Un sicario dice que la Audiencia cobró por no extraditar a dos narcos a EE.UU.
John Velásquez declara a la emisora RCN que «se comió» 30 millones de dólares por entregarlos a Colombia
J. A.
El antiguo jefe de sicarios del «cártel de Medellín» , John Jairo Velásquez Vásquez, alias «Popeye», ha asegurado a una emisora de Colombia que la Audiencia Nacional y el Gobierno «se comieron» en la década de los ochenta 30 millones de dólares por no ... haber extraditado a Estados Unidos a los narcotraficantes Jorge Luis Ochoa y Gilberto Rodríguez Orejuela, que finalmente fueron entregados a las autoridades de Bogotá . Velásquez, a quien se vincula con 250 asesinatos, reitera, además, que contaron en su momento con la colaboración de ETA.
Las declaraciones han sido realizadas al periodista de la emisora RCN Francisco Santos, que fue vicepresidente del Gobierno colombiano con Álvaro Uribe . El ex jefe de sicarios que trabajó para el narco Pablo Escobar, arremete en sus confesiones contra Ochoa, al que acusa de haber implantado en Colombia el paramilitarismo y el terrorismo. De acuerdo con el relato, a raíz de su detención en España, en noviembre de 1984, junto a Gilberto Rodríguez, Ochoa contactó en la cárcel, al parecer la de Carabanchel, con un «terrorista de ETA experto en explosivos», apodado «Miguelito». Tras quedar en libertad , el etarra se desplazó a Colombia en 1986 para adiestrar a los narcos del «cártel de Medellín» en el montaje y explosión de «carros bomba».
«Guerra de extradiciones»
En julio de ese mismo año, Ochoa fue extraditado a Colombia, pese a que las autoridades de Estados Unidos lo reclamaban por haber introducido en ese país grandes cantidades de cocaína. En aquellos años, declara John Jairo Velásquez, había una «guerra entre Colombia y Estados Unidos por las extradiciones» de los narcos. Pues bien, siempre según la versión de este jefe de sicarios, el denominado «fondo de los extraditables», una organización creada por los hombres de Pablo Escobar para evitar la entrega de los capos a Estados Unidos, habría pagado 30 millones de dólares a la Audiencia Nacional y al Gobierno para que Jorge Luis Ochoa y Gilberto Rodríguez Orejuela, por aquellos años principal cabecilla del «cártel de Cali», fueran conducidos ante la justicia colombiana y no ante la norteamericana. «Del fondo de los extraditables se sacan 30 millones de dólares para salvar a Jorge Luis Ochoa y Gilberto Rodríguez, y esa “plata” se la come la Audiencia Nacional de España y el Gobierno español », asegura. Una cantidad que, en la actualidad, equivaldría a 300 millones. Asimismo, añade que cuando regrese de Estados Unidos, donde se encuentra, al parecer enfermo, Orejuela abundará en las acusaciones de «paramilitarista» y «terrorista» contra Ochoa, en libertad, según fuentes colombianas porque habría cumplido su condena.
Periódicamente, ex sicarios de los narcos o responsables policiales de Colombia denuncian connivencias entre los «cárteles» de la droga y ETA, aunque la Policía española no tiene pruebas que avalen estas conexiones.
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