Cuidados
Alopecia: cinco aspectos que influyen en la caída del pelo y no lo sabes
El sedentarismo, ser vegetariano o la propia menstruación pueden provocar la caída del cabello
S. Palacios
La herencia genética, el estrés o la ansiedad, determinadas afecciones médicas o los cambios hormonales o estacionales son algunos de los factores más comunes que, frecuentemente, pueden provocar la caída de pelo .
Descubre cómo paliar algunos de ellos y conoce otros aspectos que ... también influyen en la caída del cabello, aunque no lo parezca.
1. Sedentarismo
La inactividad física general o, lo que es lo mismo, llevar un estilo de vida sedentario , es un problema que puede influir en la salud a todos los niveles, pero también en la caída del cabello. Según Hospital Capilar, la disminución de ejercicio favorece la retención de toxinas, pudiendo llegar a aumentar la pérdida capilar y la densidad del pelo.
El doctor Alberto Sánchez explica que el sedentarismo motiva diversas patologías, como la obesidad , que contribuyen a que el pelo se caiga en mayor medida y que, por tanto, se convierten en un factor de riesgo para la alopecia. «De esta forma, tener una excesiva grasa corporal puede producir un daño en las células madre del folículo piloso, que son las encargadas del ciclo del crecimiento del cabello. Entonces se altera el ciclo de regeneración del pelo al bloquearse los folículos, llegando a miniaturizarse hasta desaparecer».
2. Calefacción y frío
El frío , los cambios constantes de temperatura , la humedad, la lluvia o el viento son algunas de las amenazas propias del invierno que pueden afectar de forma negativa al cabello, ya que el clima propio de esta época del año, con todos sus condicionantes, hace que el pelo sufra en mayor medida al dañar el estado de su capa más externa, alterando el comportamiento del cuero cabelludo y fomentando su deshidratación.
«En invierno, nuestro pelo se expone a un contraste de temperaturas excesivamente altas y bajas, provocadas por el clima y la calefacción , que pueden resultar incluso más perjudiciales que la continuada radiación solar de verano, repercutiendo negativamente en nuestra melena en diversos aspectos. Por ello, esta estación favorece la caída del cabello y empeora su aspecto al afectar a la humedad del mismo y alterar la cutícula, dando como resultado un pelo más seco y encrespado», manifiesta la doctora Raquel Amaro.
3. Menstruación
Las mujeres con el Síndrome del Ovario Poliquístico (SOP), al tener un exceso de andrógenos anormalmente altos, son más tendentes al cabello graso, al hirsustismo (crecimiento excesivo de vello en zonas como la cara, pecho y espalda) y a desarrollar alopecia androgenética. Esta alopecia afecta, en concreto, a un 25% de las mujeres a lo largo de su vida y provoca que el cabello se vaya debilitando, minimizando de forma progresiva y creciendo con menor fuerza.
Durante la menstruación, además, pueden aparecer anemias derivadas del déficit de hierro y ferritina en casos de sangrados abundantes y prolongados, pudiendo conllevar, en algunos casos, a padecer alopecia ferropénica o sideropénica, una pérdida de pelo causada por la deficiencia de este mineral y que puede aparecer antes de que se desarrolle la anemia.
«En el caso de aquellas mujeres que se toman píldoras anticonceptivas , es importante destacar que se palian las posibles alteraciones capilares derivadas de estas hormonas, además de aportar estrógenos que inducen al crecimiento del cabello. Por lo que dejar de tomarlas puede causar una pérdida de pelo al regresar a su ritmo normal», subraya el doctor Francisco Pilo.
4. Alimentación vegana y vegetariana
«El estado de nuestro pelo está íntimamente ligado con nuestra nutrición , ya que los alimentos que incluimos en nuestra dieta intervienen en el crecimiento, fortalecimiento o en la pérdida del cabello. Por ello, es importante planificar bien la alimentación en el caso de las dietas veganas o vegetarianas , pues estas pueden provocar déficits de nutrientes, vitaminas y minerales o una posible anemia, produciendo alteraciones a nivel capilar y afectando profundamente al crecimiento y caída del cabello, repercutiendo también en su calidad y aspecto», expone el doctor Pilo.
Es importante recalcar que, en estos casos, la razón de que se nos caiga en mayor medida el pelo se produce por un desconocimiento de la dieta adecuada a seguir para cubrir todas las necesidades vitamínicas. Existen determinadas vitaminas y nutrientes que juegan un papel fundamental en el crecimiento adecuado del cabello, como el magnesio , la biotina , el zinc , el hierro o las vitaminas A, B, C y E , que ayudan a la oxigenación del folículo y a una correcta producción de queratina. Por ello, su déficit contribuirá a una mayor caída y a una peor calidad del pelo, afectando, en consecuencia, a su estructura, grosor o brillo; volviéndose más fino, apagado, debilitado, o viéndose afectado su ciclo vital.
«Llevar una dieta inadecuada puede provocar déficits de proteínas, grasas, Omega-3, zinc, hierro, calcio, vitaminas B-2, B12 y D, entre otros. A nivel macroscópico, se ve alterada la calidad de las distintas capas de nuestro pelo, pudiendo dar un aspecto poco saludable, encrespado o con falta de brillo. Además, estos nutrientes son imprescindibles para la vida de los folículos, por lo que una deficiencia severa de los mismos puede provocar una alopecia importante, así como un efluvio telógeno en el que el pelo acelere su ciclo vital y llegue más rápidamente a la fase de reposo», detalla el doctor.
5. Envejecimiento
«El envejecimiento capilar no es más que una alteración fisiológica natural ocasionada por la edad, que modifica la estructura de nuestro cabello a nivel macro y microscópico y hace que perdamos cabello con el paso de los años, debido al envejecimiento de las células madre de los folículos pilosos. Esta situación afecta por igual a hombres y mujeres y a todo tipo de cabellos y dependerá, en gran medida, del componente hereditario u hormonal, aunque influyen otros muchos condicionantes externos como el sol o la contaminación ambiental e, incluso, el tipo de etnia o raza de la persona», comparte el doctor Alejandro García.
De esta forma, uno de los síntomas propios del envejecimiento capilar es la aparición de las canas , así como la disminución del grosor de los folículos pilosos , que producirá, en consecuencia, una pérdida de densidad y de volumen capilar de más de un 20% y, por otro lado, contribuirá a una mayor fragilidad del cabello, aumentando el riesgo de rotura a largo plazo, así como puntas dobles y quebradizas. Además, con el transcurso del tiempo, el pelo tiende a volverse más seco y a perder parte de brillo y de su pigmento natural, volviéndose más opaco, deslucido y delicado.
Para frenar el envejecimiento capilar, los expertos recomiendan: optar por productos capilares poco agresivos para el cuero cabelludo, sin sulfatos y de calidad, que nutran y protejan al cabello; cuidar el cabello del sol usando fotoprotectores solares; seguir una dieta equilibrada; y reducir el uso de secadores y planchas.
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