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ETOLOGÍA

Los chimpancés no tienen 'mommy issues': crecen sin grandes traumas causados por madres tóxicas

Un estudio sobre las relaciones entre las hembras de estos primates y sus crías en libertad sugiere que el apego desorganizado, aquel que provoca problemas mentales en humanos, es raro en la naturaleza

Los chimpancés se ceden la palabra

Una madre chimpancé (Xela) amamantando a su cría (Xort) LIRAN samuni /Proyecto Tai Chimpancé
Judith de Jorge

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Los psicólogos saben desde hace tiempo que el apego temprano a los cuidadores principales, generalmente los padres, desempeña un papel crucial en el desarrollo de un niño, influyendo en el adulto que será en el futuro. Un apego seguro, en el que los cuidadores se muestran disponibles y confiables, suele dar lugar a niños más seguros y empáticos; uno de tipo inseguro-evitativo, en el que los padres no responden a las necesidades emocionales, puede provocar que los niños dejen de reclamarlas y solo confíen en sí mismos; y en uno de estilo desorganizado, los pequeños pueden experimentar agresión, miedo o trauma.

Por primera vez, un grupo de investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, ha querido averiguar si estos vínculos se repiten entre los chimpancés, nuestros parientes más cercanos. Y en efecto, lo hacen, con una distinción: cuando la crianza se produce en libertad, los retoños de los simios rara vez sufren grandes traumas provocados por madres negligentes. Es decir, apenas se registra el apego desorganizado. Para los investigadores, esto significa que el apego seguro y organizado tiene profundas raíces evolutivas, mientras que el desorganizado está marcado por el ambiente en el que se crece. Lo cuentan en 'Nature Human Behaviour'.

Los científicos observaron el comportamiento de 50 parejas de chimpancés salvajes compuestas por madre e hijo en el Parque Nacional de Taï, Costa de Marfil, durante cuatro años, una treintena de ellos de hasta 10 años de edad. Así, se dieron cuenta de que algunas crías se sienten seguras, recurren a su madre y buscan consuelo en momentos de angustia y exploran su entorno con confianza, sabiendo que ella está ahí para apoyarlos. Otras tienen un apego inseguro-evitativo, lo que significa que tienden a ser más independientes. En esos casos, no buscan consuelo en su madre. Cuando se sienten ligeramente amenazadas, situaciones en las que su vida no está en peligro, se retiran, trepan a un árbol o se distancian de su madre sin importar sus acciones. Este comportamiento sugiere que el chimpancé no ve a la madre como un refugio seguro. A menudo, refleja un desarrollo temprano de conductas independientes, posiblemente debido a una falta de comodidad o protección constante de la madre", explica a este periódico Eléonore Rolland, primera autora del artículo.

Sin embargo, los chimpancés en libertad no mostraron signos de apego desorganizado, como, por ejemplo, pegar o atacar a sus madres. Esto los diferencia de los humanos, ya que el 23,5 % de los niños sufren un apego desorganizado, y de los chimpancés huérfanos en cautiverio, donde ocurre en el 61 % de los casos. Las crías con apego desorganizado "pueden mostrar comportamientos estereotipados, como balancearse repetidamente o tirarse del pelo. También podrían mostrar agresión hacia sus cuidadores, incluso golpeando o mordiendo. Por ejemplo, un chimpancé podría acercarse a un cuidador, solo para abruptamente retirarse o actuar agresivamente, lo que indica confusión y ansiedad sobre cómo relacionarse con el cuidador", añade Rolland.

Una madre chimpancé lleva a sus gemelos a la espalda. A la derecha, otra hembra acicala a un pequeño Antoine Valet / LIRAN samuni /Proyecto Tai Chimpancé

Trauma y agresión

En los seres humanos, el apego desorganizado se produce cuando un niño experimenta miedo, trauma o agresión por parte de su cuidador. Como resultado, el niño puede mostrar comportamientos confusos, deseando afecto, pero también temiendo al cuidador. Este tipo de apego puede provocar dificultades de regulación emocional, integración social y problemas de salud mental a largo plazo. Se considera que el apego desorganizado es desadaptativo porque deja al niño con incertidumbre sobre cómo responder en momentos de angustia, lo que podría dificultar su capacidad de afrontar situaciones de forma eficaz y afectar su supervivencia general.

Los chimpancés en cautiverio, en particular los huérfanos criados por humanos, suelen desarrollar este tipo de apego traumático, probablemente debido a la falta de un cuidador permanente. Sin embargo, en la naturaleza, donde los chimpancés crecen en grupos familiares estables y se enfrentan a presiones naturales de supervivencia como la depredación, los investigadores no encontraron evidencias del mismo. "Es raro, si no ausente, entre los ejemplares salvajes -afirma la investigadora-, porque no es una estrategia de supervivencia adaptativa en situaciones peligrosas". En la naturaleza, "las crías dependen de los cuidados claros y consistentes proporcionados por el cuidador, particularmente en situaciones amenazantes. Si un chimpancé no sabe cómo reaccionar ante una amenaza, podría provocar resultados peligrosos, como la muerte. Por lo tanto, este tipo de apego es poco probable que persista a lo largo de las generaciones, ya que plantea problemas de supervivencia".

La teoría del apego es un concepto clave en psicología que explica cómo las relaciones tempranas moldean el desarrollo emocional y social. El apego seguro se asocia con la confianza y la resiliencia, mientras que el apego inseguro y desorganizado puede asociarse con ansiedad, estrés o dificultades en las relaciones. El hecho de que los chimpancés salvajes solo mostraran apego seguro o evitativo plantea nuevas preguntas sobre la crianza humana moderna. «Nuestros resultados profundizan nuestra comprensión del desarrollo social de los chimpancés y demuestran que, después de todo, los humanos y los chimpancés no son tan diferentes», afirma Rolland. «Las sociedades humanas han evolucionado de tal manera que las amenazas a la supervivencia son menos frecuentes, lo que permite prácticas de apego y cuidado más complejas. Sin embargo, estas prácticas evolucionadas pueden no necesariamente alinearse con las necesidades óptimas de los niños en entornos modernos. Los patrones de apego que una vez fueron adaptativos para la supervivencia pueden ya no ser tan esenciales y, sin embargo, continúan dando forma a cómo criamos y protegemos a los niños hoy en día», señala

Comportamiento humano

«Nuestros hallazgos -dice la autora principal, Catherine Crockfor- sugieren que las estrategias de apego compartidas en primates podrían reflejar una herencia evolutiva común. La alta prevalencia del apego desorganizado en humanos y chimpancés huérfanos en cautiverio, a diferencia de los chimpancés salvajes, también respalda la idea de que el entorno de crianza desempeña un papel importante en la configuración de los tipos de apego».

Según los investigadores, estos hallazgos nos acercan a la comprensión de los chimpancés y los humanos, y estimulan una reflexión más profunda sobre cómo las experiencias de vida tempranas dan forma al desarrollo social y emocional en las especies.

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