Mujeres
Te han contado que la regla tiene que doler y eso no es así
El cuidado de la zona pélvica es esencial para evitar dolores innecesarios y que muchas veces se invisibilizan
Aunque muchas veces de lo único que se habla es del suelo pélvico de la mujer, la zona pélvica en su totalidad, que abarca diversas funciones como la sexualidad, la procreación o la digestión, necesita un cuidado específico. Esta zona del cuerpo, territorio complejo ... y raíz de muchas de las dolencias intrínsecas de las mujeres, es el lugar en el que se desarrollan multitud de ciclos y procesos que, de no realizarse a la perfección, pueden ser fuente de grandes dolores.
Karl Doric, osteópata, especializado en disfunciones pélvicas, ha publicado «Cuida tu zona pélvica» , un libro centrado en el tratamiento de osteopatía y con el que busca divulgar que, muchos problemas que se invisibilizan, pueden tener una solución más sencilla de lo que parece.
Por lo general, la zona pélvica es una zona tabú. «Esta zona refleja el sexo y una feminidad que históricamente se ha tapado; es una zona compleja que durante muchos años no tenía gran información», dice el profesional, que asegura que, a nivel histórico, la medicina ha sido ejercida por los hombres y estos, socialmente un escalón por encima de las mujeres, no se centraban en el conocimiento real de la zona pélvica femenina . «Los hombres no se dan cuenta del la complejidad de esta zona, porque nunca lo han vivido, y nunca se han puesto en el sitio de las mujeres», asegura el osteópata.
No, el dolor no es lo normal
Los dolores relacionados con la zona pélvica suelen invisibilizarse. Cuando una mujer sufre dolor menstrual, por ejemplo, se normaliza. Pero, tal como explica Doric, «la naturaleza está bien hecha» y, si no se sufre una patología previa, como puede ser la endometrosis o el síndrome de ovarios poliquísticos, «una mujer no debería tener dolores durante los días del periodo» . «Cada vez hay más dolor. La mujer siempre funciona diferente que el hombre, porque tiene un ciclo hormonal, pero eso no significa que tenga que sufrir», indica el profesional.
En el libro, Doric habla sobre cómo la osteopatía , una medicina manual, puede ser la solución para problemas en esta zona como los dolores menstruales, las dolencias durante las relaciones sexuales o la incontinencia urinaria. «La osteopatía libera tejidos, un órgano, un ligamiento, una estructura del cuerpo. Si esta estructura sufre una restricción de movilidad, si está bloqueada, entonces esta estructura ya sea un órgano, por ejemplo, o una arteria, no va a funcionar bien», explica el profesional. Continúa y comenta que, con una «manipulación suave», se puede liberar las estructuras de las que hablamos. «Por ejemplo, si tenemos el útero bloqueado, o en una mala posición, podemos tener síntomas como reglas dolorosas o problemas de digestibilidad», dice.
Todo está relacionado
El osteópata recuerda que todo en esta zona «se toca». «Todo está relacionado. Entonces, un útero que aprieta la vejiga puede provocar una incontinencia urinaria, o a la vez, la vejiga puede molestar al útero; cualquier problema a nivel pélvico, toda esta zona, vamos a trabajarlo de la misma manera», apunta.
El cuidado de la zona pélvica es esencial para poder tener relaciones sexuales plenas, pero muchas veces se reduce el impacto a la salud del suelo pélvico. Dice el osteópata que hay que entender que el suelo pélvico tan solo es una pequeña parte del sistema . «Se habla de la rehabilitación del suelo pélvico, de ejercicios de kegel, por ejemplo, pero esto no es lo único que ayuda; muchas veces solo se trabaja el suelo pélvico, y no es suficiente, no arregla el problema de fondo», asegura Doric, que añade que en general, el deterioro del suelo pélvico no es la causa, sino la consecuencia.
Por último, el osteópata señala que, todo lo que pueda provocar «congestión pélvica» es negativo. «Esta va a molestar a la circulación de los líquidos y también va a incrementar la inflamación», indica. Por ello, anima a las mujeres adoptar hábitos saludables, pues estos son los que consiguen reducir la congestión. «El ejercicio físico, la alimentación saludable y la buena gestión del estrés son las tres claves para reducir la inflamación en la zona pélvica», concluye.