Cómo convertir las pipas de girasol en tu mejor aliado en la vuelta al trabajo

La ansiedad parece ser en estos días la compañera de viaje de muchos de los que han retomado en septiembre su actividad laboral tras las vacaciones. Pero si otros años se hablaba alegremente del « síndrome posvacacional », lo cierto es que en esta «reentré» de septiembre tiene más sentido referirse al efecto que la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia está causando en la sociedad. Ante esta situación los expertos insisten en la necesidad de reforzar el bienestar físico y emociona l retomando los hábitos saludables relacionados con la nutrición, el ejercicio y el descanso.

Una de las claves en el ámbito de la nutrición consiste en evitar el exceso de azúcares, de harinas refinadas y de grasas saturadas al tiempo que primamos en la dieta una mayor cantidad de alimentos saludables como verduras, hortalizas, frutas, legumbres, cereales integrales, carnes magras, pescados, huevos, lácteos, frutos secos y semillas.

Estas últimas, las semillas , pueden convertirse en buenas aliadas frente a la amenaza de trastornos como la ansiedad, el insomnio o el bajón anímico gracias a su aporte de triptófano, especialmente si hablamos de las pipas de girasol, con un gran aporte de este aminoácido tan importante para producir serotonina, la hormona asociada a la felicidad y al bienestar. A este aporte nutricional hay que sumar el hecho de que, tradicionalmente, el consumo de pipas siempre se ha asociado a momentos lúdicos de la infancia y la juventud, así como a los eventos deportivos, familiares y de ocio que siempre se recuerdan con cariño, lo que puede contribuir a activar los neurotransmisores que evocan las sensaciones de placer, disfrute y calma.

Las pipas de girasol son además una excelente fuente de vitamina E (37,17 mg por cada 100 gramos, el 84% de la cantidad diaria recomendada) y de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados (conocidos como «grasas buenas») que contribuyen a prevenir enfermedades cardiovasculares y a proteger al corazón. Las pipas también aportan fitoesteroles, unos compuestos de origen vegetal que ayudan a reducir los niveles de colesterol.

Su aporte de fibra no solo permite controlar el nivel de glucosa en sangre, sino que además previene el estreñimiento y permite regular los ritmos digestivos que suelen verse alterados cuando nos sentimos estresados o cuando intentamos retomar la rutina tras el periodo vacacional.

Son un snack perfecto para aquellos que, con la vuelta a la rutina, también han decidido retomar su actividad deportiva, pues las pipas de girasol destacan por su contenido de magnesio, que cuida el buen funcionamiento de los músculos y de las conexiones neuronales. Su aporte de potasio, por cierto, ayuda a mejorar el rendimiento deportivo y a prevenir las lesiones. También son ricas en selenio, que además de frenar el estrés oxidativo permite mantener las articulaciones en buen estado.

Tal vez algunos hayan tenido la suerte de disfrutar del mar, de los rayos del sol (con protección, claro) o de las largas caminatas por la montaña rodeados de verde durante estas vacaciones. La conexión con la naturaleza y el aporte de la vitamina D que nos «regala» la luz solar es como un soplo de aire fresco para la piel y el cabello, sobre todo cuando tenemos reciente el recuerdo del confinamiento y de esos meses en los que apenas vislumbramos el sol desde el balcón de casa.

Pero lo ideal para que el organismo asimile los efectos beneficiosos que nos aportaron esos días de descanso es complementar esa acción externa con una dieta equilibrada que contenga proteínas frutas, verduras, grasas saludables, frutos secos y semillas. Las pipas de girasol son ricas en vitaminas del grupo B (un complejo revitalizador y antienvejecimiento) y vitamina E (que protege la piel del daño solar y previene las cicatrices y la aparición de las arrugas). Su aporte de zinc, de niacina, de ácidos grasos Omega-3 y de hierro contribuyen también al cuidado de la piel y del cabello.

Dentro de ese complejo de Vitamina B que contienen (todo un cóctel de salud) cabe destacar el folato, que es un componente esencial para la síntesis del ADN y la regulación del PH, por lo que constituye un nutriente clave para las embarazadas.

Si uno lo piensa bien lo cierto es que cada semilla es como un pequeño embrión de una futura planta que alberga nutrientes esenciales como vitaminas, minerales, ácidos grasos, proteína vegetal, antioxidantes y fibra. De hecho, las pipas de girasol son un pequeño tesoro nutricional.

Las pipas de girasol son un alimento versátil y nutritivo que puede incluirse tanto en el desayuno, como en la comida, la merienda o la cena.

Pueden añadirse al bol de frutas y cereales del desayuno o también al yogur , dejando que se hidraten para que aporten una textura más gelatinosa al conjunto de modo que podamos consumirlo tipo «pudding».

A media mañana puedes preparar con las semillas tus propios crackers mezclándolas con huevo batido, harina integral y agua hasta lograr una consistencia manejable que puedas hornear hasta que quede crujiente. También pueden formar parte de un snack saludable como el tapenade casero a base de aceitunas negras, aceitunas verdes y alcaparras.

Son buena opción en la comida o en la cena como « toppings » en los purés, los arroces o rissottos, las vichysoisse, las cremas de verduras y en los salteados. Incluso pueden formar parte de la base para preparar hamburguesas vegetales, marinados de carne, pescado o tofu y como ingrediente crujiente en la vinagreta de ensaladas.

Funcionan a la perfección en repostería , como elemento decorativo o como base en galletas, muffins, bizcochos, pizzas integrales, pastas o panes.