Los beneficios del membrillo y la receta para prepararlo en casa

Seguramente no te resulte fácil encontrar esta fruta en la frutería, y puede que tenga mucho que ver el hecho de que no se consume como tal, sino que tradicionalmente se come en su formato dulce en forma de: mermeladas , confituras, jaleas, etc; aunque también se utiliza para preparar pastas de frutas y gelatinas ya que, tal como indica Patricia Ortega, dietista-nutricionista, su pectina proporciona la suficiente consistencia que no es necesario añadir otras sustancias espesantes: «Para elaborar un dulce de membrillo sin demasiado aporte de azúcar, podemos ir reduciendo esta cantidad en la receta original hasta que a nuestro paladar le resulte más aceptable (el paladar poco a poco va reduciendo su grado de dulzor). Pero también podemos emplearlo para recetas saladas como quiches y hojaldres con verduras y ensaladas».

Tal como indica la experta, a nivel nutricional, el membrillo es una fruta de « bajo aporte calórico y bajo contenido en azúcares». El inconveniente que presenta, al parecer, es que seguramente se consume más en recetas dulces que no como la fruta en sí; inconveniente porque este aporte calórico se dispara y, al someterlo a cocción, pierde aporte nutricional.

Algunas de las propiedades saludables de esta fruta se deben a su contenido en fibra (pectina y mucílagos) y taninos, sustancias que confieren su propiedad astringente; a tener en cuenta en situaciones como por ejemplo diarrea ya que al retener agua reduce el tránsito intestinal y/o ayudar a evitar la deshidratación por vómitos. Aunque su contenido en vitaminas y minerales no es destacable. Sí se puede hablar de su contenido en potasio, importante para el correcto funcionamiento de los músculos y las transmisiones nerviosas entre otras funciones.

Por tanto, nutricionalmente, por cada 100 gramos de porción comestible, el membrillo tiene un 82,4% de agua y tan solo aporta 29 kcal, que proceden, principalmente, de los 6,3 gramos de hidratos de carbono, según datos de la BEDCA. Como todas las frutas, apenas tiene proteínas (0,3 gramos) y, después del níspero (10,2 g de fibra) es la fruta que más fibra contiene (6,4 gramos); tiene también calcio (14 mg), potasio (200 mg) y vitamina C (15 mg).

Aplicado como uso tópico o externo el mucígalo del membrillo es bueno para las quemaduras solares, la piel agrietada, las excoriaciones, los labios secos y los ojos inflamados. Cuentan los expertos de la Fundación Española de la Nutrición (FEN) que las semillas de membrillo secas, simplementes chupadas, resultan muy efectivas como caramelos contra la tos, «pero hay que evitar masticarlas porque son muy amargas».

El membrillo se puede comer crudo como tal, pero su uso más conocido es como el dulce de membrillo el cual, por su ya entonces alto contenido en azúcares, habría que limitar posiblemente su frecuencia de consumo. Otro uso común que se suele dar a este dulce de membrillo por su poder energético y por ser de fácil digestión, es que los atletas lo consuman en sus entrenamientos carreras de larga duración.

La FEN informa que al comprar los membrilos estos deben ser duros, pesados, sin daños y de un intenso color amarillo. Si los que adquieras presentan un color más claro pueden madurar perfectamente a temperatura ambiente. Además, aquellos que muestran unos pequeños puntos marrones no influyen en absoluto en su calidad.«Pueden conservarse en el frigorífico durante varias semanas, pero el fruto entero es difícil de congelar salvo que sea pure de membrillo, que en ese caso sí es apropiado para la congelación. Aunque esta fruta se conserva bien, se estropea con bastante rapidez si su corteza presenta golpes», dicen.

- 1,5 kg de membrillos, (yo los dejé con piel para aprovechar la pectina y que ayudaran a espesar) bien lavados, descorazonados y cortados en cuartos.

- 45 gramos de canela

- 15 dátiles (previamente en remojo con agua caliente durante 1 hora)

- 1 puñadito de clavo (si no queréis el sabor tan intenso, utilizad tan solo 2)

- 22 gramos de Agar Agar

- 1 limón (su jugo)

Introduce los membrillos, junto con la canela, el clavo y el jugo de limón, en un cazo, cubre con un poco de agua y llévalo a hervir durante 30 minutos, temperatura 90 grados. La idea es que vayas removiendo porque si no lo haces se te pegarán al fondo del cazo.

Pasado este tiempo, cuela el agua que te quede y añade los dátiles triturados (reserva el agua de los dátiles) y lleva nuevamente el cazo a fuego medio, aquí tienes que remover sin parar y cuidadito que salpica. Mientras tanto pon a calentar el agua de los dátiles y cuando este hirviendo añade el Agar Agar, remueve hasta que se integre por completo y añade el agua al cazo de los membrillos, sigue removiendo y espera 10 minutos.

Retira del fuego y rellena los moldes. Si no te gusta esa textura, puedes pasar la mezcla un poquito por la batidora antes de dejarlos en los moldes.

Espera un par de horas y listo. Puedes acompañarlo con queso cottage, pistachos, nueces, usarlo con yogur, para tus desayunos o de postre como te apetezca.