Bodyboard

Tiene su origen en Hawái, de donde son algunas de sus figuras más conocidas como Mike Stewart, Jeff Hubbard y Ben Severson. En su práctica se utilizan aletas que permiten disfrutarlo aunque el mar esté más tranquilo y facilitan alcanzar velocidad y seguir la trayectoria de la ola.

La elección de la tabla se basa en el tamaño y el peso del atleta así como en su estilo. Suele medir alrededor de un metro de largo y 60 centímetros de ancho y tiene la parte superior cubierta de espuma de polietileno para que sea más suave, y una parte inferior de plástico para reducir la fricción al mínimo. Aunque la práctica más extendida es tumbado (prone), también existen otros estilos: con una pierna arrodillada (dropeknee) y totalmente de pie (stand-up).

Este deporte requiere de muchos reflejos y de explosividad ya que hay que actuar en momentos muy concretos para coordinar fuerza, equilibrio y leer rápidamente las posibilidades de la ola para hacer figuras en el área. De hecho, las principales maniobras se hacen precisamente en el aire, excepto el tubo que, igual que en el surf, es la más codiciada.

Además de la tabla, el equipamiento se puede completar con neopreno, aletas y guantes palmeados para aumentar la potencia de remo y la correa que mantiene al deportista unido a su tabla.

Como en cualquier deporte que se practique en el mar, es importante tener en cuenta dos variantes: el medio y el tiempo meteorológico

Respecto al medio se debe conocer el lugar donde se va a hacer deporte para evitar posibles zonas de roqueo así como las peligrosas corrientes.

En referencia al tiempo meteorológico, saber la intensidad de los vientos, la olas que se esperan y se hay riesgo de tormenta antes de entrar al mar es necesario aunque se sepa nadar.