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pincho de tortilla y caña

El impostor

La lógica invita a que Sánchez se pondrá el mundo por montera y pagará el precio que le exige Puigdemont para seguir en La Moncloa

El globo del miedo (26/7/23)

Nostalgia del presente (19/7/23)

Luis Herrero

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Creo que fue durante el puente de la Virgen, a mediados de agosto, cuando hice el firme propósito de admitir que soy un impostor. La idea llevaba madurando en mi cabeza desde la noche del 23 de julio, después de que el escrutinio de las ... urnas arrojara un resultado que pocos esperaban. Yo, no, desde luego. A partir de entonces, con la regularidad que impone la lectura diaria de la prensa, tuve que familiarizarme con declaraciones que, en teoría, jamás deberían haberse producido. Feijóo insistía en recordar que había ganado las elecciones olvidando que él mismo había declarado en campaña que en política solo gana quien gobierna. Sánchez lanzaba de vez en cuando a sus pregoneros para que dieran la murga con la cantinela de que no estaba dispuesto a comulgar con ruedas de molino para alcanzar la investidura, como si el mundo entero no tuviera meridiano que a la hora de adorar el poder Sánchez es un hombre de comunión diaria. Puigdemont no dejaba de insistir cansinamente en que le daba mucha pereza pactar con el PSOE, negando la evidencia de que nada le pone más que tener a los socialistas con el culo en pompa.

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