¿Buscas unas buenas zapatillas? Que no te den gato por liebre

Si haces deporte de manera regular y estás interesado en el tema, es posible que ya tengas los conocimientos necesarios y hayas probado suficientes modelos como para saber que hay unos que te van mejor, otros que no te gustan y, por qué no, de vez en cuando te aventuras con otra marca y modelo con resultados variopintos. Esto es lo raro, la mayor parte de la población elige zapatillas por su diseño, por el deportista que las utiliza, por su fetichismo hacia una marca o poniendo la atención en el precio, no siendo necesariamente lo barato lo que más se busca, porque no faltan quienes creen que una zapatilla de 180 Euros les convertirá en plusmarquistas.

Cuando una zapatilla se somete a una revisión profunda evaluada por profesionales muchas personas pueden encontrarse perdidas al leerla. Te apuntas a un gimnasio para hacer un rato de actividad física y al acudir a una tienda te una charla sobre el drop, la sobrepronación y la nueva plantilla inteligente incorporada y la configuración mixta de materiales utilizados en la amortiguación que favorecen la respuesta reactiva de tu pierna en cada zancada… Y tú querías simplemente hacer un poco de ejercicio. Vamos a intentar dar unas pautas generales que ayuden, y no compliquen, elegir zapatilla:

No es lógico salir a correr con unas zapatillas de ciclismo. Suena obvio, pero no es raro ver a personas echando una pachanguita futbolera con unas zapatillas de tenis. O utilizar para absolutamente todo unas zapatillas de trail, que para eso tienen pinta de todoterreno. Tal y como decíamos al empezar, gracias a esta especialización de los modelos, suele estar más que justificado que todos tengamos más de un par de zapatillas, pero si tienes muy claro para qué las quieres esto reducirá tus opciones de compra y aclara algo el camino. Para este tipo de material, hay que recurrir a especialistas. Es relativamente fácil que te asesoren en la compra de unas zapatillas para jugar al fútbol, por el contrario, me atrevo a asegurar que casi ningún dependiente de una tienda deportiva generalista sabrá orientarte en la compra de unas zapatillas de esgrima. También es lógico.

El consumidor de calzado de una disciplina concreta minoritaria no deja de ser precisamente eso, una minoría. El gran mercado del calzado deportivo está dividido a grandes rasgos entre las zapatillas mixtas o de entrenamiento y las de corredores.

Por debajo de los modelos tope de gama con unas prestaciones específicas y un precio que suele ser bastante elevado, encontramos un sinfín de diseños y gamas intermedias que no sabes si son lo que parecen hasta que las pruebas de verdad y eso implica que ya las has comprado. Simplificando mucho, entre unas zapatillas para entrenar en un gimnasio y unas zapatillas de corredor tienes dos diferencias básicas, el nivel de amortiguación y el drop de la zapatilla. El peso de la zapatilla, desde mi punto de vista, es un tema anecdótico para cualquiera que esté empezando, lo veremos en último lugar.

En cuanto a amortiguación, como decíamos al principio, más no es necesariamente mejor. Si corres muchos kilómetros semanales, el impacto acumulado para tus articulaciones sí que agradecerá la amortiguación. Si vas a hacer elíptica, bici estática o lo tuyo son las pesas, el valor extra de la amortiguación de una zapatilla es absolutamente irrelevante.

El 'drop' puede influir tanto o más que la amortiguación. El drop es la diferencia de altura entre la parte del talón y la zona delantera. Te habrás fijado que casi todas las zapatillas tienen un talón más gordo y sus suelas se van afinando hasta la puntera, siendo las zapatillas de corredor las que más afilan este perfil, porque suelen añadir una curvatura que busca, junto a la amortiguación, una ergonomía perfecta con tu zancada e intentando aprovechar al máximo la energía generada en ella. El drop es lo que ocasiona que una zapatilla de corredor pura utilizada en una sentadilla transmite mucha inestabilidad porque intenta llevar tu centro de gravedad hacia delante, te pide correr y no anclar con firmeza toda la planta del pie al suelo.

En cuanto al peso conviene tener en cuenta no solo el de la zapatilla en sí, sino también el de quien la compra. Una persona con evidente sobrepeso puede beneficiarse de una amortiguación mayor al empezar a hacer ejercicio para no castigar en exceso sus rodillas y tobillos. En cuanto al peso de las zapatillas creo que salvo que seas un atleta avanzado cualquier zapatilla de calidad es suficientemente ligera como para que eso te deba preocupar lo más mínimo. No tiene mucho sentido pagar un pastón por llevar la zapatilla más ligera y amortiguada del mercado y después lastrarte tú con doscientos gramos de galletas.

