China se lanza a la conquista del Sistema Solar
El gigante asiático hace público un plan en cuatro etapas para convertirse en la potencia que domine el espacio de aquí al año 2100
China observa, por primera vez, estructuras ocultas a 300 metros bajo la superficie en la cara oculta de la Luna

Está más que claro que la ambición espacial de China va mucho más allá de la Tierra. De hecho, el gigante asiático quiere ser el primer país en establecer una presencia permanente en el Sistema Solar, y para ello ha diseñado un plan a largo ... plazo que contempla la exploración, la colonización y la explotación de los diferentes cuerpos celestes que orbitan alrededor del Sol. Todo un paso al frente en la conquista del espacio, para el cual ha hecho pública una hoja de ruta en cuatro etapas. El objetivo es dotarse de los recursos necesarios para expandirse a lo largo de todo el Sistema Solar de aquí a 2100.
Ante el empuje de otras potencias, como Estados Unidos, Europa, Rusia y Japón, y el surgimiento de nuevos 'países espaciales' (como India o Emiratos Árabes), los científicos chinos se han propuesto tomar la delantera y se disponen, según anunció el pasado 19 de agosto Wang Fei, científico principal de la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China, a explorar, extraer y utilizar con fines económicos hielo de agua y otros recursos minerales más allá de la Tierra.
Según informa el diario South China Morning Post, Wang Fei afirmó durante una reunión de la Sociedad China De Astronáutica, que, gracias al rápido avance de las tecnologías espaciales, la explotación económica de recursos más allá de nuestro planeta pronto pasará de la Luna al espacio profundo, lo que incluye a Marte, el cinturón de asteroides e incluso las lunas heladas de Júpiter y Saturno. Esa actividad, según Wang, podría desempeñar en unos años un papel clave en la competencia económica entre naciones.
Un plan en cuatro etapas
La iniciativa, que consta de cuatro etapas, lleva el nombre de Tiangong Kaiwu (Explotación de las obras de la Naturaleza), que es el título del trabajo enciclopédico llevado a cabo por el científico de la dinastía Ming Song Yingxing, y tiene como objetivo el impulso de una economía espacial tanto en China como en el resto del mundo. El plan propone desarrollar recursos minerales estratégicos, utilizar hielo de agua extraterrestre como combustible, crear nodos de transporte y suministro y establecer un sistema de desarrollo de recursos espaciales.
«Al igual que los milagros creados en la gran era de la navegación, -dijo Fei- una 'gran era espacial' que incluya el uso de recursos espaciales... creará los próximos milagros en la historia de la humanidad y traerá nueva prosperidad a nuestra civilización».
El científico, que también es miembro de la Academia de Ciencias China, explicó que el plan implica utilizar puntos gravitacionalmente equilibrados entre distintos cuerpos celestes (Tierra, Sol, planetas...) para instalar allí bases e infraestructuras de montaje y suministros, que se convertirán así en nodos para ir expandiéndose paso a paso.
Según informa el Morning Post, durante los últimos tres años Wang y su equipo han estado examinando tanto la viabilidad general como las tecnologías necesarias para 'un mejor uso de los recursos del espacio profundo'. El plan incluye la construcción de instalaciones para poder utilizar el hielo de agua de la Luna (lo que garantizará agua y oxígeno para los colonos y combustible para las naves). Pero no solo eso, sino que dichas instalaciones se construirán también en Marte, en asteroides cercanos a la Tierra o en los del cinturón principal, e incluso en las lunas de Júpiter. Juntas, todas estas instalaciones formarán un auténtico sistema de reabastecimiento que abarque todo el Sistema Solar.
Según el plan expuesto por Wang, esas instalaciones podrían ubicarse, por ejemplo, en el punto Lagrange 1 entre la Tierra y la Luna (donde sus gravedades se equilibran y es posible colocar bases o satélites sin que ninguno de los dos cuerpos celestes los atraiga), así como en otros puntos gravitacionalmente estables entre el Sol, la Tierra, Marte y Júpiter. En concreto, y además del L1 entre la Tierra y la Luna, el proyecto establecería rutas y cadenas de suministro utilizando nodos gravitacionalmente equilibrados en los puntos L1 y L2 entre el Sol, la Tierra y Ceres y el L1 entre el Sol y Júpiter.
Tiangong Kaiwu requerirá, además, una enorme infraestructura de recursos, incluidas estaciones de suministro, rutas de transporte, estaciones de minería y procesamiento. También exigirá centrarse en el acceso al espacio, la capacidad de organizar sistemas de entrega de materiales a la Tierra a bajo coste y avances en distintas tecnologías clave. El objetivo general sería desarrollar capacidades de desarrollo y utilización de recursos espaciales comerciales y a gran escala. Todo lo cual, según Wang, se conseguirá a partir de 2035 y antes de 2100.
