Otro estudio demuestra que es posible superar la velocidad de la luz
El nuevo trabajo propone el uso de 'solitones' para conseguir que una nave viaje a velocidades superlumínicas
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Iniciar sesiónHace apenas unos días, ABC se hacía eco de una nueva investigación que, por lo menos en teoría, permitiría a una nave viajar a la velocidad de la luz. El trabajo, dirigido por Alexey Bobrick , del grupo Applied Physics y aceptado para su ... publicación en ' Classical and Quantum Gravity ', anunciaba sin medias tintas el primer modelo factible de un motor de curvatura, basado en la idea propuesta hace más de 20 años por el físico mexicano Miguel Alcubierre , que respaldó explícitamente la investigación.
Ahora, y casi al mismo tiempo, otro equipo de investigadores, dirigido esta vez por el físico Erik Lentz , de la Universidad de Göttingen en Alemania, acaba de publicar en la misma revista otra solución distinta e igualmente viable que permitiría, en el futuro, el diseño de naves superlumínicas, es decir, capaces de superar los 300.000 km por segundo a los que se desplaza la luz en el vacío.
Moverse a tales velocidades a través del Universo, sin embargo, es algo que está explícitamente prohibido por la Teoría de la Relatividad General de Einstein . De hecho, acelerar una nave un solo km más rápido que la luz implicaría un gasto infinito de energía, además del hecho de que se violaría el principio de causalidad (la causa precede al efecto en el tiempo), de forma que podríamos ver los efectos de una acción antes de que tuviera lugar su causa (por ejemplo, una pelota moviéndose antes de que alguien la empuje).
Por eso, mover materia a través del espacio tiempo más allá de la velocidad de la luz es algo que siempre será imposible. Sin embargo, y ahí está el 'truco', no existe ninguna regla que limite la velocidad a la que el propio espacio tiempo puede moverse . Los confines de nuestro Universo en expansión acelerada, por ejemplo, ya se están alejando más rápido de lo que la luz puede viajar, marcando así un claro límite a la porción de Universo que nos resulta visible.
La idea, por lo tanto, consiste en construir una pequeña burbuja de deformación espacio-temporal alrededor de una nave que se comporte de forma similar. Dentro de la burbuja, la nave permanecería inmóvil y no violaría las leyes de la Relatividad General. La burbuja, sin embargo, estiraría el espacio tiempo detrás de la nave, alejándola de su punto de origen y lo encogería por delante de ella, acercándola a su punto de destino. El resultado es que la nave, como lo haría una persona sobre una cinta transportadora, se movería "a caballo" del espacio tiempo a velocidades superiores a las de la luz y sin violar ninguna ley de la física.
Ese es, precisamente, el concepto propuesto por Alcubierre en 1994 para una nave capaz de viajar a más de 300.000 km por segundo. Para construir la burbuja y deformar el espacio tiempo alrededor de la nave, sin embargo, el físico mexicano necesitaba recurrir al uso de una gran cantidad de energía negativa, es decir, una densidad de energía menor que la del vacío del espacio, algo que solo sucede en la escala cuántica, en el reino de las partículas subatómicas. En la práctica, resulta imposible acumular energía negativa en las cantidades requeridas para que el motor funcione. En otras palabras, el fantástico ' combustible ' propuesto por Alcubierre es, por ahora, una pura especulación y a día de hoy ni siquiera existe una física capaz de hacerlo posible.
Dos soluciones diferentes
En el estudio de hace unos días, Bobrick y sus colegas proponían un modo de construir una burbuja de distorsión espaciotemporal sin necesidad de recurrir a la molesta energía negativa. «Nuestra investigación -explicaba Bobrick- ha demostrado que en realidad existen varios tipos más de impulso de curvatura en la Relatividad General. En particular, hemos formulado nuevas clases de soluciones de impulso de curvatura que no necesitan energía negativa y que, por lo tanto, pueden darse en el mundo físico».
Y ahora, en su nuevo trabajo, Lentz propone otra forma diferente en la que podríamos viajar a más velocidad de la luz, gracias a lo que él llama « una nueva clase de 'solitones' hiper rápidos ». Los solitones son un tipo de ondas solitarias que son capaces de mantener su forma y energía mientras se mueven a una velocidad constante (incluso más deprisa que la luz).
Según los cálculos del investigador, estas ondas super rápidas pueden existir en el marco de la Relatividad General, y pueden obtenerse, además, con densidades de energía positivas, lo que significa que no es necesario recurrir a soluciones exóticas y no demostradas, como es el caso de la energía negativa.
Con la suficiente energía disponible, estos solitones funcionarían como auténticas burbujas de deformación espaciotemporal, podrían moverse más deprisa que la luz y, por lo menos en teoría, permitir que un objeto pase de un punto a otro del espacio tiempo sin violar ninguna ley de la física.
El punto débil de esta idea, sin embargo, es la cantidad de energía necesaria para conseguir el impulso de curvatura. «La energía requerida para un impulso que viaje a la velocidad de la luz y que abarque una nave espacial de 100 metros de radio es del orden de cientos de veces la masa del planeta Júpiter », explica Lentz. Una poderosa razón para que ese motor de curvatura sea, por ahora, solamente una posibilidad teórica. Lo cual no impide que los investigadores sigan trabajando para reducir esos requerimientos energéticos imposibles. «El ahorro de energía -prosigue Lentz- tendría que ser drástico, de aproximadamente 30 órdenes de magnitud, para estar dentro del alcance de los reactores de fisión nuclear modernos».
Dos soluciones diferentes, pues, pero con un objetivo común: hacer posible que el hombre llegue a las estrellas sin tener que invertir decenas o cientos de miles de años en cada viaje. Y aunque el momento de construir un motor de curvatura está aún muy lejos, lo realmente importante de estos estudios es que, por lo menos en teoría, los consideran posibles, algo que no sucedía hace apenas unos años.
Según Lentz, su equipo está ahora en contacto con el grupo de Bobrick, compartiendo sus cálculos e ideas con el objetivo de ir encontrando soluciones cada vez más factibles. Aún quedan muchas cuestiones por resolver, pero el flujo libre de ideas es la mejor oportunidad de conseguirlo.
«Este trabajo -dice Lentz- ha alejado el problema de los viajes más rápidos que la luz de la investigación teórica y lo ha acercado a la ingeniería. El siguiente paso será descubrir cómo reducir la astronómica cantidad de energía necesaria y situarla en el rango de las tecnologías actuales, como una gran planta de energía de fisión nuclear moderna. Entonces podremos empezar a hablar sobre la construcción de los primeros prototipos».
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