Anorexia y bulimia en Navidad: cómo ayudar a los que sufren estos trastornos
La Navidad puede convertirse en un auténtico calvario para las personas trastornos de la conducta alimentaria porque es el momento del año en el que el encuentro social y la comida tienen el máximo protagonismo. La familia es parte de la solución si identifica lo que alimenta al trastorno
- Cómo puede ayudar el ejercicio en los casos de anorexia y bulimia
Raquel Alcolea
Las fiestas navideñas son momentos de celebración y suponen días de reuniones en torno a una mesa repleta de comida junto a familiares y amigos pues muchas personas relacionan el buen comer con el disfrute. Sin embargo para las personas diagnosticadas con alguno de los ... Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), como anorexia , bulimia o el trastorno por atracón , estas fechas pueden convertirse en un auténtico calvario.
Los (TCA) son una grave patología de la salud mental que se manifiesta mediante síntomas y obsesiones relacionados con la comida y la imagen corporal. Sin embargo los expertos insisten en que esto no debe considerarse como producto de la superficialidad o la vanidad de quienes lo sufren, ya que en la base de muchos de ellos se encuentran problemas psicológicos y dificultades relacionales profundas. Adriana Esteban, psicóloga de la Unidad de TCA en Instituto Centta, explica que el principal desencadenante es el comienzo de una dieta restrictiva con una motivación estética. «Esto unido a otros factores como baja autoestima , perfeccionismo , inseguridad , baja tolerancia a la frustración o impulsividad genera el caldo de cultivo apropiado para que se manifieste la patología», precisa.
En estos días de comidas familiares algunos comentarios que se hacen «con la mejor intención del mundo» pueden perjudicar la salud y aumentar de forma inconsciente el malestar de nuestro familiar con TCA. «Es normal, nadie nos ha enseñado cómo gestionar estas situaciones, por eso hoy queremos daros unos pequeños consejos para que la familia se convierta en un espacio nutritivo y protector para la persona», asegura la nutricionista de Instituto Centta Elena Toledano.
Igual que si una persona con cáncer que viniera a la cena no le diríamos frases como «qué calva estás, ponte pelo» tampoco habría que decir a una persona con TCA lo que debe o no comer y cuánto o cómo. Es una enfermedad, no la tiene por voluntad propia y ya está responsabilizándose de su recuperación
No es momento de dar lecciones
Estas son, por tanto, las recomendaciones del Instituto Cennta para apoyar a los familiares y amigos que sufren TCA en estas fechas tan particulares:
- Las Navidades no son el momento de que coman más ni de que mejoren su relación con la comida. Debemos intentar que sientan que lo pasamos con ellos de la manera más cariñosa, segura y acompañada posible.
- Los TCA no se recuperan comiendo, por lo que no es bueno meterles prisa en estas fechas porque son todavía más difíciles para ellos.
- Si depende de nosotros, sería aconsejable pactar previamente el menú conjunto en el que la persona se sienta segura.
- Si depende de otros familiares (o comemos en otra casa, otro lugar…), sería bueno que nos dijeran qué se va a poner en la mesa para que podamos hablarlo previamente: con qué se siente cómoda y con qué no.
- Es recomendable mantener la línea que venían haciendo en casa, según cada caso. Por ejemplo: primero, segundo y postre. O cualquier otra fórmula. Lo importante es que no cambie mucho.
Si en casa se hace puré de verdura y pescado, por ejemplo, no tiene que ser igual, pero podemos cambiarlo por su versión navideña en casa. Bajo esta fórmula un ejemplo de menú puede ser una ensalada invernal con granada y lubinas al horno o marisco.
- Evitar que haya platos en los que sus alimentos prohibidos vayan implícitos en la receta, en la medida de lo posible. Un ejemplo puede ser la carne en salsa. Para que ellos se sientan con más libertad sería aconsejable poner la salsa aparte y no ya encima de la carne. De este modo podrán elegir no echarla en su plato.
Qué debes hacer
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Permitir que sean ellas quienes elijan qué y cuánto en todo momento. Valora el esfuerzo que ya hace enfrentándose a ello.
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Pactad o comentad previamente los platos con los que se sienta segura. No puede haber sorpresas, tiene que vernos como un lugar seguro, no como un lugar de presión o insistencia.
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Expresemos lo agradecidos que estamos de compartir y disfrutar del tiempo juntos.
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Promueve un cuidado saludable que capacite: «¿Pensamos en un plan por si te agobias en la cena?»
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Pensemos en actividades distintas que podamos hacer en familia y que no tengan que ver con comer: paseos, campo, compras navideñas, ver las luces, juegos de mesa, tiempo con mascotas…
Qué no debes hacer
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Controlar lo que se echa en el plato o forzar a comer más cantidad. Son fechas en las que, de por sí, comemos más de lo normal y eso ya les supone un agobio.
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Insistir en que pruebe recetas o platos, por muy ricos o navideños que sean. En su cabeza tiene que tener todo ya pensado y sus límites ya están marcados antes de empezar, no es bueno empujar a ir más allá de ellos
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No hay espacio para comentarios sobre los cuerpos, dietas, compensaciones, adelgazamientos, alimentos buenos o malos…
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No debe haber chantajes emocionales del tipo «me pone muy triste que no vayas a probar esto».
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Centrar las Navidades y los encuentros sociales en la comida.
Entender para ayudar
El acompañamiento familiar será fundamental para pasar estos días de la manera más saludable posible. El objetivo es que quien sufre uno de estos trastornos no se sienta diferente al resto en las comidas navideñas. Por eso ponerse en su lugar es una de las claves para ayudarles durante cualquier época del año. Según explica Fátima Servián Franco, profesora del Grado de Psicología y en el Máster en Nutrición y Salud de VIU (Universidad Internacional de Valencia), puede haber momentos en que las personas con TCA no sepan cómo comportarse, pues se pueden sentir incómodos o vulnerables en ambientes en dónde las fiestas o reuniones giran en torno a la comida. «La obligación de acudir a estos eventos familiares puede suponer una desregulación en su estado de ánimo. Por lo tanto, es importante no presionar para que coman o dejen de comer y servir los alimentos en cada plato, minimizando los platos para compartir», comenta. Adicionalmente y no menos importante, es necesario que el entorno evite comentarios sobre el físico de la persona o sobre sus conductas pues esto también puede llegar a repercutir en un detonante.
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