¿Sospechas que alguien consume esteroides? Estos son los indicios que pueden confirmarlo

Está bien que nos preguntemos si determinados cuerpos se consiguen de una forma natural o con ayudas, porque ese espíritu crítico nos puede evitar llevarnos un buen desengaño cuando nos enfrentemos a la realidad de que esos métodos milagros, los que prometen resultados impresionantes en un mes, no transformarán tu cuerpo en uno parecido al de quien los anuncia. Ni por asomo. Debemos saber que gusta publicar fotos de abdominales marcados, pero no tanto admitir que ha sido necesitado ‘tirar de aguja’ para darle ese 'tuneo' final.

Importante reflexión previa

Aunque paso a exponer una serie de pistas con las que podríamos concluir que alguien está consumiendo esteroides, es importante entender que su uso no es algo exclusivo de personas notablemente musculadas. Por ejemplo, si un ciclista consume esteroides lo hará por los beneficios que le bridan en cuanto a recuperación y rendimiento, y no tanto como un atajo para ponerse 'grandes', consecuencia que sería perjudicial para ese deporte. Insisto, alguien podría estar tomando esteroides y no ajustarse a nada de lo que voy a mencionar, especialmente si las dosis utilizadas son bajas. De hecho, muchos cuerpos que puedes ver en Instagram y parecen naturales pueden estar tomando dosis muy bajas de esteroides o usando SARMs. Hacen un uso de estas sustancias solo lo suficiente para llegar a lucir un cuerpo que les ayudará con su negocio, pero no tanto como para que sus mejoras sean exageradas. Aquí sería necesario una analítica para detectar el consumo, y además en un determinado momento.

Aunque no sea lo normal también debemos saber que hay genéticas privilegiadas. Esto es raro, mucho, pero existe. El error es pensar que todo cuerpo perfecto (o muy imperfecto) se debe a su genética. A todo el mundo hay que darle el beneficio de la duda, pero los siguientes indicios pueden inclinar la balanza a uno u otro lado:

Indicios que nos pueden hacer sospechar que hay consumo de esteroides

•Aumento rápido de la masa muscular . La primera señal sólida es un aumento muy rápido de la masa muscular limpia, sin ninguna ganancia de grasa. Un ser humano normal tiene un límite en su tasa de crecimiento muscular. Y aunque hay valores atípicos que pueden superar esta tasa, son menos del 0,1 % de la población. Un ritmo normal de ganancia muscular sería el de ganar entre cien y dos cientos gramos de masa muscular a la semana, y hablamos de un crecimiento en las mejores condiciones posibles, algo que normalmente supone ganar también algo de grasa en el proceso. Esto quiere decir que la gran mayoría de la población podría ganar al mes algo menos de un kilo de músculo (ganancia muscular pura, no hablo de peso corporal). Si esto suena a poco, hay que dejar claro que es una barbaridad porque eso significa que al acabar el año, si fuéramos capaces de mantener esa progresión, habríamos ganado más de diez kilos de masa muscular. Cualquier entrenador y/o nutricionista os puede confirmar que esto rara vez sucede y cuando ocurre esas ganancias también incluyen algo de ganancia de grasa, retención de agua, glucógeno extra, etc. Así que sí, si conoces a alguien que gana diez kilos de músculo en unos pocos meses, estás ante una gran señal de alerta.

Hay que destacar que cuanto más entrenada esté la persona, menor cantidad de músculo será capaz de desarrollar. No podemos tener un crecimiento infinito, cuanto más nos acercamos a nuestro límite más lentas serán las ganancias. Esto hace mucho más sospechoso el que alguien ya muy en forma añada ‘de repente’ ocho kilos de masa muscular a su cuerpo.

• Trapecios, cuello y deltoides desproporcionadamente desarrollados. Las personas que utilizan ayudas externas tienden a tener trapecios, cuello y deltoides mucho más grandes en relación con las otras partes del cuerpo. Una teoría es que esos grupos de músculos tienen más receptores de andrógenos, algo que los hace más sensibles a los esteroides. Quizás el cuello es el signo más revelador porque los amantes de las pesas a menudo entrenan duro los deltoides y los trapecios, mientras que el cuello rara vez lo hacen. Si el cuello está creciendo sin estimulación directa, es una buena indicación de un posible uso de esteroides.

• Volumen muscular antinatural. Uno de los signos más obvios del uso de esteroides es cuando alguien tiene una cantidad de músculo que excede lo que debería lograrse de forma natural. ¿Pero de cuánto músculo estamos hablando?

Puedes encontrar en internet varias fórmulas predictivas que extrapolan el peso muscular máximo en función a nuestra altura y nuestra estructura esquelética. Al margen de lo precisas o no que sean las diferentes estimaciones, sí que podemos hacernos idea de los rangos que se pueden considerar normales y, por supuesto, muchos físicos no tienen unos rangos normales. Una vez más, puedes tener un volumen muscular anormalmente alto y no parecer un culturista.

