Nutrición
Mindful eating: ser más consciente de lo que comes ayuda a adelgazar
El acompañamiento psicológico y la identificación de las emociones que nos pueden provocar la necesidad de comer es clave en el éxito de una dieta a largo plazo
En la mayoría de ocasiones, detrás del aumento de peso hay un proceso de ansiedad o alguna emoción que intentamos paliar creando la necesidad de comer. Muchas veces esos procesos nos empujan a comer de forma compulsiva o, al menos, sin saborear ni disfrutar lo ... que nos llevamos a la boca, además de realizar múltiples actividades mientras comemos.
Por ello, es importante, antes de comer, pararnos y poner el foco y toda nuestra atención plena en el acto de comer. Saborear cada alimento, despacio e intentando distinguir cada tipo de sabor (ácido, dulce, amargo…) haciendo un viaje hacia atrás en el tiempo pensando en todo el camino que ha recorrido ese alimento hasta llegar a nosotros. Se llama Mindful eating . Y nos ayuda a comer lo que realmente necesitamos, a disfrutarlo mejor y a saciarnos antes, ya que, en ese estado de alerta y atención, seremos capaces de sentir de forma clara y conocer las señales que nos indican que ya estamos satisfechos y no necesitamos más.
«Sería conveniente comer sin estímulos externos y masticar entre 30 y 50 veces por bocado»
Carmen Duro
Psicóloga
Pero para conocer un poco más sobre esta forma de comer, hay que preguntarle a la psicóloga de IVADI Carmen Duro, que define el Mindful eating como la «herramienta para conseguir lo que se denomina alimentación consciente». La alimentación consciente no es otra cosa que la oportunidad para tomar consciencia sin juzgar las señales, sensaciones y emociones internas y externas o, dicho de otro modo, es el acto de comer mientras se está en un estado de consciencia, lo que hace que la atención se centre en la conexión entre el cuerpo y la mente, lo que lleva a la persona a conocer mejor sus sensaciones de hambre y saciedad .
«Para conseguir una alimentación consciente lo ideal es que mientras comemos nos centremos en el plato, los alimentos que lo componen, los colores, la textura, el olor, los sabores, el gusto y las sensaciones que nos provocan estos alimentos cuando los ingerimos», dice Carmen Duro. Para ello, tal como cuenta la experta, lo conveniente es que la persona esté en un lugar tranquilo y relajado, donde no le interfieran otros estímulos externos, con el fin de que se pueda focalizar en aquello que se lleva a la boca.
Iniciarse en el Mindful eating
Y si quieres probarlo, lo ideal para iniciarse en esta práctica es acudir a un profesional que esté formado en mindful eating, ya sea un profesional de la psicología o de la nutrición. «Sería conveniente comer sin estímulos externos (sin televisión, sin el teléfono móvil, tablet, etc); ser consciente de los alimentos que lleva el plato; comer despacio; realizar más masticaciones (en torno a 30-50 masticaciones por bocado ); comer en un entorno tranquilo y relajado», explica Carmen Duro. También se pueden realizar un par de respiraciones antes de comenzar la ingesta, durante y al finalizarla, soltar los cubiertos en cada bocado y parar cuando se sienta la sensación de saciedad. Estas serían algunas de las directrices que se pueden hacer en casa, aunque lo recomendable es acudir a un profesional que lo enseñe.
Con ayuda psicológica se identifican y trabajan las emociones que nos llevan a los atracones, además de la aceptación del cuerpo tal y como es. «Hay que soltar y dejar ir los pensamientos críticos hacia nosotros, tomar conciencia de nuestras emociones y pensamientos antes, durante y después de comer, para así, poder cambiar nuestra relación con la comida», explica Carmen Duro.
Se trata, al final, de hacer un trabajo multidisciplinar entre nutricionista, digestivo y psicólogo para obtener un éxito a largo plazo, que pasa no solo por sentirnos bien con nuestro cuerpo sino también por llevar un estilo de vida más saludable.