagonizar un sonado escándalo por irregularidades en la gestión del centro, ... que fueron destapadas por ABC. Curiosamente, Blasco intentó fichar a Rabadán como investigador, sin éxito. Ahora será su sustituto.
El científico, profesor en la Universidad de Columbia en Nueva York (EE.UU.) desde 2008, está llamado a iniciar una nueva etapa en el que es el mayor organismo público español de investigación contra el cáncer. Según han explicado desde el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (MICIU), el proceso de selección de la nueva dirección se inició el 10 de abril, con la apertura de un concurso internacional. Al puesto se presentaron 25 personas, de las que nueve desarrollaban su labor investigadora en EE.UU. en el momento de postularse, ocho en España, tres en Reino Unido, cuatro en otros países europeos y una en un país asiático. Un comité de selección, formado por cuatro vocalías, investigadores de reconocido prestigio, y dirigido por el secretario de Estado de Ciencia, Juan Cruz Cigudosa, entrevistó a los candidatos más relevantes y ayer, por unanimidad, Rabadán fue propuesto al patronato del CNIO, que dio su visto bueno al candidato también por unanimidad.
Según el comité, Rabadán tiene una trayectoria científica reconocida internacionalmente y presenta el mejor proyecto estratégico para el centro, por «la aplicación y el desarrollo de nuevas tecnologías digitales y computacionales» como el 'data science' y la Inteligencia Artificial (IA); «el énfasis en mejorar la excelencia e incrementar la innovación», y el objetivo de converger la investigación básica, aplicada y clínica.
Doctorado en Física Teórica por la Universidad Autónoma de Madrid, Rabadán comenzó su carrera en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) en Suiza, pero cuando se encontraba en el Instituto de Estudios Avanzados (IAS) en Princeton (EE.UU.), donde estudiaba la teoría de cuerdas, comenzó a interesarse por la biología y por cómo los datos podían permitirle responder preguntas y hacer contribuciones prácticas en ese campo. Desde entonces, fue cambiando la física teórica por el análisis de datos biológicos, enfocado sobre todo a la evolución de sistemas biológicos, campo en el que hoy en día es uno de los investigadores más vanguardistas del mundo, según el CNIO.
Cáncer cerebral y leucemia
En Columbia, el investigador es el director del Progama de Genómica matemática. Dirige un laboratorio interdisciplinario con expertos de los campos de las matemáticas, la física, la informática, la ingeniería y la medicina, donde aplica modelos cuantitativos a datos genómicos de gran escala para comprender la dinámica del cáncer y de las enfermedades infecciosas. Su trabajo en genómica del cáncer ha llevado a la identificación de alteraciones impulsoras y mecanismos de resistencia a la terapia en tumores del cerebro, y en varios tipos de leucemias y linfomas.
Actualmente, el investigador estudia el papel del genoma no codificante, lo que se conoce como 'ADN basura' pero que en realidad cumple funciones vitales, en el cáncer y las respuestas inmunes en tumores. También desarrolla métodos para el análisis de datos topológicos (un campo de las matemáticas que estudia los cuerpos geométricos) a datos genómicos a gran escala y modelos de inteligencia artificial para predecir el comportamiento de sistemas biológicos, incluido el cáncer.
Además, Rabadán es autor de más de 230 publicaciones científicas revisadas por pares y ha estado durante varios años en el top de investigadores altamente citados por Web of Science, una plataforma en línea que proporciona acceso a bases de datos bibliográficas y herramientas de análisis para evaluar la investigación académica. Su trabajo ha aparecido en las revistas de alto impacto, como 'New England Journal of Medicine', 'Nature, 'Science', 'Cell', 'Nature Medicine' o 'Nature Genetics'.
El comité también valoró la estrategia presentada por el candidato para relacionar al CNIO con otros centros científicos, universidades y empresas españolas, europeas y estadounidenses, «lo que potenciará el impacto nacional e internacional del centro y posibilitará la captación de fondos privados».
El escándalo de Blasco
Rabadán llega tras la etapa más convulsa en la historia del CNIO. El pasado 11 de diciembre, ABC publicó en exclusiva la primera crónica con la que se destapó el escándalo, revelando cómo el centro investigador, entonces dirigido por Blasco, estaba destinando dinero del propio organismo para un programa, CNIO Arte, que consistía en la adquisición de obras artísticas. Posteriormente, esas obras eran expuestas por todo el mudo con costes de miles de euros.
A esa información le siguió una serie de exclusivas que mostraban que la directora científica estuvo cobrando un sobresueldo de al menos 30.000 euros al año durante varios ejercicios. Otra irregularidad fue el intento de convertir su contrato en indefinido cuando su cargo solo podía ser por cinco años renovables o no.
Más de la mitad de los investigadores de alto rango del CNIO ultimaron a principios de enero un informe que presentaron ante el Ministerio de Ciencia y ante el patronato del propio CNIO, en el que pedían el cese de Blasco por el cúmulo de anomalías. Al menos doce trabajadores y científicos del centro la acusaron de una actitud déspota que, en algunos casos, rozaba la xenofobia y el racismo. Blasco tachó las diferentes acusaciones de «bulos», «mentiras» y «campaña de descrédito» y se negó a dimitir, pero finalmente fue destituida.
La elección de Raúl Rabadán, un nombre técnico y de prestigio, podría servir para limpiar la deteriorada imagen de uno de los centros más importantes de la investigación española.
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