Luis Herrero

De penalti

Tanto arrumaco imprudente ha transformado al presidente del Gobierno en un defensor de la asimetría en nombre de la igualdad

Luis Herrero

El tren de la bruja

Muchos de los sobresaltos que hemos vivido eran impensables, y sin embargo, desdiciéndose a sí mismo, Sánchez no nos ha ahorrado ninguno

Luis Herrero

Victoria inmoral

La investidura que se vota en el Congreso es el último acto de un largo debate donde la corrupción intelectual ha hecho papilla a la ética

Luis Herrero

El diván del psiquiatra

Sin el concurso de ministros tornadizos, diputados pastueños o magistrados bizcochables, el edificio institucional resistiría

Luis Herrero

Pocos hombres buenos

Sánchez pasará a la historia como el matasiete que disfrazó de virtud su enfermiza necesidad de poder

Luis Herrero

Empatía

Para buscar un juicio ecuánime hay que dar un paso atrás y evitar que sean las emociones y los sentimientos quienes dicten sentencia

Luis Herrero

El tragaldabas

A mi juicio la respuesta correcta a la pregunta de si España se rompe es sí

Luis Herrero

Ruido

Ruido es todo aquello que perturba la comunicación de los seres humanos

Luis Herrero

Intriga

¿Van de farol los independentistas? Yo arriesgo una respuesta: no, van en serio

Luis Herrero

La oferta que no fue

Los cabezas de huevo de Génova quieren dejar claro que no es lo mismo un supuesto que el otro

Luis Herrero

La vida sigue igual

La diferencia es que ahora ya no hueles a alcanfor por escuchar sus canciones, sino por defender la igualdad de todos ante la ley

Luis Herrero

Otra vida

He perdido el sentido del humor que alguna vez tuve y ya no soy capaz de echar mano de la ironía

Luis Herrero

El impostor

La lógica invita a que Sánchez se pondrá el mundo por montera y pagará el precio que le exige Puigdemont para seguir en La Moncloa

Luis Herrero

El globo del miedo

Desde el domingo por la noche ando, como Diógenes, buscando con un candil al sociólogo que pueda explicarme qué diablos ha pasado

Luis Herrero

Nostalgia del presente

Sin verdad, se ponga el algoritmo como se ponga, no hay libertad posible

Luis Herrero

Toque de difuntos

El cabreo que le asomaba al rostro, entre la prepotencia y el desprecio, le condenaba a perder el combate