Un tesoro en el espacio
Del cerca de millón y medio de asteroides de nuestro Sistema Solar, unos 700 están relativamente cerca de la Tierra y se ha estimado que valen más de 100 billones de dólares cada uno. Teniendo en cuenta la viabilidad técnica y la rentabilidad, se estima que 122 de esos asteroides son económicamente adecuados para la minería y su explotación.
La ejecución del plan, aún en sus primeros pasos, ha comenzado ya. De hecho, China lanzará en 2025 su sonda robótica Tianwen 2, con la misión de recolectar muestras del asteroide 2016 HO3, cercano a la Tierra, y traer esas muestras de vuelta a casa.
Más adelante, en 2026, está previsto que la nave espacial Chang'e 7 aterrice en el polo sur de la Luna, la misma zona en la que se estrelló recientemente la nave Luna 25 enviada por Rusia y donde aterrizó apenas unos días después la misión India Chandrayaan, para buscar agua y hielo. Un agua que podrá purificarse para convertirse en agua potable, tratarse para extraer oxígeno y usarse como combustible para sustentar las prolongadas estancias de los futuros astronautas.
Por último, el gigante asiático ha abierto su ambicioso plan a la iniciativa privada, y varias empresas, como la nueva Origin Space, cerca de Pekín, ya se han sumado a la iniciativa y desarrollan tecnologías que permitan la inminente minería espacial.
Con todo, Tiangong Kaiwu es aún un plan preliminar, y no aborda asuntos como presupuestos, hardware, viabilidad tecnológica y económica, cuestiones legales relacionadas con el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre y el uso de recursos, entre otras numerosas cuestiones.
El plan expuesto por Wang Fei, sin embargo, podría considerarse como el paso siguiente de un camino que China lleva ya años recorriendo con firmeza. Un camino con el que espera convertirse en la potencia que domine el espacio de aquí a algunas décadas.
Una ambición que tiene como pilares fundamentales a la ciencia y la tecnología. De una parte, China quiere avanzar en el conocimiento del Sistema Solar, realizando misiones científicas a planetas, asteroides, cometas y lunas. Por otro lado, trata de desarrollar las capacidades tecnológicas necesarias para construir y operar infraestructuras espaciales, como estaciones orbitales, bases lunares y naves interplanetarias.
Para alcanzar estos resultados, el camino del gigante asiático tendrá varias fases, cada una con sus propios objetivos y desafíos. La primera, que abarca desde el presente hasta bien entrada la década de 2030, se centra en consolidar su presencia en la órbita terrestre y en la Luna. Para ello, China tiene previsto completar su estación espacial propia, llamada Tiangong, que servirá como plataforma para realizar experimentos científicos y tecnológicos. También tiene previsto enviar varias misiones robóticas a la Luna, con el fin de explorar su superficie, recoger muestras y preparar el terreno para futuras misiones tripuladas. Además, China planea lanzar un telescopio espacial que le permitirá observar el universo con mayor detalle y precisión.
La segunda fase, que se extiende desde 2030 hasta 2050, se enfoca en expandir la presencia de China más allá de la Luna. En esta fase China tiene como objetivo enviar astronautas a la Luna y establecer una base permanente que sirva como punto de apoyo para explorar el resto del Sistema Solar. También pretende enviar sondas espaciales a Marte, Venus y Júpiter, así como a algunos asteroides y cometas de interés científico o económico. Asimismo, el gigante asiático planea el desarrollo de un sistema de propulsión nuclear que le permita acelerar sus viajes espaciales y reducir los riesgos asociados a la radiación cósmica.
La tercera fase, que va desde el 2050 hasta el 2100, se orienta a consolidar la dominación de China del Sistema Solar. China tiene como meta enviar misiones tripuladas a Marte y establecer una colonia permanente que pueda albergar a miles de personas. También planea explotar los recursos minerales y energéticos de los asteroides, los cometas y las lunas heladas de Júpiter y Saturno, así como crear hábitats artificiales que puedan alojar a más población.
MÁS INFORMACIÓN
El plan de China es ambicioso y arriesgado, pero también es factible y, desde luego, rentable. Además, se beneficia de las ventajas competitivas que ofrece el espacio, como la abundancia de materias primas, la ausencia de límites territoriales y la posibilidad de innovar sin restricciones. El plan de China, si consigue llevarlo a cabo, no sólo le permitirá satisfacer sus necesidades internas, sino también proyectar su influencia externa y liderar el futuro de la humanidad.
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