•Cambios temperamentales muy marcados. Hay una creencia, parte mito parte realidad, en que los esteroides convierten a quienes los utilizan en personas agresivas, impacientes y propensas a cambios de humor. Bueno, al margen de realidades, si ves a alguien musculoso cabreado como una mona, igual acaba de discutir con su pareja y no necesariamente está consumiendo nada. Aun así es cierto que determinados esteroides (no todos son iguales) pueden aumentar el comportamiento agresivo ya que entre sus efectos están los de conseguir que el cuerpo aumente su respuesta a la adrenalina . A nivel muscular, esto te hace más fuerte y explosivo y te da un mayor tono muscular. Pero a nivel cerebral, te hace más agresivo, competitivo, asertivo y valiente.

El uso crónico de esteroides puede ocasionar desequilibrios hormonales que influyen en el estado de ánimo, pero no solo a la agresividad, también existen casos en los que puede contribuir a estados de ánimo depresivos ya que quien utiliza esteroides no está todo el rato ‘de subidón’, por eso se habla de ciclos. Pero lo definitivamente raro es que una persona ‘mute’ y se convierta en alguien que no era antes con unos cambios de comportamiento totalmente inusuales en él o ella.

•Masa muscular activa ( hinchada ) de manera constante. Esto te habrá pasado, vas al gimnasio coges las pesas y al acabar te ves con un tono muscular digno de estrella de televisión. Todo está en su sitio y duro. Pero este espejismo se acaba y al rato toda tu musculatura se desinfla, vuelve al tamaño normal y tus sueños de presentarte al casting de Thor o Capitana Marvel se desvanecen.

Sin embargo, alguien que consume esteroides parece que tiene una musculatura dura y vascularizada en todo momento, aunque lleve dos horas en un sillón viendo series. ¿Qué causa eso? La dureza muscular tiene relación directa con la activación parcial de los músculos, incluso en reposo. Cuanto más preparados para entrar en acción, más duros estarán los músculos. Esto hace que sea más fácil alcanzar la máxima contracción si necesitas producir repentinamente mucha fuerza o velocidad. ¿Qué aumenta ese tono muscular? La adrenalina. En concreto, la adrenalina cuando se une a los receptores beta-adrenérgicos del tejido muscular, lo que aumenta su grado de activación/preparación. Los esteroides aumentan la sensibilidad de los receptores beta-adrenérgicos y gracias a ello un usuario de esteroides podría estar como una piedra incluso en reposo.

Dicho esto, cualquier persona con alta actividad adrenérgica tendrá un tono muscular más prominente. Todos conocemos personas hiperactivas, que siempre se mueven y se inquietan, hablan rápido y parecen tener una energía infinita, pero eso no significa que estén usando esteroides.

En cuanto al volumen, básicamente cuando estás entrenando, el agua, la sangre y los metabolitos llenan el músculo y causan hinchazón. Pero en reposo, un músculo se verá lleno si almacena más glucógeno , agua , creatina y grasa .

Los esteroides pueden aumentar el almacenamiento de glucógeno y creatina, y algunos pueden aumentar la retención de agua. Esto incluye la retención de agua intramuscular al aumentar los niveles de sodio y potasio, lo que conduce a una mayor retención de agua en varias partes del cuerpo. Pero esta pista no es concluyente por sí misma porque muchos factores pueden afectar la plenitud y la dureza muscular, como la dieta.

• Vascularización extrema. Hay una diferencia entre tener muchas venas visibles en los brazos y tener un mapa de carreteras en todo el cuerpo. La vascularización en el pecho, la espalda y los deltoides, especialmente si esas venas son gruesas, es un signo potencial de uso de esteroides.

Muchos esteroides aumentan el volumen sanguíneo. Aumentan específicamente la parte ‘sólida’ de la sangre (glóbulos rojos y lípidos sanguíneos principalmente). Varios esteroides aumentan la producción de glóbulos rojos. Anadrol, por ejemplo, se desarrolló por primera vez para ese propósito específico (para tratar la anemia). La sangre más espesa genera más estrés en el sistema cardiovascular y en los riñones. Es, en gran parte, responsable del agrandamiento del corazón que proviene del uso de esteroides, un factor de riesgo enorme para la enfermedad cardiovascular. Esa es una de las razones por las que muchos culturistas donan sangre regularmente.

•Algunos efectos secundarios detectables a simple vista. La ginecomastia (agrandamiento del tejido mamario en los hombres), crecimiento del bello y voz más grave en mujeres, o el acné severo (sobre todo en espalda y tórax) son efectos secundarios comunes del uso de esteroides. Aunque no son efectos que se produzcan siempre, si observas la aparición de alguno de ellos junto alguno de los anteriores indicios la sospecha va pasando poco a poco a ser evidencia.