Descubren cómo se saludan los elefantes: cambian el ritual según les miren o no

La escena de saludo, recogida en un vídeo, forma parte del casi centenar que Vesta Eleuteri y Angela Stoeger, dos investigadoras de la Universidad de Viena, presenciaron entre nueve elefantes africanos (Loxodonta africana) semicautivos en Jafuta en noviembre y diciembre de 2021. En total, observaron más de 1.200 de conductas de saludo, de las que un millar fueron acciones físicas y más de 200, vocalizaciones. Entre ellas se incluyen aleteo de orejas, barritos y toques con la trompa.

Según concluyen las autoras este jueves en la revista 'Communications Biology', estos rituales promueven el reconocimiento individual y los vínculos sociales entre los animales, pero lo que más les sorprendió es que los gestos cambian notoriamente si el receptor está mirando o no, lo que, según ellas, no deja dudas de que se hacen «de forma deliberada».

«Los saludos complejos son una forma de mejorar lo vínculos sociales de los elefantes cuando se encuentran después de un período de separación», explica Eleuteri a este periódico. Las investigadoras descubrieron que los elefantes se saludaban con combinaciones específicas de vocalizaciones y gestos, como barritos con aleteo o apertura de las orejas, además de otros movimientos físicos como levantar la cola y menearla. La combinación de barritos y aleteo de orejas hacia delante y hacia atrás era la forma más común de saludo, aunque se usaba con más frecuencia entre hembras que entre machos. «Puede ser una manera de ayudarse a reconocerse entre sí», dice.

Las investigadoras también observaron que la orina, la defecación y las secreciones de una glándula sudorípara exclusiva de los elefantes, conocida como glándula temporal, estaban presentes en el 71% de los saludos. «La orina contiene información química importante, como la identidad del individuo y su estado reproductivo. Los elefantes a menudo investigan los genitales o secreciones de otros con sus trompas, en particular cuando se encuentran, probablemente para estar al tanto de lo que está pasando con los demás», comenta Eleuteri. Otra opción es que se les escape «por la emoción de verse. Pero el hecho de que muevan la cola al orinar o defecar sugiere que están invitando a los receptores a olerlos. ¡Tal vez no necesiten decirse cómo les está yendo porque pueden olerlo!», sugiere.

Pero antes de gesticular, «los elefantes miran a sus compañeros y consideran su estado de atención visual. Prefieren usar gestos visuales (como abrir las orejas o balancear la trompa) cuando los miran, mientras que optan por gestos que implican contacto (toques con la trompa), cuando no lo hacen. Por eso, creemos que están utilizando deliberadamente estas señales para saludar», afirma la autora. Esta 'voluntad de saludo' se refuerza por el hecho de «combinen llamadas y gestos de formas y órdenes específicas en lugar de aleatoriamente», subraya.

A Vesta Eleuteri le sorprendió «la enorme variedad de señales y comportamientos» utilizados por los elefantes, pero son animales «tan complejos socialmente, que podrían necesitar un gran repertorio, tal vez para comunicar diferentes cosa o aspectos de sí mismos», señala.

Según la científica, hay elementos compartidos en los saludos de los animales, como el giro para presentar la grupa -una señal de sumisión en muchas especies, incluidos los perros- u oler partes del cuerpo que contienen información olfativa, como los genitales. En el caso del gran 'Doma', al ser el macho dominante, el resto de ejemplares acuden a él, le saludan de forma notoria y la mayoría le presenta sus grupas en muestra de sumisión.

Investigaciones anteriores han informado de que los chimpancés y otros simios también combinan vocalizaciones y gestos y alteran sus métodos de comunicación en respuesta a si están siendo observados, por lo que las investigadoras proponen que estos métodos de comunicación pueden haber evolucionado de forma independiente en estas especies lejanamente relacionadas para mediar en las interacciones sociales.

«Los elefantes son especialmente interesantes para mí porque son muy diferentes de nosotros en muchos aspectos -piense que para ellos su nariz es el equivalente a la mano humana-, pero también muy similares: viven largas vidas, son muy sociables y tienen una inteligencia sobresaliente. Por lo tanto, estudiar la comunicación de los elefantes y compararla con la comunicación humana y la de otros simios puede ofrecernos ideas sobre por qué ciertas capacidades evolucionaron en especies muy diferentes y lejanamente relacionadas», indica Eleuteri.