No hay zapatilla en el mundo que corrija una mala técnica. Normalmente nadie se atreve a lanzarse a ejecutar arrancadas de halterofilia, pero no es raro que haya gente que se lance a correr sin ningún tipo de criterio. Si vas a una tienda en la que te hacen un estudio de la pisada te dirán eso, qué tipo de pisada tienes, pero no te van a dar una clase técnica. Tener una zancada redonda y llevar posiciones correctas cuando corremos, son consideraciones técnicas que solemos obviar. Haz un pequeño examen de conciencia y te darás cuenta de que igual está más justificado que el primer mes inviertas en un entrenador personal y dejar el cambio de zapatillas para después.

Si hablamos de la pisada hay tres grandes grupos en los que se englobaría todo el mundo, los pronadores, los supinadores y personas con pisada neutra. Te lo pueden contar de una manera muy técnica, pero haciéndolo fácil, la pronación consiste en caminar y correr sacando las puntas de los pies hacia fuera. La supinación es el fenómeno contrario, las puntas se van hacia dentro, y la pisada neutra es aquella en la que todo parece que va por donde tiene que ir, que no es estrictamente recto ya que de una manera natural cualquier persona tiene una ligera pronación al moverse. La pronación es mucho más habitual que la supinación, pero hay modelos para todos.

Determinar nuestro tipo de pisada requiere una sencilla prueba y puede ayudarte a descartar de partida un montón de modelos. Hay un porcentaje considerable de personas que con una adecuada elección de sus zapatillas solucionan sus molestias, pero puede que no sea suficiente y necesiten correcciones más especiales y para eso existen las plantillas. Hablar de plantillas empieza a complicar la ecuación. Mejor acudir a especialistas (podología, traumatología) y valorar tu caso. Si corriges tu pisada con una plantilla, la zapatilla que debes elegir es siempre la neutra, ya que es tu plantilla la que hará la corrección que tú y solo tú necesitas en tu pisada. Ten en cuenta que dicha pisada repercute en todo tu cuerpo, puede afectar a tobillos, rodillas, caderas o incluso a tu espalda o tus cervicales.

Borrando todo lo dicho anteriormente, tendríamos la opción del calzado minimalista cuyo máximo exponente sería el de las zapatillas llamadas 'cinco dedos'. Es una alternativa cuyo enfoque es radicalmente opuesto, sus defensores afirman que la amortiguación y la protección de nuestro calzado, poco a poco consigue inutilizar nuestros propios mecanismos físicos. Sería algo así como una corriente «paleo» del calzado deportivo. En términos evolutivos, fue ayer cuando los seres humanos se desplazaban, vivían, cazaban y sobrevivían sin calzado alguno. De hecho todavía hay zonas del mundo donde ir descalzo es habitual. Estas zapatillas buscan devolvernos ese contacto con el suelo, con las irregularidades del terreno. Aunque sus beneficios son algo controvertidos, lo cierto es que acostumbrarnos a una única altura de tacón y a estar pisando con una cómoda amortiguación todo el santo día, tampoco es bueno. Caminar descalzos pero hacerlo por asfalto, por una pista de atletismo o el césped perfecto de un parque tampoco es equiparable al estímulo de correr descalzo por el monte huyendo de un depredador o una tribu rival. No es lo mismo, y quizás la clave no esté en el calzado.

Hay que abrir la mente y pensar que puede haber gente para la que sea muy cómodo y si no, convendría recordar al etíope Abebe Bikila el primer oro para África en unos Juegos Olímpicos al ganar la maratón de Roma 1960, con récord del mundo incluido, y hacerlo descalzo.

Es difícil escribir unas reglas de oro sobre calzado. Entre todo el equipamiento deportivo que puedas comprar, el calzado es el producto más personal de todos. Puede que lo que valga para ti no valga para nadie más. Si eres un deportista veterano, ya sabes qué elegir y qué no, y no necesitas que nadie te de la matraca contándote una y otra vez lo mismo. Si estás empezando y te pierdes en este océano de modelos y marcas, la buena noticia es que seguro que hay una opción que se ajusta a lo que necesitas. La mala es que aun intentando separar el grano de la paja, seguirás teniendo unas cuantas opciones válidas que te harán dudar a la hora de elegir, pero llegados a ese punto solo hay un único camino válido y no es otro que probar.